La Era de la Electricidad
Así como en la historia energética pasamos de la Era del Carbón a la Era del Petróleo, actualmente estamos avanzando a toda velocidad hacia la Era de la Electricidad.
Así como en la historia energética pasamos de la Era del Carbón a la Era del Petróleo, actualmente estamos avanzando a toda velocidad hacia la Era de la Electricidad. Esa es la conclusión que se llegó en la pasada edición del World Energy Outlook (WEO), donde la Agencia Internacional de la Energía (IEA) dejó claro que hoy todo mundo puede palpar que el futuro del sistema energético mundial es eléctrico.
El informe WEO-2024 muestra cómo se va moldeando un nuevo sistema energético global más electrificado a medida que aumenta su demanda. En la última década, el ritmo del uso de la electricidad ha registrado un crecimiento dos veces superior al de la demanda energética general.
El informe prevé que las fuentes bajas de emisiones generarán más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030; mientras que los combustibles fósiles alcanzarán su punto máximo a fines de la década.
Sin embargo, a pesar de que la energía limpia está ingresando al sistema energético a una velocidad inusitada, con flujos de inversión de casi dos billones de dólares al año, su implementación está lejos de ser uniforme en todas las tecnologías y mercados.
El informe también hace hincapié que dos tercios del aumento mundial de la demanda de electricidad durante los últimos diez años provino de China, país que juega un papel relevante en todo el entramado energético global, desde inversiones, demanda de combustibles fósiles, consumo de electricidad, energías renovables, hasta electromovilidad.
Tal es el empuje energético del gigante asiático, que la AIE pronostica que su energía solar, para principios de la década de 2030, por sí sola podría superar la demanda total actual de electricidad de los Estados Unidos.
Un punto central que señala el WEO-2024 es cómo las nuevas perturbaciones geopolíticas derivadas de los conflictos bélicos en Oriente Medio y Europa del Este, ponen de relieve los riesgos continuos a los que está sometido el mundo en materia de seguridad energética, a la que no escapan las cadenas de suministro de energías limpias, que tienen altos niveles de concentración de mercado.
Señala, por ejemplo, que desde 2020, en el mundo se han introducido alrededor de 200 medidas comerciales que afectan las tecnologías de energías limpias.
Esta fragilidad de los mercados energéticos es un recordatorio de la importancia permanente de la seguridad energética, sostiene la AIE en su informe, señalando que, ante los impactos del cambio climático, la transición hacia energías limpias y sus tecnologías, están cambiando el paradigma de lo que significa tener sistemas energéticos seguros.
Es necesario entonces un enfoque integral de seguridad energética que no solo abarque a los combustibles tradicionales, sino también se extienda a una transformación segura del sector eléctrico y la resiliencia de las cadenas de suministro de energía limpia.
La seguridad energética y la acción climática están intrínsecamente vinculados, los recurrentes fenómenos meteorológicos extremos en todo el planeta, son un grave riesgo para la seguridad energética.
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