OPINIÓN

Altar Mayor
11/04/2025

Justicia a féminas, exigencia social...

Un asunto que sigue dando mucho de qué hablar, es el de la resolución de la Cámara de Diputados en relación con la solicitud de desafuero del flamante ex gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.

No tanto por lo que fue el rechazo por parte de algunos legisladores de Morena y del PVEM, sino por el abrumador apoyo de éstos hacia aquél, destacando las muestras de simpatía de las legisladoras federales morenistas y aliados, así como del tricolor.

Apoyo, por cierto, brindado sin ningún pudor al exfutbolista por dichas legisladoras, en un significativo arropamiento que, en momentos, parecería que era él la victima de la historia y no su media hermana que --según dicen-- lo denunció por presunto abuso sexual.

En opinión de expertos en Derecho, ese camuflaje legislativo dificulta que el presunto responsable, autor del hecho, reciba la sanción correspondiente, ante la decisión de los legisladores que dictaminaron improcedente el desafuero por "falta de pruebas".

El sonado caso, como suele suceder, generó la frustración de la parte ofendida al ver que su reclamo de justicia, quedó como una simple expectativa, sin concretarse en la práctica la acción punitiva correspondiente, lo que sin duda es un mal ejemplo en la demanda de justicia para las mujeres.

En el discurso oficial quedan en el aire todas aquellas expresiones y manifestaciones o pregones de campaña que llegan a subrayar que las mujeres hoy están empoderadas.

Un empoderamiento endeble, que en los hechos se viene abajo con suma facilidad, al observarse el rechazo a la solicitud de desafuero de un presunto infractor legal, lo cual además nos hace recordar el caso de otro personaje como el guerrerense Félix Salgado Macedonio, contra quien ha habido denuncias por agresión sexual, una de ellas de Basilia Castañeda (The New York Times 7/06/2021).

El tema de Cuauhtémoc Blanco, requiere verse con lupa, porque a como pintan las cosas, todo parece indicar que va encaminado a un caso más de protección y, como tal, pasará a formar datos de una simple estadística.

Mientras tanto, la exigencia social es muy clara; ya basta! de darle atole con el dedo a las víctimas de abuso sexual. Hay que demostrar con hechos, no con palabras, que sus reclamos de justicia por fin se les está dando la atención que merecen, así como el consecuente resultado de imponer al infractor la sanción legal correspondiente,

Pero también es importante que las mujeres no claudiquen en la defensa de sus derechos ni se presten a jugarretas, como parece haber sucedido en el caso de las legisladoras federales que apoyaron al ex gobernador de Morelos, para seguir solapando abusos, más tratándose de casos cuando es señalado alguien que forma parte de la elite del poder.

Ello, porque alguna de ellas, sus hijas o algún miembro de sus familias, en algún momento podría encontrarse ante una situación parecida.

La lucha de las mujeres no ha sido fácil, aunque también hay que decirlo, en momentos parecería que ellas mismas dejan de lado sus reclamos de justicia, así como la sororidad femenina que debería ser un elemento de especial cuidado.

Es importante exigir que se haga realidad la protección a las mujeres; que éstas se sientan protegidas por el Estado y pugnar que cesen los actos de abusos contra ellas, tampoco se les dé carpetazo.

Es hora de actuar. Es momento de cerrar filas con nuestras mujeres y por el bien de ellas no dejarlas a expensas de aquellos agresores que muchas veces violentan sus derechos sin recibir el castigo que se merecen.

También es importante que las féminas abran bien los ojos y no se dejen utilizar por quienes llevan la batuta en los diferentes institutos políticos y que se aprovechan de ellas para mantenerse amparados y protegidos por el poder.

La moneda está en el aire, ya veremos si en este caso se impondrá la justicia o, como ha ocurrido otras veces, al final el manto de impunidad cubrirá al presunto infractor. (altar_mayor@yahoo.com.mx)

            





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