Ningún país es una isla; Claudia Sheinbaum asume los desafíos de las relaciones internacionales

Claudia Sheinbaum hizo ruido el 1° de octubre de 1991, con el cartel "¡Comercio justo y democracia ahora!"

 

  • Relaciones diplomáticas con EEUU, los discursos y los hechos
  • Contra histeria mediática: una necesaria lectura estratégica
  • México-EEUU, la frontera con mayor actividad económica

EN DÍAS UNIVERSITARIOS, Claudia Sheinbaum hizo ruido el 1° de octubre de 1991, con el cartel "¡Comercio justo y democracia ahora!" que enarboló en la Universidad de Stanford. Protestaba por conferencia sobre "EEUU, México y el libre comercio", dominada por voceros de Carlos Salinas.

Pasó mucha agua debajo del puente. Hoy, la Presidenta Sheinbaum, quien asumió el cargo un primero de octubre,  enfrenta una relación bilateral delicada por el retorno de Donald Trump y un equipo con hombres de ultraderecha para supervisar el lado sur. Tendrá que recordar Sheinbaum la proclama ética de 1991, además de una distinción crucial: diferenciar entre relaciones diplomáticas, discursivas y fácticas (de hechos).         

COMPRENDER PARÁMETROS 

HAY QUE REDUCIR la histeria que se percibe en espacios de opinión y análisis, donde se confunden parámetros. Las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos tienen ya la lógica de quienes plantean sus propios intereses a la contraparte. Esto se dramatiza como peligro porque antes la postura mexicana era de subordinación obsequiosa ante EEUU. La presidenta Sheinbaum enfatiza: "coordinación sí, subordinación no". Lo mismo ejecutó AMLO, con alguna excepción (al tratar migración de Centroamérica).  Aunque López Obrador decía que la mejor política exterior era la interior, Sheinbaum parece dispuesta a combinar los dos aspectos.

Digamos que las relaciones discursivas son más abarcadoras. Hay que estar atentos a mensajes virtuales y mediáticos de Trump y equipo. Sin embargo, no todo lo que ahí se lanza tiene consecuencias, pues lo virtual/mediático funciona como elemento de propaganda emotiva para seguidores que necesitan ´combustible´. Las relaciones discursivas pasan también por declaraciones en conferencias y entrevistas, que se utilizan para dar a conocer o inducir puntos de vista sobre asuntos estratégicos. De eso se alimentan medios tradicionales y plataformas virtuales, para conectar con la agenda social y marcar narrativa. Por cierto, ¿los gobernantes necesitan a los medios, o ahora es al revés?      

Las relaciones fácticas son las más claras (hechos hablan), aunque difíciles de encuadrar vía lectura realista. El autoengaño es tentador. Si hay diferencias entre lo dicho y lo hecho por un gobierno, con relación a otro, se deben extraer consecuencias pertinentes. Lo más delicado para México es que ante hechos concretos impone mucho la relación de poder asimétrica con EEUU.    

Otro factor a tomar en cuenta es el pókar que juega Trump: recurrencia al engaño vía diplomática y vía discursiva, para desencadenar hechos. Importa verlo venir. AMLO le agarró el modo. ¿Lo hará Sheinbaum?

TERRENO ECONÓMICO 

LA RELACIÓN BILATERAL México-EEUU depende de un trasfondo económico ineludible, que crece con el tiempo. Explica el consultor financiero Jorge Flores Kelly: "Se trata de una integración histórica y cada vez más fuerte, pues no existe ninguna frontera entre dos países con economías tan grandes y diferentes, en la que a uno [Estados Unidos] le sobra capital y falta mano de obra, y al otro [México] le falta capital y sobra mano de obra. Son como imanes que se atraen y esta realidad no la puede alterar ningún gobierno". Desde luego -más allá de los imanes- lo que tiene que nivelarse hacia arriba son 1) los salarios que fábricas transnacionales pagan a obreros en México, y 2) los salarios que se pagan en EEUU a trabajadores migrantes.

En 1994 -año inaugural del TLC, hoy TMEC- el intercambio comercial fue de 173 mil millones de dólares, mientras que en 2022 el intercambio fue de 779 mil millones de dólares. Aumento de 450%. Cada día de 2023, cruzaron la frontera hacia ambos lados un mil 500 millones de dólares en mercancías, según el departamento de Economía estadounidense. ¿Cómo cortar, interrumpir o frenar este intercambio comercial -el mayor del mundo entre dos países- desde el punto de vista político?  

KEN A DESTIEMPO 

LOS VIENTOS DEL NORTE que traerá Trump tuvieron un primer soplo con declaraciones del todavía embajador de EEUU en México, Ken Salazar. "No funcionó la estrategia de abrazos, no balazos", "hay mucho trabajo por hacer", "AMLO no aceptó una ayuda de 22 millones de dólares para seguridad". ¿A quién le habló Ken Salazar? No al Presidente en funciones, Joe Biden. Con anhelo oportunista, Salazar quemó naves para hablarle a Trump y su equipo. Sabía que AMLO no contestaría. En este sentido, las declaraciones de Salazar no son para consumo interno de México, aunque merecieron nota diplomática de extrañamiento por Juan Ramón de la Fuente, su homólogo que ejerce en el equipo Sheinbaum. Pregunta no diplomática: ¿qué le iban a pedir a AMLO por la ´ayuda´ de 22 millones de dólares? 

Ken Salazar no importa ya para la relación bilateral. El gobierno de EEUU ya dijo, ´coordinación sí´, como Sheinbaum. Se va Ken. Le cuestionó Sheinbaum incoherencias: un día, a favor de la reforma judicial, otro día preocupado. Y temporalidad: ¿por qué hasta ahora cuestionar la política de AMLO? Ahí se mezclaron parámetros: un diplomático en conferencia de prensa (plano discursivo) quiso llevar agua a su molino, sin hechos de por medio.  Hay, por supuesto, muchos más detalles de la relación bilateral. México es la frontera latinoamericana con Estados Unidos.

(vmsamano@hotmail.com)