LA OTRA MIRADA
Dispepsia Electoral
Inmersa en el reparto de culpas y con casi una nula autocrítica, a más de medio año del proceso electoral, la oposición institucional no encuentra el rumbo a seguir, y con la posible aparición formal de la oposición que busca constituir nuevos partidos políticos, el panorama se les muestra aún más complicado por simples dos razones: la fragmentación numérica y la fragmentación ideológica. Es decir, en la práctica y en la teoría la oposición en lugar de sumar, divide, y en ocasiones resta, pero nunca multiplica. Ah, pero eso sí, replica consignas sin sustento pero en apariencia ingeniosas, que pareciera fueron extraídas de algún manual de autoayuda de esos que les encanta distribuir a las empresas asesoras de marketing político electoral, tan de moda en la derecha mexicana.
Un ejemplo de las fragmentaciones que está viviendo la oposición son todos los ataques y descalificaciones que se endilgan unos a otros de sus representantes, sobresaliendo, por obvias razones, las que en fechas recientes se han dicho entre el PAN y su excandidata presidencial Xóchitl Gálvez, a quien los militantes de ese partido político le achacan la derrota electoral del pasado 2 de junio de 2024, y además le recriminan el que a pesar de que ellos la hicieron candidata a la presidencia del país, ahora ella reniega de ellos (no hay que olvidar que Gálvez siempre ha dicho que no es panista porque no está inscrita en el padrón de militantes, y se enoja que se refieran a ella como la excandidata del PRIAN), a lo que ella les ha respondido que si la hicieron candidata fue porque no tenían a nadie que aceptara jugar ese rol, y que además el PAN, el PRI y el PRD son unos partidos que carecieron de representación territorial para cubrir al menos la mitad de las casillas de votación (bueno, hasta el PRD perdió su registro nacional).
Ahora bien, y sin intención de comparar a Xóchitl Gálvez con Mario Vargas Llosa, ni a la actual oposición mexicana con la derecha peruana de finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, es de reconocerse que hubiese sido muy bueno y oportuno que la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México hubiera conocido las memorias del escritor tituladas "El pez en el agua", en donde en una de sus partes consignó: "Se me ha reprochado la alianza con dos partidos que ya habían estado en el poder. Esa alianza dicen los críticos, restó frescura y novedad a mi candidatura e hizo que ella apareciera como una maquinación de los viejos políticos de la derecha peruana para recuperar el poder a través de interpósita persona".
Además, el premio Nobel de literatura 2010 y miembro de la derechista Fundación Internacional para la Libertad (organización con la que Gálvez se reunió durante su gira por Madrid en febrero de 2024) y apoyador del ultraderechista Javier Milei en Argentina, también dijo que le comentaron que por esa alianza con partidos desprestigiados, él se "suicidó" en su búsqueda por ser presidente del Perú en 1990, proceso electoral que perdió ante Alberto Fujimori.
Desconozco si en el hablar cotidiano de los peruanos se utilice aquella máxima de que "se juntan el hambre con la necesidad de comer", pero lo que sí sé es que en México sí la conocemos y la podemos aplicar muy bien a ese armatoste conformado por PAN, PRI y PRD y que tuvo como candidata a la ingeniera, empresaria y política Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz; aunque habrá que reconocerlo, el banquete electoral al que asistieron no les sació el hambre y, además, les provocó indigestión, por lo que es válido preguntar si en los tiempos actuales en México existe algún Pepto-Bismol político organizacional que les permita paliar sus males y entonces les posibilite llegar al proceso electoral del 2027 rebosantes de salud. Pero, ¿existirá este remedio?