OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica
03/04/2025

Desapariciones: historia de un deslizamiento del sistema político, con impunidad criminal

  • Aniversario de la muerte de Rosario Ibarra de Piedra, pionera buscadora
  • Desaparición selectiva: acción del viejo régimen para sofocar disensos     
  • Las otras desapariciones: el crimen organizado frente al Estado

NO SE CONOCE un reporte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre el caso Teuchitlán, campo de entrenamiento y reclutamiento criminal en la versión oficial. Si el Estado debe garantizar el derecho ciudadano a la protección legal, la pregunta es: ¿qué hace la titular de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra? El silencio es ominoso, dada la ratificación de Piedra al inicio del sexenio (septiembre 2024), cuando en el Congreso hubo aspirantes mejor evaluadas.

Riesgo: erosión de la credibilidad gubernamental y del contrato social de convivencia.   

MISIÓN DE PIEDRA

LA MUERTE DE ROSARIO Ibarra de Piedra (16/04/2022), madre de la actual titular de la CNDH, relanzó a la agenda pública el tema ´desaparición forzada´. Pionera en la defensa de derechos humanos como madre buscadora, doña Rosario fue conciencia ciudadana potencializada por la acción. Su código ético: no rendirse ante la tragedia.

Lo valioso de la lucha de Ibarra de Piedra es que, en el México de ventanillas cerradas, articuló un plan de acción (Comité Eureka/1974) que fue misión de vida: exigir de manera pacífica información oficial sobre el hijo ausente. Le ayudó su madre anarquista que "sin saber nada de hacer pan, construyó una panadería".            

Las desapariciones en México tienen historia. Es preciso recordar, para advertir un deslizamiento preocupante: de la subversión a la indefensión.                     

Por ejemplo, el 25 de noviembre de 2016 se realizó un foro sobre desapariciones forzadas en el Congreso de la Unión, con la participación de Human Rights Watchs (HRW), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Se manejaron los siguientes datos y conclusiones: 

-Entre 2006 y 2012 desaparecieron 26 mil personas en México, aunque la CNDH registró 2 mil 400 expedientes sobre desapariciones forzadas. La diferencia: 23 mil 600 casos. Fueron años de guerra declarada contra el narcotráfico, con el ejército en las calles. "Garrotazo al avispero", cuestionó AMLO.

-"El gobierno mexicano, en sus informes, no explica satisfactoriamente ni sus políticas de seguridad en las calles ni sus esfuerzos por investigar las desapariciones forzadas".

-Entre 1968 y 2016, las desapariciones llegan a 200 mil. Entran aquí las cuentas del radicalismo magisterial, estudiantil, la llamada ´guerra sucia´ contra guerrillas rurales y urbanas, además del ascenso del narcotráfico y el levantamiento zapatista en Chiapas (1980-1994). El concepto de desaparición forzada no aplica cuando la protesta llega a las armas y se opone al Estado Mexicano. No es lo mismo la manifestación pacífica en las calles de una ciudad, que las emboscadas y persecuciones en las montañas. Se lo dijo en 2001 Julio Scherer al subcomandante Marcos: "Las armas, mi querido Marcos, no convencen: se imponen". Es crucial la diferencia entre protesta civil armada y protesta civil pacífica.

HISTORIA DESAPARECIDA: DE MODOS A MODOS

EN EL SIGLO XX mexicano, durante la primera etapa posrevolucionaria (1920-1950), las desapariciones fueron casos políticos: cristeros, sindicalistas independientes (no corporativos) y militantes de partidos sin registro. La consigna de sello sonorense (Calles, Obregón) anticipó el lema cubano: "Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada". La represión selectiva comenzó con Villa en Parral y Zapata en Chinameca. ´Ley fuga´ a quien se salía del tablero oficial. La violencia institucional fortaleció el traslado de poder. El sistema y el caudillo recibían la fila obediente de políticos pragmáticos que desviaban sus ojos del lado oscuro del poder. Como razón de Estado, se juzgó ´necesaria´ la eliminación de disidentes. ¿Cuántos cristeros, comunistas, socialistas, anarquistas y sindicalistas desapareció el sistema?        

DISENSOS NO PROCESADOS

EN LA SEGUNDA etapa de la era posrevolucionaria (1952-1988), las desapariciones ocurrían en zonas montañosas/rurales y en la periferia urbana, producto de la subversión ante un sistema cerrado que no admitía diálogo ni cuestionamientos pacíficos; ni rebeldía ni disenso (derecho a decir no) se canalizaban institucionalmente, salvo la "brega de eternidad" panista que acompañó al PRI hegemónico. En ese contexto, fue significativa la lucha de Rosario Ibarra de Piedra en la búsqueda de su hijo universitario Jesús Piedra, desaparecido en 1974. A nivel individual, Ibarra de Piedra anticipó la erosión del sistema. Entre 1982 (devaluación/crisis económica), 1985 (crisis social/terremoto DF) y 1988 (crisis política/caída del sistema electoral) se incubó el huevo de la serpiente: deterioro de las expectativas de ascenso social. Y con ello, crecimiento exponencial del crimen organizado. De ahí venimos.

Hoy las desapariciones ocurren por impunidad criminal. Así se erosiona el contrato social de convivencia. Este panorama enfrenta la 4T, con buenas intenciones y operatividad FGR que no debe fallar para esclarecer la tragedia de Teuchitlán. ¿Y la CNDH de Rosario Piedra? Limbo gris.

AL MARGEN

NO SE PUEDE aspirar a administrar la ley si se empieza por violar las normas básicas.

 ( vmsamano@hotmail.com)





DEJA UN COMENTARIO