Producto de la reforma al Poder Judicial de la Federación, que ya es texto constitucional, los mexicanos tendremos la oportunidad de que el próximo domingo 1 de junio de 2025, acudamos a las urnas a elegir mediante el voto universal, libre y secreto, a 9 ministros o ministras de la Suprema Corte de Justicia, a 2 magistraturas de las Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a 15 magistraturas de las salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a 5 integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistraturas de circuito, y a 386 personas juzgadoras de distrito.

          Todo el proceso cubrirá varias etapas: 1.- preparación de la elección, 2.- convocatoria y postulación, 3.- jornada electoral, 4.- resultados de la elección, 5.- asignación de cargos, y 6.- declaración de validez de la elección. Y en todas estos periodos, por lo que se ha visto, vivido y especulado en las dos etapas que se han realizado, la oposición a esta reforma ha puesto y lo seguirá haciendo, piedras en el camino para descarrilar el proceso, cosa que para fortuna de los impulsores y organizadores del mismo, a todas luces han resultado, y resultarán, infructuosos los esfuerzos de los detractores.

          De los 881 encargos en disputa, sin lugar a dudas son de resaltar los 9 correspondientes a la Suprema Corte de Justicia, y para llegar a ellos a través de las tómbolas fueron seleccionados a la luz pública 44 hombres y 41 mujeres aspirantes a ser ministros o ministras, quienes se sumarán a las 3 ministras en activo que optaron por participar en el proceso electoral y que tuvieron pase directo a la boleta.

          De entre estos y estas aspirantes a ser ministros o ministras de la Suprema Corte de Justicia, que aparecen en los listados que el pasado jueves 12 de febrero el senado le entregó al INE, me permito compartir los nombres de quienes desde mi punto de vista deberían ser electos y electas a esos cargos.

        De entrada, empiezo con las ministras que aspiran a repetir en el cargo: Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, para después incluir a Ana María Ibarra Olguín y a María Estela Ríos González.

          Respecto a los aspirantes a ministros, anoto a Bernardo Bátiz Vázquez, Federico Anaya Gallardo, Jaime Cárdenas Gracia, y César Gutiérrez Priego.

          A estos nombres que en su conjunto conforman mi novena ideal para la Suprema Corte de Justicia, me gustaría acomodarlos como si fuesen la novena del equipo de béisbol de mi predilección, con sus bateadores o bateadoras con más de 300 de porcentaje de por vida, con uno una cuarto bat de excelencia, con sus pitcher abridor o abridora con más de un partido sin hit ni carrera, y con relevistas y cerradores o cerradoras de excelencia, con sus bateadores o bateadoras y corredores o corredoras emergentes, con sus short stop, con sus jardineros o jardineras , con sus primera, segunda y tercera bases, y con sus cátcher, pero no lo hago para no dar pie a que los seguros inconformes y malquerientes de la reforma judicial digan con perversa intención que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador sería el mánager de este equipo, auxiliado por el ex ministro Arturo Zaldívar como coach de pitcheo, y por la mismísima presidenta Claudia Sheinbaum y la directora jurídica de la presidencia Ernestina Godoy Ramos, como coaches de bateo.

          También a estos 9 nombres me gustaría sumarles otros que podrían ser el equipo suplente, pero no lo hago para no ser injustos y dejar a alguno o alguna calentando en el bullpen o sentados en el dugout.

          Por último, quiero consignar tres aspectos: 1.- no me gustó que la ex procuradora general de la república en el gobierno del presidente Felipe Calderón, la abogada Marisela Morales, apareciera en la lista que envió el Poder Judicial, 2.- sí me gustó que no apareciera el ex secretario particular del presidente Felipe Calderón, el abogado Roberto Gil Zuarth, y 3.- no me gustó que el abogado Eduardo Andrade no haya librado positivamente a la tómbola y por lo mismo no aparece en la lista de aspirantes a ministros o ministras de la Suprema Corte de Justicia.

          En fin, y como bien podría gritar la presidenta del INE, licenciada Guadalupe Taddei, en su papel de umpire: ¡Plaaaaaaaaaay Ball!