Escala Crítica
05/04/2025
Mundo moderno, prisa y caos sin pausa sensible: capitalismo y productividad, ¿personas-mercancías?
- * Byung-Chul Han: "el capitalismo lo somete todo al valor/mercado."
- * Riesgo de la sociedad del cansancio: olvido del pensamiento analítico
- * Sensibilidad humana, de la mano de la contemplación: ¿cómo miramos?
LA ACTUALIDAD, que cabalga de prisa y sin pausa, necesita tiempo de reflexión. Mientras la bolsa de valores (Wall Street) se desploma en Estados Unidos (4 billones de dólares de pérdidas) y su presidente Donald Trump explica que "eso no es real, porque se trata de una economía falsa", los parámetros del marketing apuntan a la disolvencia de valores humanos como fuente primaria de la toma de decisiones. Quizás es vida falsa (fake life), pero es lo que hay y debe pensarse como problema fundamental del mundo moderno.
Si Trump dice que Wall Street produce una economía falsa, hay que contextualizar el tema. Detenerse en la contradicción de Trump, empresario y político que usa la bolsa de valores a destajo, permite pensar lagunas éticas del mundo moderno que a continuación esbozamos.
FE... ¿EN EL MARKETING?
EL COMERCIO INUNDA la vida y determina el sentido moderno de vida. No es crítica a rajatabla: es descripción/análisis que realiza el pensador coreano/alemán Byung-Chul Han en "La sociedad del cansancio" (2017). Véase el parámetro del marketing siglo XXI: "Lifetime value significa la suma de los valores que se pueden obtener de un hombre considerándolo como cliente si se comercializan todos los momentos de su vida". Imagine el lector que se comercializa todo aspecto de su vida y que -de ahí- su vida obtiene determinado valor.
Apunta Han: "La persona humana queda reducida aquí al costumer value, o al valor de mercado. Este concepto se basa en la intención de transformar a la persona entera, toda su vida, en valores puramente comerciales". Sin castigar el cerebro, este parámetro del marketing para medir el valor (comercial) de la vida, ha llegado a la política. De alguna manera lo advirtió Carlos Marx hace ya más de cien años sobre la cosificación de lo humano y la humanización de las cosas.
Existe así un empobrecimiento del mundo y de la vida: "El hipercapitalismo convierte todas las relaciones humanas en relaciones comerciales". En este sentido, el consumo a secas desaparece: "Lo que se suele llamar sharing economy, o consumo colaborativo, nos convierte a todos nosotros en vendedores a la búsqueda de clientes". Vendedores de nuestra propia imagen, no personas con vida propia. Así va el mundo y no sorprende el vuelco político en Estados Unidos a través de la zanahoria-riqueza para la clase trabajadora.
¿PENSAMOS MEJOR HOY?
LA CUESTIÓN ES si pensamos mejor en un mundo que olvida la pausa sensible. Prolifera en medios la invasión de la intimidad: "Hoy, el único individuo en Alemania que aún tiene una vida privada es el que está durmiendo", dijo George Steiner a un periodista que lo acosaba con preguntas impertinentes. Hasta que Steiner lo frenó con ironía: "No me gusta inmiscuirme en mis asuntos privados".
Problema: modernidad es acción, no contemplación. ¿En dónde colocamos la reflexión necesaria para una acción significativa? Si "pensar tiene un solo defecto: hace perder el tiempo" (Paul Lyottard), entonces cualquier pausa es sospechosa de bajo rendimiento. En muchas empresas se apura a los empleados: "te lo encargué para ayer". Se olvidan las fases de reflexión. Ya casi nadie dice: "tómate tu tiempo, revisa bien el proceso y mejóralo".
¿Qué propone Han? Un retorno de la mirada pausada y analítica: "Cuéntese, por tanto, entre las correcciones necesarias que deben hacérsele al carácter de la humanidad el fortalecimiento en amplia medida del elemento contemplativo". Lo contemplativo, esencial. Pausa, para ver mejor. "Sin este recogimiento contemplativo, la mirada vaga inquieta y no lleva nada a expresión". Y más: "La vida humana termina en una hiperactividad mortal, cuando de ella se elimina todo elemento contemplativo". Sin lo contemplativo, queda la prisa y el caos. Por ello, "aprender a mirar significa acostumbrar el ojo a mirar con calma y con paciencia, a dejar que las cosas se acerquen al ojo". Paciencia del ojo, cuando en el siglo XXI se practica -con multitud de imágenes- la esquizofrenia de la mirada. ¿Hacia dónde apunta Han? A un intangible que importa: "este aprender a mirar constituye la enseñanza preliminar para la espiritualidad". Espiritualidad del saber mirar: ¿Qué tan lejos estamos de esto, si la mirada es bizca por imágenes incesantes? Zapping de la mirada, como el internauta que utiliza 3 pantallas al mismo tiempo. De ahí que, "es una ilusión pensar que cuanto más activo uno se vuelva, más libre es". Sí, ilusión de lo activo: engaño moderno.
CAPITALISMO Y ZOMBIS
EL DIAGNÓSTICO de Byung-Chul Han no gusta a Donald Trump: "La economía capitalista absolutiza la supervivencia. Se nutre de la ilusión de que más capital genera más vida, mayor capacidad de vivir". Fallo del capitalismo recargado: supeditarlo todo a la productividad.
¿Qué queda, entonces? Para Han, con el marketing moderno, una comunidad zombi: "Los hombres sacrificados de la sociedad del rendimiento se diferencian de los de la sociedad de la soberanía también por la peculiaridad de que no hay manera de matarlos. Su vida parece la de un muerto viviente. Son demasiado vitales como para morir, y están demasiado muertos como para vivir". Muertos y vivos, el sistema productivo (rendimiento con más mercancías) prevalece en el individuo sin sentido espiritual de vida. Personas como mercancías. Disculpe el lector, pero debemos darnos tiempo para la reflexión; frenar el vértigo.
(vmsamano@hotmail.com)
DEJA UN COMENTARIO