Desde la geopolítica

El Medio Oriente es una región vital en el mundo. Se encuentra en medio de tres continentes: Asia, África y Europa. Allí nacieron las tres grandes religiones monoteístas (judaísmo, islamismo y cristianismo). También alberga dos puntos geo-estratégicos para el comercio internacional: el Canal de Suez (una ruta que acorta el tiempo de viaje de Europa a Oriente) y el Estrecho de Ormuz (la única salida hacia el Golfo Pérsico). Y, por si fuera poco, contiene dos tercios de las reservas de petróleo mundial y un tercio de las reservas de gas natural.

En el Medio Oriente existen grandes poderes regionales que configuran la política internacional. Arabia Saudita es la petro-monarquía sunnita e Irán es la petro-monarquía chiíta, que en algún momento fue la Gran Persia. ¿Qué significa esto? Que ambos países son los líderes en dos divisiones religiosas importantes del Islam. La rama sunní representa el 90% de los musulmanes, mientras que los chiítas tan solo el 10%. Además de esos poderes, también está Israel, un estado pequeño territorialmente, pero que alberga el proyecto judío, cuenta con armas nucleares, está a la vanguardia tecnológica y, sobre todo, goza del paraguas de Estados Unidos.

¿Cómo logran convivir países tan diferentes y poderosos? A través de la disuasión estratégica. Esta consiste en una doctrina política y militar orientada a generar amenazas a un país, para evitar que éste realice alguna acción. Estados Unidos la utilizaba con la bomba nuclear. Y ahora Israel e Irán la están utilizando el uno contra el otro. Un juego peligroso, en el que un error de cálculo podría arrastrar a la región a un conflicto nuclear. Y no, no estoy exagerando. Esta tensión entre Irán e Israel está escribiendo un capítulo peligroso. Veamos los hechos.

Irán sufrió la invasión de Irak el 22 de septiembre de 1980. Este episodio conocido como la Guerra Irán-Irak, representó grandes lecciones para los gobiernos iraníes. Necesitaban reforzar su seguridad o serían presas de cualquier ataque. Y aprendieron bien. Irán empezó a desarrollar y comprar tecnología militar, y ahora puede defenderse con drones, misiles balísticos y se especula que también con misiles hipersónicos. También corre el rumor de que están cerca de la bomba atómica, ya que han alcanzado el enriquecimiento de uranio al 60% (se requiere del 90% de enriquecimiento para el arma).

Por su parte, Israel también experimentó guerras en 1948, 1956, 1967 y 1973. Por ende, la seguridad y la fuerza militar es importante para ellos. Israel cuenta con grandes sistemas de espionaje, tecnología de punta (aquí en México lo sabemos bien con el software Pegasus), tecnología anti-misiles, el domo de hierro, la bomba atómica y el respaldo de Estados Unidos.

Como se puede ver, ambos países cuentan con grandes capacidades militares y las han utilizado para amenazarse mutuamente. Sin embargo, en el último año esa dinámica de equilibrio se ha alterado. El 8 de octubre de 2023, la milicia del Hezbollah, respaldada y financiada por Irán, inició ataques contra Israel, luego de que este último atacó el consulado de Irán en Siria. Esto generó una dinámica de "golpe por golpe", que ha ido escalando.

UNA ESCALADA RIESGOSA

En abril de 2024, Irán lanzó un ataque de drones y misiles contra Israel. Incluso, se especula que utilizó misiles hipersónicos, que podrían haber sido suministrados por Rusia. Este ataque le sirvió a Irán para demostrar su capacidad militar y enviar un mensaje a la región, de que ya no son un país vulnerable, pueden responder también y cuentan con los medios.

Por su parte, Israel ha eliminado liderazgos importantes de Hamas y Hezbollah. El más reciente es el asesinato de Haniyeh, el líder político de Hamás, con quien se podría haber negociado una paz en el genocidio que perpetra Israel al pueblo Palestino. Esto para Irán no es cosa menor, sobre todo, porque el asesinato ocurrió en Teherán (la capital de Irán).

Irán busca restaurar su capacidad disuasiva e Israel no puede verse vulnerable. Menos con un Netanyahu que anhela con recrear el Gran Israel (el reino bíblico). Además, su gran sueño ha sido que Estados Unidos se involucre en una guerra directa contra Irán. Algo que sería una pesadilla para toda la humanidad.

En todo ese golpeteo, Irán ha anunciado que volverá a lanzar un ataque contra Israel. Esto provocó que funcionarios militares de Estados Unidos viajaran a ese país, y en el otro bando, el ministro de la Defensa de Rusia visitó Irán. Las grandes potencias entienden lo que está en juego y por eso se involucran también en ese ajedrez. Saben que el equilibrio de poder en la región se ha roto y se está reescribiendo una nueva dinámica. Ninguno de los dos países va a ceder, ambos requieren mostrar sus capacidades tanto al interior como al exterior. Pero un error de cálculo podría traer un desastre para la región. (Para Diario PRESENTE)