Tedio y rutina
...pero sobretodo, para escapar del tedio y la rutina.
AHORA QUE NOVIEMBRE SE EMPECINA en mostrar cierta nostalgia por los que se fueron, uno piensa y piensa y repiensa, en qué parte del universo andan los familiares, amores y amistades, con sus risas, sus palabras, sus maneras de hacernos olvidar amarguras, con palabras, con abrazos o con versos. O acaso solo fueron entidades soñadas o imaginadas. ¿Dónde andas, padre y madre?
A LOS QUE YA SE FUERON, yo los vi llorar, hablar, mojarse con la lluvia. Yo los escuché de los anhelos que tenían por cambiar el mundo. Y lo lograban en su parte al leer y difundir ideas, como sembrar semillas en la tierra fértil de los niños y jóvenes. Los escuché en asambleas de ejidatarios y de padres de familia en las escuelas. Y luego alguien me decía: murió Toño, Gutemberg, Enedina, Óscar y Manuel. Las noticias: murió tu madre. Mala noticia; Murió tu madre. Tu hermano. Tu amigo, tu amiga. Tu ex. Y, con el paso de los meses y años, otros nombres se iban sumando a la lista de quienes habían llegado al final del viaje en la Tierra. Allí voy atrasito de ellos. Sin prisas, eso sí, pero sin pausas.
LOS VI DISERTAR DISCURSOS ARENGANDO estudiantes, obreros, campesinos, maestros. Los escuché llamando a la acción con prudencia, para no poner el pecho para las balas, la espalda para el garrote, la cabeza para las macanas. Los vi inclinados discerniendo en las palabras de los libros, y asentir con la cabeza, algo de risas, comprendiendo mejor lo que nos pasa. Los vi discutir sin ofender, reflexionar sin apabullar, comentar sin el ego de quienes creen tener la verdad agarrada por los cabellos.
QUE SI CREÍAN EN DIOS O SE DECLARABAN ATEOS, eso no es lo importante. Sabían respetar a quienes no comulgaban con sus ideas, aunque eran implacables con quienes ofendían de palabra y hechos a los otros. Fijaban posición en os hechos acuciasteis de la realidad que nos iban presentando. Analizaban en colectivo y tomaban decisiones en su vida. Franqueza con verdad, pero sin sentirse que volaban por sobre todos nosotros.
ES NOVIEMBRE Y LOS MUERTOS ANDAN como fantasmas buscándonos para conversar y recordar alguna anécdota que vivieron con nosotros. Que si tal novia, que si tal libro, que si tal maestra. Y dicen un poema de esperanza o amor (que no es lo mismo) o recomiendan algún libro. O cuentan lo que ha pasado luego de su muerte, y las andanzas entre las nubes, bajando a la tierra en la lluvia moviéndose con el viento, renaciendo en los pájaros y las flores. No es lo mismo, pero es igual en el estar y no estar. Ya no digamos del ser.
AHORA QUE EL SOL SE IMPONE y pone. Ahora que la lluvia viene y se aleja, pero nos moja y la extrañamos. Ahora que las estrellas siguen donde mismo, y la tierra sigue en su camino permanente hasta ahora alrededor del sol, sabemos bien a qué atenernos en estos tiempos cuando el odio parece tener la mejor propaganda. Y el bien y la verdad parece que tienen que replegarse y esconderse por el peligro que corren de ser excomulgadas.
NO ES QUE ANTES FUERAN otros tiempos. Es el mismo aún en lo peculiar de las relatividades, con el respectivo pase de generaciones en relevo. No es que los valores ya no existan. Claro que existen y valen por sí, sean reconocidos o no, sean practicados o no. Seguimos siendo los mismos con las mismas fuerzas y las mismas debilidades. Un hombre y una mujer, parte de una especie entre las miles, que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Y así. Lo mismo con los neandertales que con los homo sapiens, en esa mezcla de deberes, conocimiento y saberes.
YO PREGONO QUE LA TECNOLOGÍA no es el problema. El fuego fue uno de los grandes descubrimientos. La rueda fue la tecnología de época. La escritura fue la elevada manera de dejar por escrito lo que anda en vuelo en la cabeza. Y vino la radio, la telefonía, la televisión, la internet, y ahora los robots, en algo que llaman inteligencia artificial, que son como los estrategas que nos quieren espantar con el tapete del muerto, y no saben que los muertos solo espantan a los débiles.
A ELLOS SÍ QUE LES TENEMOS MIEDOS, porque tienen los medios a su favor y sus gerentes en los gobiernos, para desarrollar sus mil maneras de controlar a la mayoría y hacer que estén a su servicio: "claro que sí", que "y cómo no", "pase usted señor", "siempre a sus respetables "órdenes". Pero siempre ha sido así. Por eso está el derecho natural a rebelarnos cuando aparte de ponernos la soga, quieren quitarnos el derecho al grito y al pataleo.
"DALAI", ME DIGO A MÍ MISMO. Tome su guitarra, lea un libro. Salga a caminar. Y reflexione sobre las cosas buenas que hace en el día. Me sigo diciendo. Componga el mundo en la parte de usted mismo, y ya es algo. Ponga agua a los pájaros, riegue las plantas. Pague sus impuestos. Respete las vías de paso. Escuche a los ancianos. Ore por los otros. Pida para los otros. Que dicen que Dios no escucha a todos, compruebe si a usted sí (o no). Tome agua simple. Siga oliendo la fruta antes de comprarla. Siéntese a la sombra. Salude a las y los vecinos. No desprecie unos minutos de sol. Ni desprecia cuando lo invitan a comer o a tomar un café. Hay menos tiempo personal cada día.
AHORA QUE DICIEMBRE SE ACERCA, como decir el invierno, protéjase del frío. La tibieza está en los buenos pensamientos, en los abrazos solidarios, en el encantador vino, moderándose, y en un buen y amoroso libro de poemas. "Sabines y Neruda. ¿Dónde están esos libros?" Nunca olvide mirar de noche al cielo. Y lance sus penas a la inmensidad del universo. Sea el viento el que se lleve el mal humor. La vida sigue siendo maravillosa. Ahora que... siga usted pensando, que es la única referencia humana que nos identifica. Diviértase, claro.
MIENTRAS TANTO, YO ESCRIBO para que la nostalgia sea bálsamo, pero sobretodo, para escapar del tedio y la rutina.