¿Y de ahí?
02/04/2025
Morena y la 4T: el discurso es uno, los intereses son otros
Hay algo más grave que el hecho de que la oposición esté pulverizada: que sus usos y costumbres permeen en el movimiento que pretende erigirse en una transformación nacional tan trascendente como la Conquista, la Independencia o la Revolución. Es grave que no hay oposición capaz de dialogar, elevar el nivel de debate con argumentos sólidos, basados en una postura ideológica clara. Los intentos que hay, operan desde el pragmatismo político y la conveniencia económica más burda.
El hecho de que esa oposición falte, no impide señalar que los vicios y formas de actuar que fueron duramente criticados cuando la 4T era oposición han permeado el movimiento. Es evidente que, los que antes eran inmorales acarreos, ahora son justificadas movilizaciones, por ejemplo. El problema no es el ¿chiste? de que "hay más priistas en Morena que en el PRI", si no que ahora esos modos de hacer política que estaban mal, están bien. Los que antes exigían transparencia, luego de desaparecer al INAI ahora califican de "cuentachiles" a quienes cuestionan cuánto costó el viaje a Europa. Tal como antes hacían.
Después de la suma de Lilí Téllez, que tanto restó a Morena, al punto que el propio Andrés Manuel López Obrador reconoció que fue un error haberla invitado, el partido no parece haber aprendido la lección. La adhesión de los Miguel Ángel Yunes sería contraria en términos de los propios estatutos, siendo tan criticados, una suma que provocó la totalmente justificada protesta de los militantes de Veracruz. En realidad, una resta. En el corto plazo, el costo de obtener los votos necesarios para aprobar la Reforma Judicial fue una maniobra del más puro pragmatismo político que enloda a un movimiento que se ufana en ostentar los más altos valores éticos.
Todavía más lodo se echaron encima al desechar la iniciativa para quitar el fuero a Cuantémoc Blanco. Tan sucio fue eso, que los respaldó el siempre malvado PRI. Que un partido se diga feminista sin serlo, lo han hecho todos. Pero ver a diputadas que han usado la violencia política de género a conveniencia (como Beatriz Milland), dar la espalda a la presunta víctima y arropar con el manto de la impunidad a un hombre señalado por un delito sexual, es otro nivel de vergüenza (de no tenerla).
Es cierto que el fiscal de Morelos se ha ganado a pulso la pésima reputación que tiene. Tan cierto como que Morena traicionó en ese episodio del Temo sus ideales y tradición. Tuvieron la oportunidad de ser diferentes, de reivindicar la lucha de Andrés Manuel López Obrador y del movimiento contra el fuero. Pero prefirieron erigirse jueces de control. Los escuchamos a todos decir lo mismo, Beatriz Milland incluida, vienen a decir que la carpeta de investigación está mal integrada, como si de verdad fueran le supieran al derecho penal, como si sí tuvieran facultades para calificar una carpeta de investigación.
Ella, como sus compañeros de bancada, que tanto se han llenado la boca en decir que hay que erradicar la violencia contra las mujeres, que se dicen comprometidos con la defensa de los derechos de las mujeres, en vez de hacer lo correcto decidieron erigirse jueces de control, pero sobre todo, compadres, cómplices y arriba el patriarcado.
Tras ese trago amargo, hay que echarse otro. Nada más protegieron a Cuauhtémoc Blanco, propone Alfonso Ramírez Cuéllar eliminar el fuero a gobernadores y legisladores, con el respaldo de la presidenta, quien dijo que sí, que hay que debatirlo en serio. ¿Es acaso una burla? No, es otro episodio de división en el movimiento que pregona la unidad. Uno como el que pasó recién con la iniciativa contra el nepotismo, en que se ve que el discurso es uno pero los intereses otros, y poco a poco van socavando el corazón de la 4T en el poder.
Urge que se construya una oposición con un nivel decente de congruencia, capacidad de organización, movilización, que sirvan a las causas que no están siendo debidamente atendidas en el país (no que se sirvan de ellas). Porque si no, a este paso Morena acabará consigo misma, y ante la pulverización de las opciones políticas disponibles, la ciudadanía sería más vulnerable de transitar a opciones más radicales que pueden ser mucho más destructivas de lo que hemos conocido. Eso, o que la 4T repase por qué llegó y termine de ponerse de acuerdo en consolidar el segundo piso.
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