El tiempo que te quede, libro

Los días se van sin decir adiós, dejándonos solo con la tarea de despedirnos en silencio y permitir que el tiempo pase.

1. En un suspirar profundo se van los días. Y el café se aleja cada vez que me acerco, como la utopía. "Deje el café y los embotellados", dice la médico.

2. Aún sin suspirar, los días se van escapando despacito, como no queriendo irse. Y no hay más que decirles adiós sin que respondan.

3. Se van, los días, cierto, sin decir adiós. Sin esas despedidas tristes que son como respetuoso y educado abandono. 

4. Seas activo o te cruces de brazos se van. ¿Quién toca la puerta? Es el tiempo que se presenta breve. Deja que pase.

5. Se van los días de manera constante en el suceder. Y no hay retorno. Esta parte del tiempo es otro al instante mismo que se piensa.

6. El tiempo escribe. Y no lo leemos porque no sabemos los signos de los tiempos.

7. ¿Pasa o fluye? ¿Transcurre u ocurre? ¿De qué color imaginas el tiempo

8. Antier, ayer, mañana. Eufemismos para una sola percepción.

9. El tiempo es la idea que de él tenemos. Sea lo que fuere, sea lo que pienses, y a como lo cuentes.

10. ¡Mira mi dibujo del tiempo!, me dijo un niño. Es el despertar febril de la imaginación.

11. El tiempo es el trabajo. El tiempo es oro. Es sonoro rugir. Es la queja y el gemido. Es el ave detenida en el vuelo.

12. Es el suelo que se pisa. Es la planta del pie que nos sostiene. Es la tierra y el universo. Es el detenido verso. Es la espera en este declinar.

13. Es un gallo sin plumas y con espolón; gallo qué muerde mi conciencia. Habría qué apretarle el cuello. Pero es el tiempo que nos ahorca más temprano que tarde.