OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica.
15/04/2025

González Pedrero y el país de un solo hombre; pero también la nación colectiva, en construcción.

MÉXICO ha sido un país de un solo hombre a lo largo de su historia –emperadores, caciques, presidentes-, pero también tiene una profunda raigambre comunitaria. País de uno y de muchos. Como también, en palabras de Enrique González Pedrero, intelectual y político tabasqueño, México es muchos Méxicos.

Precisamente de las ideas y obras del autor de más de una decena de libros y numerosos ensayos, conversamos con los investigadores y profesores universitarios Cirilo Antonio Guzmán y Raymundo Vázquez Soberanes en el Claustro Central de la Biblioteca Estatal construida durante el gobierno de EGP el jueves pasado (10 de abril).

El claustro, como usted sabe, lleva el nombre precisamente de EGP y Julieta Campos, a iniciativa de un grupo de la sociedad civil y en reconocimiento a quienes impulsaron una de las bibliotecas más importantes del país.

Coincidimos Cirilo Antonio, Raymundo Vázquez y quien esto escribe en que no sólo hay que referirnos a las ideas y la obra de los dos personajes mencionados –Enrique y Julieta-, sino que es muy importante comprender, como bien escribió el uruguayo Danubio Torres Fierro, que en 1983 en Tabasco llegó al poder no uno o dos individuos, sino los representantes de una generación. La llamada "Generación del Medio Siglo".

En una entrevista publicada en la obra "Creación y poder. Nueve retratos de intelectuales" (Alejandro Toledo y Pilar Jiménez Trejo), dice González Pedrero que al estudiar a Antonio López de Santa Anna no sólo le permitió meterse al personaje, sino sobre todo al momento histórico. Agrega: "lo que me interesaba era la época y, sobre todo, el país".

Algo parecido podemos decir de González Pedrero y Julieta Campos.

Le comparto algunos apuntes de mi participación en el foro con Cirilo Antonio y Raymundo Vázquez.

CHOQUE DE MODELOS

EN LOS AÑOS OCHENTA, hace unos 40 años, el sistema mexicano vivía la contradicción de un choque entre las inercias conservadoras, entonces apuntaladas por la tecnocracia, y los esfuerzos de cambio.

En los dos casos la lucha se daba en el interior de un partido avasallante pero ya en declive, el PRI.

Mientras en el centro del país, desde la presidencia, se iniciaba lo que ahora conocemos como el periodo neoliberal, en 1982, en Tabasco a partir de 1983 se ensayó un modelo que podemos ubicar como modelo de bienestar. Así se le conoce ahora, pero el término de Estado de Bienestar no es nuevo, por lo menos se comenzó a usar desde 1945 en contraposición con el Estado de Guerra o de Crisis. Sólo para mencionar la época contemporánea.

En esta lucha de modelos en México, curiosamente, al frente de uno –el nacional- estaba Miguel de la Madrid, y del otro, en el modelo estatal, Enrique González Pedrero. Los dos, amigos y, de alguna manera colegas de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudiaron derecho. Sólo que con origen y formaciones distintas, opuestas.

Miguel de la Madrid, heredero de banqueros, se moldeó en Estados Unidos; González Pedrero, hijo de modestos servidores públicos, consolidó su formación en Europa, concretamente en la escuela francesa.

Si bien –expuse- nos reúne aquí la celebración del reciente cumpleaños de González Pedrero, yo insistiría en que no sólo hablamos del individuo o de la pareja que formó con Julieta Campos, sino que es fundamental rescatar, revisar, estudiar, las ideas, lo que estos personajes representaban.

Como acertadamente escribió el uruguayo Danubio Torres Fierro, con González Pedrero y Julieta Campos llegó al gobierno una generación, un proyecto de país. Tanto Julieta como Enrique formaron parte de lo que se denominó la generación del medio siglo.

Algunos políticos, intelectuales y escritores de esta generación fueron Carlos Fuentes, Francisco López Cámara, Porfirio Muñoz Ledo, Jaime García Terrés, Enrique González Pedrero y Víctor Flores Olea.

MÁS CULTURA EN LA POLÍTICA

ES IMPRESIONANTE la lista de quienes destacaron en la literatura, el arte y la política –a su modo- de aquella generación de los nacidos entre 1920 y 1935: Guadalupe Dueñas (1920), Ricardo Garibay (1923), Rosario Castellanos (1925), Emilio Carballido (1925); Sergio Galindo (1926), Inés Arredondo y Amparo Dávila (1928); Salvador Elizondo, Elena Poniatowska y  Juan García Ponce (1932), Sergio Pitol (1933). Podríamos incluir también a Juan José Arreola (1919), Juan Rulfo (1917), y Octavio Paz (1914). Y, por qué no, Carlos Monsiváis (1938) y José Emilio Pacheco (1939).

Algunos de ellos, como Porfirio Muñoz Ledo (1933), Víctor Flores Olea (1932) y Javier Wimer (1933), con una innegable vocación por la política fundaron la revista "Medio Siglo" (1953-1957).

Esta generación del medio siglo, estuvo influenciada por la revolución mexicana y la revolución soviética, pero sobre todo por la experiencia nacionalista de Lázaro Cárdenas, la Revolución Cubana, la Unidad Popular en Chile, la lucha contra las dictaduras militares, los movimientos de liberación en América Latina y en el denominado Tercer Mundo.

Por supuesto, por los movimiento estudiantiles de 1968 en México y en el mundo. Y por el exilio español a la caída de la República en la península.

Fue una generación que, como diría Don Enrique, no concebía la política sin la cultura. Aún más, defendía la idea de que la política era parte de un universo más amplio que es la cultura. Y esa fue la idea que se transformó en gobierno.

Recordemos que la frase que identificó a Don Enrique fue "que hablen los hechos". Hay hechos e ideas, material suficiente para el examen crítico. (vmsamano@hotmail.com)





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