Poder Político
Absolutamente ningún ciudadano puede permitirse influenciar por campañas engañosas
Duele reiterar la farsa de la clase de políticos cogobernantes carentes de argumentos para asumirse una investidura que no les queda, eso sí demasiado daño ha hecho en una encausada mezquindad por parte de quienes sí conocen del arte de la manipulación. Los muchos oscuros y escasos claros respecto de la función pública no es exclusiva de una nación, aunque en el caso de México no puede permitirse más una normalizada turbiedad ancestral recaída en una sinrazón polarizada.
La esencia de la genuina política tiene y debe conducir a conciliar a quienes se le mandata directa o indirectamente la representación de los intereses de los colectivos sociales; en la diversidad de las expresiones ideológica se debe gestionar de manera asertiva el bien común, antepuesto a la facciosa mezquindad.
En el bicentenario de México como país soberano desde el acta constitutiva signada el 31 de enero de 1824 y promulgada la Constitución Política el 4 de octubre siguiente, el principio de conmemoración debe empezar porque se dé con pulcritud democrática la elección concurrente, federal y las 32 locales, para renovar por voluntad popular el cargo de la Presidencia de la República, Senadurías y Diputaciones Federales, entre las 20 mil 367 Autoridades de Gobierno Ejecutivas y Legislativas, todo el país en votaciones.
Los Estados Unidos Mexicano en el contexto del artículo 40 constitucional se denomina como una «República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental».
Un precepto, el artículo 40 constitucional, que en estricto rigor de vigencia debe ser observada por quienes resulten ser Autoridades de Gobierno emanadas de la Jornada Electoral del 2 de junio próximo en voluntad popular de los potenciales 97 millones 782 mil 429 ciudadanos inscritos en Listado Nominal de Electores; evitando que se vulnere por ocurrencias como incorporar el concepto «Austeridad» a sugerencia del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, en la primigenia iniciativa de Reforma Electoral que presentó en marzo de 2019.
Bajo el paraguas de una República federada, el Sistema de Partidos Políticos y sus candidaturas coaligadas o no, deben aportar los argumentos de un proyecto de gobernabilidad que dé respuestas de soluciones estructurales en cada una de las políticas públicas en programas sociales y de infraestructura física que impacten en la prosperidad hacia una sociedad por lo general engañada y traicionada.
Absolutamente ningún ciudadano puede permitirse influenciar por campañas engañosas en el sentido de que una coalición de partidos y candidaturas aseguran que el triunfo es suyo cuando aún la campaña electoral inicia el 1 de marzo prolongada hasta el 29 de mayo, en el caso de la Presidencia de la República, Senadurías y Diputaciones Federales; período durante el que se tendrá la oportunidad de reconocer las opciones y a qué se comprometen. El voto libre y reflexionado depositado en las urnas es el único que decide, no una encuesta.
El ejercicio del voto libre en la renovación periódica de sus gobernantes sobresale entre los derechos políticos del ciudadano, igual constitucionales. Habida cuenta, los jugadores en la competencia que se presentan como opciones deberían abstenerse de hacer una coercitiva convocatoria a elegir masivamente en su favor y/o en contra del adversario, incluso para todos los cargos. Una actitud contraria al espíritu del entramado democrático.
Los jugadores, partidos políticos y candidaturas a Autoridades de Gobierno, deben respetar la decisión de los 97 millones 782 mil 429 ciudadanos inscritos en Listado Nominal quienes en primera instancia son libres de decidir si ejercen o no su derecho a votar, en donde mucho tiene que ver la plataforma electoral de compromisos previamente registrada ante el Árbitro Electoral.
El voto posee por característica la universalidad; entendida que todo ciudadano tiene el derecho de elegir y a ser elegido, independientemente delsexo, raza, lengua, ingresos o propiedad, profesión, clase social, educación, religión, capacidad impositiva o convicción política. Además, el sufragio debe ser libre, un acto de la emisión sin coerción y sin presión ilícita; secreto, quegarantiza la libre expresión de la voluntad como elector e impide que éste sea presionado para cruzar la boleta en el sentido de sus afinidades; un voto que también debe ser directo, personal e intransferible.
