* Claudia Sheimbaum: ganar la plaza, blindarse contra el partidismo

* Estrategia negociadora Trump: sembrar inquietud por peligro inminente

* Tablero geopolítico, cambiar enfoque: convergen EEUU, Rusia y China.       

LO QUE HABÍA SIDO anunciada como una "asamblea informativa" de la presidenta Claudia Sheinbaum se convirtió en un festejo popular el domingo en el zócalo de la Ciudad de México. También fue un acto político encaminado a consolidar el mandato de la primera mujer en Palacio Nacional, frente a las acechanzas externas, pero sobre todo internas. Hay segmentos de su propio partido que le siguen regateando el poder a quien mes con mes suma popularidad en las encuestas. Un promedio del 80 por ciento.

Cada vez resulta más evidente que la fuerza de la Presidenta está en el gran movimiento social y no en las nomenclaturas partidistas. También es notorio que Sheinbaum va imponiendo su estilo, su agenda y su plan, en las necesidades y exigencias del país. Lo más notorio ocurre en el tema de la seguridad pública convertida en seguridad nacional. Deberá suceder también en el binomio economía-programas sociales, donde a los recursos cada vez más limitados tendrá que adecuarse un modelo de inversión y no de gasto.

La velocidad con la que ocurran los ajustes mucho le debe a las presiones externas de Donald Trump, cuyo actuar debe ser observado por el impacto que tiene ya en México y en el planeta.

UNA PUERTA CERRADA

¿CUÁL SERÁ el futuro del mundo con Donald Trump en la Casa Blanca? Quizás lo profetizó el francés Gustave Flaubert: "el porvenir era un pasillo completamente negro, y con una puerta bien cerrada al fondo".

Desde luego: no se quiere ese color de futuro. Nadie es pesimista por gusto. Lamentablemente, en el vértigo del presente se perciben pasos hacia horizonte oscuro. Esto ocurre vía paradoja: con votos, hubo deseos democráticos de mejorar la vida pública y apareció el proyecto político Trump que apunta a lo impredecible. Ese proyecto que inició "se alimenta de vidas sin sentido en busca de sentido, y permite a los soñadores implacables empezar de cero", como sugiere James Ellroy.

Varios de los colaboradores del presidente Trump, por palabras y hechos, son soñadores implacables, cuyos sueños llevan a las pesadillas: el magnate Elon Musk (Tesla) que anhela colonizar el planeta Marte, la procuradora de justicia Pamela Bondi que pide pena de muerte para delitos varios, o Tom Homan -director de la Bordel Patrol, llamado el ´zar de la frontera´- que separa familias de migrantes como quien arranca hojas de un libro.

Hay que tratar de identificar lo que importa del discurso Trump: espigar entre declaraciones grandilocuentes, fintas de empresario astuto y bloofs de jugador de Póker. Sin descartar que, a nivel mediático, con frecuencia lo importante queda silenciado. Un diplomático/espía confesó: "Aún no has aprendido que sólo se debe hablar si las palabras son más seguras que el silencio".

Trump, en el arranque de su segundo periodo presidencial, maneja palabras que potencializan el miedo al desastre: económico, militar, cultural. La estrategia Trump se condensa en la siguiente idea: "El temor del peligro es diez mil veces más aterrador que el Peligro en sí mismo, cuando se torna éste aparente ante nuestros ojos; entonces descubrimos que el peso de la Ansiedad supera en mucho al de la Desgracia que provoca esa misma Ansiedad" (Wilkie Collins). Habrá que descifrar, día a día, el ´petate del muerto´ que a nivel mediático utiliza Trump.

GUERRA Y NEGOCIOS: IR TRAS LOS HECHOS

EL TRABAJO del detective, según el novelista Philip Kerr, se parece al del periodista/fotógrafo. He aquí una adaptación de la cita a los tiempos que corren: "Ahí está el quid de una buena fotografía. Se trata de saber aprovechar la luz disponible [datos públicos] y jugar con las sombras [interpretaciones, deducciones]. Buscar una buena definición en el blanco y negro cuando no resulta evidente que la haya [mirada ética a los datos], y quizás desvelar un misterio [arrojar luz a los asuntos públicos]". ¿Cómo desvelar el misterio de Trump, que hace de lo impredecible su identidad política?                

John Simpson editor de asuntos internacionales de la BBC (10/3/2025), explica: "2025 puede ser un momento en el que las suposiciones básicas sobre cómo funciona nuestro mundo queden obsoletas. Trump cambió el enfoque de que EE.UU. debe proteger a Europa de Rusia y a los países asiáticos no comunistas de China". Este cambio en el tablero geopolítico quizás es el punto de partida para comprender hacia dónde se dirige el nuevo orden que vocifera Trump a través de la (supuesta) "revolución del sentido común". Trump apela al sentido común, aunque casi nada de lo que hace demuestra sentido común.    

Por ejemplo, lo primero que reprocha Trump al presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, es "el dinero que se le debe a Estados Unidos por ayuda militar". El capitalismo salvaje, sin sentido común, se manifiesta en esta advertencia monetaria: "nos deben 500 mil millones de dólares". Trump actúa como Dudley Smith, turbio personaje de James Ellroy en la novela Perfidia: "La guerra es la grandeza siniestra de la sanción por incumplimiento de contrato, hija mía. Activa el cancerbero que llevo dentro". Hay cinismo político de alto rango al valorar situaciones de guerra por lo invertido económicamente. ¿Hay cálculo de vidas humanas, de dignidades atropelladas o derechos humanos vulnerados? No para Trump: guerra es dinero.  Todo es dinero, hasta la vida. (vmsamano@hotmail.com)