Sobre arena
Zoque Ayapaneco: el adiós de un hablante
Conversé con Manuel Segovia e Isidro Velázquez, hablantes del Zoque Ayapaneco, en 2008. A ambos los entrevisté en la comunidad de Ayapa, municipio de Jalpa de Méndez. En ese entonces a la agencia española EFE le había interesado no solo el reporte del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) sobre los últimos dos hablantes del Zoque Ayapaneco, sino la elaboración de un diccionario a cargo del profesor emérito de lingüística de la Universidad de Stanford, James A. Fox. Además de otros factores sobre la presunta rivalidad o indiferencia entre esos dos hablantes de la lengua.
En su momento, el INALI a través de su director Fernando Nava, estimó que el 27% de las lenguas indígenas en el país estaban en riesgo de desaparecer, entre ellas, el Zoque Ayapaneco. (La Jornada, 2008). Esto despertó el interés de medios internacionales y nacionales por documentar la historia de Manuel Segovia e Isidro Velázquez. No solo de EFE, Reuters y AP, sino también de la BBC de Londres, El País, entre otros medios influyentes.
La crónica informativa publicada en EFE se tituló: "Anciano indígena salvará en México una lengua hablada solo por dos personas". El texto hacía referencia a la escuela que deseaban abrir en Ayapa para enseñarle a los niños esta lengua madre y cuyos maestros, en un principio, serían Manuel Segovia y su hijo Manuel.
En una línea escribí que en ese entonces Manuel Segovia e Isidro Velázquez mantenían un distanciamiento, por lo que el par de hablantes (se sabrá después que otros también conocían el Ayapaneco) no se comunicaba en su lengua, y que de seguir así, aislados, llegaría el ocaso de esta. En un principio no fue claro el porqué del presunto desapego.
Seis años después, en 2014, El Economista publicó un reportaje sobre la reconciliación de los ancianos, y otro a propósito de la falacia de la rivalidad entre ambos. Esta historia de la supuesta enemistad escaló la ficción y en 2017 se estrenó la película: Sueño en otro idioma, del cineasta Ernesto Contreras; en la que un lingüista viaja a una comunidad veracruzana para rescatar una lengua en vía de extinción, pero con la dificultad de que los dos únicos hablantes llevan 50 años sin cruzar palabras. En 2014, y podemos verlo en un vídeo hecho por Vodafone, compañía británica en telecomunicaciones, se inauguró la Escuela de Ayapaneco "Don Manuel y Don Isidro", con la presencia de un sinfín de infantes, ambos hablantes, de Manuel Segovia hijo, y de James A. Fox.
De 2008 a 2024, la temática "Zoque Ayapaneco" no ha perdido vigencia por múltiples razones: primero, se aclaró que no había una dichosa enemistad entre ambos, sino solo un distanciamiento; segundo, se multiplicaron las crónicas y reportajes en torno a esta lengua en firmas importantes de comunicación; tercero, se realizaron documentales, unos informativos y otros cuestionando el origen de la lengua Ayapeneca como variante del Zoque; cuarto, se redactaron artículos científicos en revistas arbitradas e indexadas desde diferentes aristas, pero generalmente en el marco de la extinción de esta lengua; y quinto, las muertes de sus "dos últimos (ancianos) hablantes", no así el deceso de la lengua dado que Manuel Segovia hijo, otros adultos, y una nueva generación, aún sostienen la existencia del idioma ancestral, hablado en este municipio jalpaneco que colinda con Cupilco, Comalcalco.
En este contexto, hace unos días miré el documental del comunicador tabasqueño, Abraham López "Ayapaneco: en las penumbras del olvido". Es un esfuerzo personal por rescatar la historia de los pueblos a través de personajes imprescindibles. Y también leí, entre diversos artículos, "Últimos hablantes de la lengua indígena en inminente desaparición: el Zoque Ayapaneco, en Tabasco, México", (2021), de Aurora Frías, en la Revista Nicaragüense de Antropología.
Escribo estas líneas a propósito de la muerte de Isidro Velázquez, misma que aconteció el pasado 13 de diciembre (2024), tres años después del fallecimiento de Manuel Segovia, el otro hablante y con quien cofundó la Escuela de Ayapaneco: "Don Manuel y Don Isidro" en 2014. Ambos hechos, la partida del primero en 2021 y el adiós del segundo en 2024, consternaron a los habitantes de Ayapa, Jalpa de Méndez, y de otras localidades indígenas de la Chontalpa. Los dos decesos generaron diversas publicaciones de notas informativas, de todos los medios de comunicación; y de esquelas firmadas por diferentes instituciones públicas: del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Tabasco; de las Secretarías de Cultura y Educación, y de personalidades de la comunidad artística y cultural.
Si bien Diario Presente tituló "Hoy murió una lengua" el 13 de diciembre de 2024, en alusión a la pérdida de un hablante importante, es evidente que las semillas sembradas por Manuel Segovia e Isidro Velázquez ya han dado frutos entre la infancia que busca echarle más agua a la lengua de Ayapa, para garantizar así su tránsito por esta tierra y agua.
@Librodemar