Cuaderno de notas

Canción de Navidad

Publicada en 1843, la novela corta o relato A Christmas Carol aún resuena en nuestros tiempos, pese a cumplir ya 181 años de su aparición. Esta obra de Charles Dickens, quizá una de las más leídas después de Oliver Twist, se lee y se vuelve a leer en todo periodo decembrino. 

En las traducciones al español, la obra literaria del británico se tituló: Cuento de Navidad, El Cántico de Navidad y Canción de Navidad. Aunque lo más cercano a la traducción es "canción" en alusión a los villancicos que cobraron fuerza en la época victoriana (1837-1901). Sin embargo, en Latinoamérica es y será difícil conocerla de otra manera más que por Cuento de Navidad o Un cuento de Navidad. 

La primera edición de A Christmas Carol, de unos 6 mil ejemplares, se agotó en unos cuantos días, y su éxito creció con su primera reimpresión, la traducción a otros idiomas, y su adaptación al teatro, cine y televisión.

Se leyó con entusiasmo en Londres y en todo el Reino Unido para después leerse con la misma pasión entre los norteamericanos, obra que igualmente se adaptó a dibujos animados. 

Ambientada en la fría ciudad de Londres, Canción de Navidad está segmentada en capítulos-estrofas, en los cuales el personaje principal, el viejo y avaro Ebenezer Scrooge, ve -primero- el espectro de su socio Jacobo Marley, muerto hace varios años, a quien describe como un hombre egoísta y nada generoso y a quien le anticipa lo que sucederá con su triste y amarga vida, al mostrarle la cadena que lo ata y arrastra por un mundo materialista: dinero, libros de contabilidad, escrituras, etcétera. Antes de partir, Jacobo Marley, le advierte que están por llegar tres fantasmas a visitarlo. 

En el contexto, previo a la llegada de Marley, Scrooge está enojado con el bullicio de la navidad y sus villancicos, y rechaza todo contacto social con familiares y conocidos. 

A grandes rasgos, los fantasmas que irán apareciendo le mostrarán a Scrooge el pasado, el presente y el futuro de su vida. Verá lo que sucedió con él en la infancia y adolescencia, lo que sucede con su sobrino y con el empleado Bob, mismo que vive en situación de pobreza y con un hijo enfermo. Así, estos espíritus (o fantasmas de las navidades) lo conducen por una línea del tiempo para que pueda ver su realidad, incluso, la última que está por vivir: la de morir solo y olvidado; momento que lo pone a reflexionar en lo mezquino que ha sido al acumular riquezas como prestamista. 

Desde luego, Scrooge decide cambiar y retomar el sentido mismo de la navidad: mejora las condiciones de su empleado, visita al sobrino que está reunido con su familia, y vuelve a creer, a sonreír. 

Sobre esta obra narrativa de Dickens se han escrito un sinfín de críticas literarias, sobre todo, la relación con la época victoriana o con una temática cristiana, pero para 1844 ya se habían impreso, nuevamente, unas 15 mil copias del libro. Charles Dickens sí vivió para ver el alcance de su relato, a diferencia de otros autores que partieron sin saberlo. En 1870 murió de apoplejía y se lamentó su fallecimiento. 

Al celebrarse recientemente la navidad, resulta imprescindible volver a leer Canción de Navidad o Un cuento de Navidad, o verla en película y caricaturas, dado que hay una amplia oferta de adaptaciones de esta obra importante de la literatura inglesa. Por cierto, en estos días también he leído a la par, y por tercera vez, el Cuento de Navidad, de Truman Capote. 

@Librodemar