LA OTRA MIRADA

Flor de un día

Cuando el pasado jueves 16 del presente con la detención de Guillermo "Billy" Álvarez, alto ejecutivo del equipo de futbol Cruz Azul que estuvo prófugo durante cinco años acusado de delincuencia organizada y de operación con dinero de dudosa procedencia, me enteré que uno de sus posibles cómplices se apellida "Terroba", y se me vino a la memoria que en España los escritores Daniel Nesquens y Elisa Aguilé en 2004 publicaron el libro "Y tú ¿cómo te llamas?", cuya descripción es la siguiente: "El nombre de cada uno formará parte de nuestra identificación e identidad personal, aunque no lo hayamos elegido nosotros mismos. Es importante conocerlo, no solo como voz que nos nombra, sino también como palabra escrita".

          Y también recordé que dos décadas después, en 2021, Xóchitl Gálvez en colaboración con Arnulfo Embriz, publicó el libro titulado "¿Y tú cómo te llamas?, editado por el senado de la república, del cual vale la pena compartir el primer párrafo de la presentación, escrito precisamente por la entonces senadora: "Uno de los rituales más importantes en la vida de todos los padres de la tierra es asignar nombre a su hija o hijo. Además del alimento, es lo primero que se le da al recién nacido. Cuando los padres piensan el nombre que le pondrán, en realidad están imaginando y creando expectativas sobre el futuro de la niña o niño".

          Haciendo a un lado la coincidencia en el nombre y en la intención del contenido de los dos libros, es conveniente decir que las líneas escritas tanto por Nesquens y Aguilé, como por Gálvez, plasman la idea de que con el nombre que se le pone a los recién nacidos, los padres posiblemente están orientando la actividad, oficio o profesión que sus hijos desarrollarán en su futuro.

          Y es que sumado al apellido "Terroba", existen infinidad de ejemplos de nombres y apellidos que muestran lo dicho en los dos textos mencionados, y la pedagoga Teresa Carreón Granados se ha dedicado a llevar a cabo una recopilación de ellos, de los cuales tan sólo comparto algunos: Rocío Ley, abogada; Margarita León de la Huerta, agricultora; Salvador Cienfuegos, militar; Norma Madera, empresaria de la industria del mueble; Lucha Castro, luchadora social; Eduardo Valiente, policía; Emilio y Ana Botín, banqueros; Santo Traficante, gánster; Javier Barriga, escritor de recetas caseras de pan; José Revueltas, escritor revolucionario; Filippo Leopardi, fotógrafo de felinos; Ery Cámara, curadora de exposiciones fotográficas; Carlo Trucco, técnico de fútbol; María Cátedra, profesora universitaria; Casimiro Castro, fotógrafo; José Arias, músico; Cannon Bernáldez y Paulina Lavista, fotógrafas, Óscar Mata, empresario de la industria funeraria, entre otros muchos.

          Y en el México de hoy, además de los ejemplos que con certeza Usted conocerá distinguido lector, hay dos que sobresalen: 1.- el de la ministra Norma Piña, que estudió leyes y cuyo trabajo actual debería ser vigilar que las normas legales y jurídicas se respeten y cumplan conforme a derecho, en la realidad parece ser que lo que realmente hace es todo lo contrario, creyendo, a todas luces, que ella en sí misma encarna la norma que debe regir el sistema judicial y político nacional; además, en el lenguaje coloquial se dice que una persona es "pura piña" o "bien piña", cuando es mentirosa o, al menos, exagerada; y 2.- el de la propia Xóchitl Gálvez, cuyo nombre significa "Flor" en náhuatl, y por lo mismo, así parecer ser, supuso o le hicieron creer que su destino natural era alcanzar la distinción de ser "la flor más bella del ejido", sin contemplar nunca, para mala fortuna de ella y de los llamados "Xóchitlovers", lo que en la realidad resultó ser: "flor de un día". O de una campaña, no importa.