Cambio de régimen, gobierno y servicio público: ¿recuperar el ´nosotros´ de la política?

Ética de gobierno incluyente: ¿posible, en el escenario de polarización?

* Sheinbaum, días intensos: horizonte de trabajo y Trump en el horizonte

* Ética de gobierno incluyente: ¿posible, en el escenario de polarización?

* Servicio público, partidos y democracia: impulso ciudadano de cambio


  Víctor M. Sámano Labastida

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA entre el dinero público y el dinero del capital privado? Respuesta de Luciano Concheiro en Contra el tiempo (2016): "el capitalismo tiene una necesidad básica: la obtención sin fin de ganancias. En cambio, el gobierno no maneja el presupuesto público con esa lógica: su finalidad es ofrecer bienestar a las personas". 

Bienestar: palabra clave que ha usado el proyecto 4T que, con cambio de régimen vía reforma judicial, debe afianzarse con más resultados de política social. El presupuesto federal 2025, a presentarse el 15 de noviembre en el Congreso, definirá la capacidad 4T para seguir el camino de justicia social, frente al malestar de élites que piden -como lo hizo Claudio X. González hijo- "frenar excesos autoritarios y populistas del gobierno". Los opositores no quieren ni en pintura cambios en el poder judicial ("autoritarismo", "golpe a la democracia" "freno a la división de poderes") y juzgan "populismo" los apoyos a la población desprotegida.     

CÓMO FUE  

LA REVALORACIÓN DE LA POLÍTICA en México es hazaña de organización y empuje ciudadano de la izquierda social. Millones de ciudadanos hicieron suyas las políticas que propuso el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), mientras que "del otro lado existió un desierto que acaso se pensó jardín eterno" (Lorenzo Meyer). Sentido de la vida, tiempo y esfuerzos compartidos se manifestaron en las urnas 2018 y 2024, con resultados muy favorables para la izquierda, otras veces burlada en proceso electoral (1988, 2006). El ahora ausente AMLO habló de "la revolución de las conciencias". A los jóvenes les recomendó "el noble oficio de la política" y ejercerlo sin medias tintas. Era otro enfoque de la cosa pública.     

Cierto que hay opositores auténticos, creyentes de la democracia y el derecho, que siguen o estuvieron en la izquierda. Pero ese es otro tema.


¿´NOSOTROS´ POR LOS ´OTROS´? 

QUIZÁS HA LLEGADO la hora del ´nosotros con los otros, por el bien de México´. No será fácil: hay demasiada polarización en el alambre, con raíces sociales profundas. La política en México ha sido, como otras áreas de interés social, campo de simulación. Lo primero que anuncian gobernantes electos es que trabajarán para todos. Aparece un ´nosotros´ en su vocabulario, que quiere rebasar la identidad partidista y adquirir rasgos de servicio público. Del dicho al hecho, la intención se desdibuja. 

La cercanía con el ciudadano debe ser objetivo real –no retórico- del gobernante. Pero sucede que, por debajo del tono incluyente, asoma camiseta partidista. Los tiempos de campaña complican la separación gobierno/partido, aunque existen leyes electorales que sancionan la mezcla.                    

Reto del sexenio en curso: la recuperación del vocablo ´pueblo´ como abarcador de la población en su conjunto y como factor soberano del poder político. Todavía hoy -cuando se pronuncia desde la política- el vocablo ´pueblo´ tiene especificaciones de clase y de estatus socioeconómico. López Obrador, con insistencia, afirmó: "antes el gobierno federal representaba a unos cuantos privilegiados, y ahora nuestro gobierno representa al pueblo". Las clases medias y altas del país (4 de cada 10 mexicanos) no entraban en ese vocablo y el contexto en que lo pronunciaba AMLO. En esa limitación/encuadre del vocablo pueblo, surge una oportunidad abarcadora para la Presidenta Sheinbaum. 

       

CULTURA CIUDADANA, EN MARCHA

LA CIUDADANÍA CRECIÓ en cultura política, desde 1968 a la fecha. Travesía de cambios pequeños que determinaron cambios de gran magnitud, de 1988 a 2024. Para AMLO, se trató de un crucial cambio de conciencia. A sus adversarios les dedicó estas palabras: "Podrán dar marcha atrás a lo material, pero no podrán cambiar la conciencia ciudadana". No fue, ni es, casualidad el malestar de las élites contra la 4T: a mayor población involucrada, menor elitismo de la decisión gubernamental. Lo vemos ahora, cuando causa tanto resquemor la posibilidad de elegir jueces y ministros por voto universal y secreto. ¿Hay riesgos?, sin duda, pero es necesario cambiar.         

Las declaraciones que hablan de la separación Partido/Gobierno son legión. Pertenecen al vocabulario de la transición democrática (1988-2000). Otra cosa son los hechos. Con todo y 4T, las problemáticas del servicio público subsisten. La eficacia tiene que pasar de los símbolos a las ventanillas gubernamentales.   

En estados y municipios, los servicios públicos no mejoran mucho que digamos. Sindicatos, contratistas, burócratas, saben de la inercia ante el cambio. Los cambios en el servicio público no terminan de aterrizar como normalidad democrática. 

Se habla de la profesionalización del servicio público desde hace mucho tiempo, pero no se definen los parámetros a cubrir. Hay nuevo plan de gobierno federal y los trámites electrónicos (digitalización) pueden mejorar el servicio público. 

Es indispensable, pese a la polarización, buscar consensos para fortalecer "el noble oficio de la política" y el servicio público. No todo es pleito por grilla y posiciones. Hay que gobernar y administrar con tacto social. Ahí está el ´nosotros´ como piso básico. Con ello, quizás se podrá negociar con firmeza ante el Presidente electo en EEUU, un Donald Trump ´recargado´, que amenaza con "revisiones comerciales y frenos migratorios".            

(vmsamano@hotmail.com)