Cuando en la tarde del pasado domingo 23 del presente mes, a través de la cuenta de Facebook de Diario Presente, me enteré que la diputada plurinominal del PAN, Kenia López Rabadán, propuso una reforma constitucional para que el país deje de llamarse “Estados Unidos Mexicanos” y pase a ser simplemente “México” porque según dijo el país así es conocido interna y externamente, se me vinieron a la mente un par de puntos.

          Primero, que de manera somera y superficial esta iniciativa no suena tan descabellada, pero de inmediato me pregunté dos cosas:

          1.- ¿Por qué los integrantes de este partido de derecha quieren cambiarle el nombre al país?

          2.- ¿Por qué la propone ahora en que el país está recibiendo presiones y agresiones del presidente de los Estados Unidos de América?

          Después me hice otros cinco cuestionamientos a manera búsqueda de respuestas:

          1.- ¿Será para desmarcar a nuestra Nación de la de nuestros vecinos del norte?

          2.- ¿Será para tratar de que el pueblo mexicano voltee a verla a ella, a la diputada, y a su partido, el PAN?

          3.- ¿Será para ir penetrando dentro del elector porque ya se va a legislar sobre los plurinominales y ella siempre lo ha sido?

          4.- ¿Será para desmarcarse de todas y todos que suspiran para que México pase a ser una estrella en la bandera gringa y con ello se integre a aquel país como uno de los “Estados Unidos de América”?

          5.- ¿Será para sumarse a todas y todos que suspiran para que México pase a ser una estrella en la bandera gringa y con ello se integre a aquel país como uno de los “Estados Unidos de América”?

         Después recordé que este partido desde hace cuando menos medio siglo trae esta propuesta, y rápidamente se me aparecieron tres de ellas:

          1.- En 1984 propuso que se llame “República Mexicana”.

          2.- En 2010 senadores de esa fuerza política propuso que se llame “México”.

          3.- En 2012, en el último mes de su gobierno, el entonces presidente de la república, Felipe Calderón, propuso que se llamara “México”.

          Y bueno, ahora lo vuelve a plantear en voz de la vicepresidenta de la Cámara de Diputados.

          Como puede darse, al principio el PAN no tenía el nombre “México” como su propuesta. No. Este nombre fue planteado por vez primera en diciembre de 1993 por el entonces Partido Popular Socialista (PPS). Pero como este nombre había salido de un partido “socialista”, pues las demás fuerzas políticas no lo iban a permitir ni a dejar así, y entonces dos días después un grupo plural de legisladores hizo la misma propuesta: migran al nombre “México”.

          Y como sabemos porque nos seguimos llamando “Estados Unidos Mexicanos”, ninguna de estas iniciativas se ha visto beneficiada con el voto a favor de los legisladores, por lo que es oportuno preguntarse si ahora sí prosperará la planteada por quien fuera jefa de oficina de la candidata presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México, la empresaria Xóchitl Gálvez. Pregunta a la que me atrevo adelantar tres posibles respuestas:

          1.- Se queda en el simple diario de los debates del Congreso de la Unión como rezago o pendiente de resolver.

         2.- Llega al pleno, pero la coalición legislativa mayoritaria no la apoya y la vota en contra.

          3.- Llega al pleno, y debido a negociaciones previas de toma y daca, dirían los expertos, la coalición mayoritaria la apoya y la vota a favor, y entonces ya oficialmente nos llamaremos “México”.

          Pero mientras se desahoga esta iniciativa, y sin importar el resultado que se obtenga (rezago, rechazo o aceptación), lo cierto es que “México” seguirá llamándose “Estados Unidos Mexicanos”.