Escala Crítica
La violencia y el delito, un acoso a la sociedad; necesaria una atención integral, más que policías
*Delincuencia organizada, nuevo sistema mundial y la pobreza
*El negocio del crimen, los actores y su paso a una guerra política
* Coincidencia de intereses para desestabilizar gobiernos y comunidades
ME PARECE oportuno y atinado el análisis que, en dos partes, nos ofreció en este espacio periodístico el investigador y profesor universitario Rodolfo Uribe Iniesta en torno a la violencia criminal que se vive en México y en varios países. Su texto “Violencia: ¿sólo delincuencia organizada o nuevo sistema mundial?” abona a una interpretación y comprensión más integral de lo que sucede actualmente. Sin descartar el término “delincuencia organizada” para referirse a las bandas y cárteles (algunas que operan como verdaderas empresas), el colaborador de Presente se refiere a la “captura del Estado” y al establecimiento de una especie de gobierno mundial a través del control de una serie de procesos que desmantelan a los poderes institucionales locales y de convivencia pacífica.
Son varios los aspectos que Uribe Iniesta aborda y que por lo general no están en la agenda de los estudios oficiales de la violencia o de la prevención del delito. Es mucho más allá que un tema de policías, es de políticas.
LA CARA OBSCURA DE UN NEGOCIO
ME DETENGO en un aspecto que me parece fundamental y que es mencionado en la colaboración del también activista (16 de enero de 2025). Leo:
“El necrocapitalismo (Subhabrata Banerjee) donde la violencia es directamente una forma de negocio (básicamente el secuestro, la extorsión, la trata y el tráfico de órganos); y el gobierno local indirecto (Achille Mbembe), donde se da una colusión entre los capitales locales o corporativos, legales o no (minas, inmobiliarias, los huachicoleros e incluso ganaderos, comerciantes, empresarios turísticos y dueños de plantaciones) y los grupos violentos que entonces es ya directamente un fenómeno político: una guerra política”.
Agrega:
“En esto último ayudó mucho la política neoliberal porque al dejar de dar subsidios o apoyos a la producción directa, además de despojar a pequeños productores mediante el anatocismo y demás abusos de los bancos, dejó al descubierto a esta población y de ahí que recurrieron a quienes tenían capital: los narcos, quienes les exigieron asociarse”. ¿Fue objetivo del esquema neoliberal?
El “necrocapitalismo” al que se refiere Uribe Iniesta es definido, entre otros, por Enzo Girardi como “un tipo de capitalismo que se reproduce a través de la muerte. De la muerte física, pero también social, simbólica o económica. El necrocapitalismo naturaliza la muerte y resignifica la vida como una experiencia prescindible, la existencia se vuelve un bien desechable. Y se concreta a través de la práctica política que rentabiliza la desaparición. Es la necropolítica la que define cómo y por qué alguien se vuelve descartable. En la dinámica de reproducción de ese tipo de capitalismo, la desaparición (de una persona, de un colectivo, de una clase social) no es un hecho contingente sino la consumación de una necesidad intrínseca a una forma de acumulación”. (Capitalismo necropolítico y razón tecnoliberal. Aacademica.org) La desaparición puede ser también simbólica, agrego, en el sentido de un sistema que banaliza la vida, que la despoja de sentido.
Es la rentabilidad de la muerte, la economía del crimen. De ahí que, como menciona Uribe Iniesta, no se debe disociar el empobrecimiento, el desplazamiento forzado, la marginación, a una fase de acumulación y el lucro por encima de cualquier consideración ética, humanista. Así en la política como en la economía.
A la vista de lo que se padece actualmente, no sólo en Tabasco sino en todo el país y en varias naciones, resulta evidente que en los hechos hay una coincidencia de intereses para desestabilizar a los gobiernos utilizando la presión de las bandas delincuenciales y criminales –las de cuello negro y las de cuello blanco-. Como bien advierte Uribe, una fase de este proceso es cuando la llamada delincuencia organizada da paso a una guerra política.
El combate a las redes del crimen deja de ser sólo un tema de seguridad ciudadana (y de la población común), para coinvertirse en un desafío a la seguridad nacional y la soberanía…como ahora se plantea con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Esto significa, me parece, que el Estado mexicano pondrá todos sus recursos para desmantelar o controlar las redes delincuenciales que ya le disputan el gobierno. No son casuales las “operaciones enjambre” para detener y procesar alcaldes y jefes policiacos, entre otros.
UN MUNDO COMPLEJO
Otro tema, pero relacionado con la propuesta de interpretación que nos ofrece Rodolfo Uribe.
Para describir la sociedad moderna, Jean Baudrillard escribió: “es como un parabrisas hecho trizas, pero que aún aguanta”. En ese parabrisas agrietado, la prensa tiene que realizar su delicado trabajo. ¿Prioridad? Pensar en el ciudadano/lector/espectador/radioescucha/usuario de redes. Por otro lado, el periodismo tiene que asimilar que, en un mundo más complejo, el registro de los hechos debe considerar esa complejidad creciente. Y trabajar más su información.
¿La prensa está dominada por la opinión sin fundamentos? Juzgue el lector. La declaracionitis política contagió a la prensa, y viceversa. En los espacios mediáticos se construyen laberintos de opinión sin hechos verificados. A esta tendencia se enfrentan periodistas que buscan informar en primer lugar. La opinión viene después, no antes de los hechos y de las referencias sólidas. Resolver, o empezar a resolver, es plantearse correctamente un problema.
(vmsamano@hotmail.com)