Escala Crítica

Trump en símbolos: de retratos, crítica, historia y memoria; ¿saldos deficitarios de la democracia?

*Tres fotos: toma de posesión 2025, ficha 2024 y mandato 2017

* Relación México-EEUU: anuncios con impacto mediático, día uno    

* Futuro: calma, cultura, historia y economía, ¿antídotos Trump?  

  

ANTE EL TSUNAMI de anuncios Trump, durante su toma de posesión (20/1/2025) como presidente número 47 de Estados Unidos, quizás hay que distanciarse (no seguir ese juego mediático en el comentario) y salir a la caza de símbolos para su interpretación. Por ejemplo, el retrato elegido como imagen pública inicial. O encarar la pregunta: ¿por qué la crítica mediática no afecta a Trump? Aunque quizás es más profundo el problema: la ley no afecta a Trump. Es la primera vez en la historia de EEUU que un presidente es convicto (por 34 cargos) y su sentencia por culpabilidad no se aplica y queda sobreseída por "inmunidad presidencial". Mancha simbólica. Trump pedía desechar el caso y que no entrara a su currículum. El juez asentó acta. Tenue raya de ética jurídica. Trump, por supuesto, se dijo perseguido político.

DIGA GÜISQUI

LA NOTA es de Shawn McCreesh (18/1/2025, New York Times en español): ¿Por qué Donald Trump sale tan serio en su retrato oficial? En imagen desconcertante, "el presidente electo aparece entrecerrando los ojos con severidad, bañado desde abajo por una inquietante iluminación". El efecto es de sombra abajo y claridad arriba, sin asomo de sonrisa, pin de la bandera estadounidense en el saco azul, cabello levemente desaliñado, más fondo con barras blancas y rojas de otra bandera. ¿De dónde viene esa seriedad?

El periodista del NYT encontró la conexión: el retrato reproduce la pose agresiva de Trump en la foto de ficha policial que un sheriff le tomó en el condado de Fulton, Georgia, durante el caso por intervencionismo electoral en ese Estado. Es el mismo gesto, desafiante, en contexto diferente. Interpretaciones sesgadas del retrato: "América está de vuelta", expresó la secretaria de Prensa de Trump, Karoline Leavitt; el activista conservador y figura mediática, Charlie Kirk, escribió en la red X: "Papá está en casa".          

En su primer mandato presidencial, Trump sí sonrió para el retrato de toma de posesión (enero de 2017) y lució dentadura afable y bonachona. Alguna vez dijo Jean Baudrillard en un viaje/crónica por América: "A falta de identidad, los americanos poseen una maravillosa sonrisa". Los tiempos cambian, según la intención política. "A Trump nunca pareció gustarle demasiado esa foto. No quiere sonreír porque parece débil", afirmó la fotógrafa en jefe de la Casa Blanca en ese entonces, Shealah Graighead.   

Como símbolo, el retrato ceñudo 2025 anuncia intenciones políticas de un mandato que irá por carriles agresivos. Mal augurio. Aunque también se sabe que la imagen pública tiene elementos teatrales: propaganda fácil para la galería.     

DESENTONADO

LA PRESIDENTA Claudia Sheinbaum tiene en la relación comercial México-EEUU un escudo contra los anuncios Trump; ya como presidente en funciones, Trump se pronunció sobre México en tono abiertamente intervencionista, aunque no hay que ignorar el daño que a los dos países hace la presencia del narcotráfico en su venta y consumo. Desde luego, hay una agenda por atender y debe haber colaboración, pero no es sólo eso lo que quiere Trump, según se desprende de sus declaraciones: la fuerza quiere exhibir fuerza.

La frontera sur como emergencia nacional, plan masivo de deportaciones, aranceles del 25% para México en el mes de febrero, los cárteles de la droga como ´grupos terroristas´ (¿colaboración policial estratégica con México, o van por la libre con la etiqueta ´terrorismo´?) y ´emergencia nacional de energía´ que mira al petróleo. En ese marco discursivo y jurídico, ¿cuáles son las posibilidades de entendimiento y prosperidad compartida? 

Trump, por lo visto, ´quiere´ ser el nuevo sheriff del pueblo y México le parece escenario a modo. La geografía juega su (mala) parte.

Veamos el factor cultural: ¿tiene que comprenderse a Trump como continuidad histórica imperial, o es anomalía política? En ambos casos, no hay espacio para políticas racionales como primer paso. Mientras tanto, la presidenta Sheinbaum tiene que distinguir prioridades políticas a partir de las prioridades sociales del País. Su legitimidad política le permite mostrar firmeza en las negociaciones que vienen. No sucedió así con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, triturado por Trump, en parte por su debilidad interna. Quedó aislado hacia adentro de su país y no tuvo legitimidad hacia afuera.

Sheinbaum quizás enfrenta un problema más grande que Trump: recursos limitados. México necesita crecer para mantener el gasto social. Ya no hay de dónde agarrar. No hay guardaditos y no se ve reforma fiscal en el horizonte. De ahí el anuncio del Plan México, que con inversiones privadas (200 mil millones de dólares) busca reactivar la economía. Es, también, lucha contra el tiempo.

ROMA Y EEUU

"HE APRENDIDO mucho en el camino", apunta Trump en 2025. Su mentalidad de empresario le ayuda a aprender rápido. Sin embargo, véase este apunte histórico: el imperio romano, antes de su desaparición, se sentía invulnerable y al mismo tiempo añoraba la Roma clásica. Error de perspectiva: se hablaba de continuidad imperial cuando el mundo ya había cambiado. ¿Ocurre eso con Trump, al hablar de construir otra época dorada de EEUU?

El gobierno de la presidenta Sheinbaum tendrá que tomar lo positivo del nuevo contexto: una oportunidad para quitarse los lastres, convertir su victoria electoral en poder político.

(vmsamano@hotmail.com)