Secretaría de Turismo: no es sólo un cambio de nombre, es más que el queso
Este año el Festival del Queso se llamará Fiestas del Queso, después de perder el registro del nombre, lo que obligó a replantear una década de esfuerzo en la promoción de la marca.
Es simplemente un cambio de nombre, dijo el secretario de Turismo, José Antonio Nieves Rodríguez, cuando admitió que este año no habrá Festival del Queso sino Fiestas del Queso, porque otros que no son el Gobierno del estado de Tabasco registraron el nombre. Así tuvimos que hacer a un lado una década de trabajo de posicionamiento de la marca, por la ambición de unas personas que pensaron que iban a poder hacer un gran negocio aprovechándose del descuido legal. Ahora, a ver de qué les sirve, porque claramente no se las compraron.
Sí, la esencia del evento importa y sigue siendo la misma. Pero menospreciar el nombre, todo el trabajo que implica la construcción y posicionamiento de la marca, es un error grave. Dirán lo que quieran, pero una fiesta es inferior a un festival. Podemos hacer una fiesta de cumpleaños, de despedida, de graduación. Eventos todos importantes pero acotados al ámbito personal, de alcance familiar o grupal. Un evento como un Festival, con mayúsculas, es más amplio, socialmente relevante, con aspiración a ser parte de la agenda nacional o hasta internacional. No es una simple fiesta lo que se convoca a tantísimos turistas a Veracruz o Río de Janeiro, son festivales de tan larga tradición y calidad que forman parte de la identidad de las ciudades en que se realizan. De esa talla es un festival.
Los nombres importan. En el ámbito profesional no puedes permitir que te llamen por el apelativo que usan algunas personas a las que les tienes y te tienen cariño. ¿Cuántas veces corregiste a alguien que dijo mal tu nombre? Es especialmente molesto para aquellos que tienen nombres que con frecuencia se confunden con otros, pero aunque sea cansado o molesto importa, es muy importante dejar claro quiénes somos. No es lo mismo Jorge que José ni Miriam que Niria, etcétera. Si uno usa varios nombres, firma a veces con uno y luego con otro, no hace otra cosa que conseguirse problemas, muchos problemas que podrían implicar llegar hasta un juicio para poderlos resolver.
Para lo que se ha hecho en turismo, una Secretaría quedó muy grande. El trabajo que ha sido más como de una subsecretaría, casi una dirección. No es un simple cambio de nombre, cambian las facultades, el alcance, las responsabilidades, sobre todo cambia la cantidad de personal y el monto del presupuesto. Sin embargo, se ha criticado que la secretaría a veces parece más agencia de viajes para funcionarios y anexos.
No vamos a ahondar en el desatino de invitar a influencers al Festival del Chocolate, muchos de ellos incapaces de apreciar su sabor natural y valor cultural. Una iniciativa que funcionó bien un tiempo fue la aplicación Tapijulapa Pueblo Mágico. Habría que continuar dándole mantenimiento a esa aplicación e idealmente, sumar a Frontera y Teapa, que tienen también el distintivo de Pueblo Mágico así como el desafío de honrarlo con una oferta turística de calidad. Sin embargo, desde 2021 la aplicación la bajaron apenas más de mil personas. Parece que algo falló en el proyecto, que tuvo su costo de inversión, organización y trabajo con los prestadores de servicios del pueblo.
Otra iniciativa que sonaba positiva era lo del Pasaporte Tabasco, cuyo sitio de internet ya no sirve y es al que refiere la aplicación de Tapijulapa. Mientras “Tabasco llega a Italia” y con él media Secretaría de Turismo y adjuntos, la mayoría de los tabasqueños no conoce su estado más allá de Villahermosa y los alrededores de donde viven, porque no hay una estrategia para facilitarles turistear por todas las regiones de su estado. Tal vez sea más fácil que nos visiten muchos italianos próximamente (ojalá).
No quiero decir que esté mal promocionar a Tabasco y su gastronomía fuera del país, pero un registro de marca cuesta menos de tres mil pesos. Mucho menos de lo que ha costado promocionar nuestro chocolate y nuestro queso en Europa. Y está bien aspirar a llegar a los mercados europeos, aunque, si no cuidamos ni el nombre del que llegó a posicionarse como uno de los eventos más importantes para el estado, nadie nos va a ahorrar tener que hacer la explicación cada vez que alguien venga buscando un festival que ya no existe.