En busca o en ejercicio de la proximidad social; el gobernante ante sus gobernados
08/04/2025
El mandatario Javier May presentó su segundo informe de gobierno
DIJO ayer Javier May Rodríguez en su segundo informe a los cien días de gobierno: "Tenemos claro que la política no sirve si no transforma la realidad de las personas, si no impulsa la regeneración de la vida pública, y si no construye justicia desde abajo, con el pueblo y para el pueblo". Ya en la década de los ochenta, el entonces gobernador Enrique González Pedrero –de quien el lunes se cumplió un aniversario de su nacimiento-, expresó que en lo que vale es que hablen los hechos.
Las cifras quizá no dicen mucho aún en un gobierno que apenas comienza, pero Javier May las sintetizó de la siguiente manera: "Son únicamente 90 días y con nuestros programas estatales ya llegamos a más de 335 mil derechohabientes de los 17 municipios. Esto significa que en la mitad de las viviendas totales del estado llega al menos uno de nuestros programas, de manera directa, y sin intermediarios". Puede usted imaginar lo que política y socialmente significa: una de cada dos familias recibe por lo menos uno programa social.
MIRAR LA HISTORIA
PARA DIFERENCIARSE del viejo sistema de los informes presidenciales, Andrés Manuel López Obrador estableció el estilo de informes trimestrales; "informes al pueblo", los denominó, junto a la entrega anual de sus informes de acuerdo a lo que manda la Constitución. Un esquema que ha recibido críticas, pero también aportó un enfoque distinto a la anquilosada costumbre de "el día del Presidente". Los cambios son paulatinos.
Ya anteriormente los tradicionales informes presidenciales ante el Congreso de la Unión fueron complementados con un mensaje especial –de corte e intención política sobre todo- que se daba en un recinto alterno y ante invitados especiales. Esto como resultado de las interpelaciones iniciadas por Porfirio Muñoz Ledo ante Miguel de la Madrid en 1988.
Esa costumbre de interpelar –interrumpir con una pregunta- a los gobernantes en pleno informe se extendió a los estados de la república como consecuencia de la creciente presencia de una oposición contestataria en los congresos locales. Las interpelaciones –no escuchadas y menos respondidas por los gobernantes en turno- derivaron en acciones más radicales como el impedimento del ingreso del Jefe del Ejecutivo en funciones al recinto camaral. Sucedió por ejemplo con Vicente Fox en 2006.
Tabasco no fue ajeno a estos cambios quedando los viejos protocolos superados por la realidad. Atrás quedó la oposición simulada o paraestatal, como se les llamó a los partidos que eran "fauna de acompañamiento" del partido en el poder (todo indica que es una costumbre aún no erradicada).
Como lo hizo Claudia Sheinbaum siguiendo el ejemplo de AMLO, en la entidad Javier May Rodríguez ha retomado los informes de los cien días que deben ser un balance real que también permita evaluar el desempeño de sus colaboradores más cercanos. Los funcionarios del gabinete deben igualmente estar sujetos a la revocación o ratificación de mandato, en este caso de quien los nombró, como coincidimos en comentar con el entonces candidato May Rodríguez. Se requiere una revisión para el público y una revisión interna, para llegar a la meta.
Lo importante es asimismo que los recorridos territoriales no sólo sean para recabar las peticiones y reclamos de la gente, sino que las comunidades entren en una dinámica de participación que permita la organización y el establecimiento de verdaderas contralorías sociales. Para que el pueblo ponga y el pueblo quite, y para que el pueblo tenga cuentas claras.
UNA TAREA COMPLEJA
ME DECÍA el especialista en planeación y economista Firdaus Jhabvala –conocedor como pocos de la administración pública tabasqueña- que en la entidad no era fácil gobernar porque el margen de maniobra del Jefe del Ejecutivo era muy limitado. Por un lado existe una burocracia en la que privan inercias establecidas por los sindicatos, y por otro lado presupuestos prácticamente comprometidos en un 85 o 90 por ciento, con compromisos ya contraídos. Otro aspecto en donde se observa el reducido margen de maniobra es también en el terreno político y en la relación con las élites tradicionales.
Me comentaba Firdaus Jhabvala que el único espacio en donde el gobernante tiene un mayor margen de maniobra es en la designación de su gabinete, en la selección de sus colaboradores más cercanos. Es ahí, donde quien gobierna ejerce su verdadero talento, porque también tiene la posibilidad de prescindir de quien no comprenda el objetivo de la administración en turno.
Durante su actividad desde la oposición, a finales de los ochenta y principios de los noventa, López Obrador (AMLO) recurrió a los denominados "contra informes" –informes alternos- en los que ofrecía su propia visión crítica frente a la versión optimista del oficialismo. Aparte de hacer una concentración para los contrainformes, AMLO recorría las comunidades para atender pequeñas asambleas con el mismo objetivo. El actual PRD ha tratado de hacer lo mismo. Según reportes periodísticos el dirigente estatal solaztequista –ahora un partido local-, Rafael Acosta León encabezó un "contrainforme" frente a lo que dijo era una actitud propagandística; sostuvo que los informes deben ser de manera anual y que se deben de presentar los secretarios de estado para hacer la glosa ante el Congreso. Eso sin duda ocurrirá porque, como le decía, los informes trimestrales o mensajes a públicos determinados no sustituyen el cumplimiento del mandato constitucional. (vmsamano@hotmail.com)
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