Cambio de estafeta
La política mexicana enfrenta la histórica lucha por encontrar puntos comunes en medio de irreconciliables intereses.
La polarización en grado superlativo de irreconciliables intereses, incluso sin darse oportunidad alguna de hallar las coincidencias en medio de las diferencias, para mejor proveer en el común beneficio al que conduce el ejercicio de la política son desafíos que históricamente enfrentan a México. Un devenir que para encausarlo hacia la coexistente armonía requiere de un principio de voluntad entre las colectividades y el cogobierno.
A todos los involucrados que cohabitan en este territorio con Claudia Sheinbaum Pardo como Jefa de Estado, a escasa una semana del 1 de octubre para asumir el cargo, deberá ocuparle en primer orden promover la pacificación de un convulso entorno, que en la recurrencia de cada día transitó hacia una inadmisible normalidad, ante la pérdida de la capacidad de asombro propio del humanismo.
El informe de «The 2023 Edelman Trust Barometer» revela el tracking gepolítco con un México en décimo tercer lugar entre las naciones con nivel de división, incididas por el desequilibrio institucional, ansiedades económicas, además de las posiciones encontradas entre las clases y masas.
La Presidenta de la República en el contexto democrático constitucional deberá tener entre sus prioritarias acciones de impostergable necesidad la gestión de convocator a un diálogo plural y receptivo, para establecer compromisos estructurales de impacto social; en el que converjan las expresiones políticas ideológicas, así como las organizaciones no gubernamentales, colectivos sociales, al igual que cualquier ciudadano por su propia iniciativa.
debe ser un encuentro para configurar el andamiaje de un agenda estratégica de gran visión que dé lugar a unn integral Plan Nacional de Gobierno del Régimen, que halle sentido con los tiempos y circunstancias.
El punto de inflexión en el que se dará la inédita transición de poderes de un hombre hacia una mujer, habrá que tener en cuenta que el ejercicio de la política inherente a la Presidencia de la República invariablemente no tiene por qué discriminar géneros, aunque sí marca un diferencial los argumentos de capacidades y competencias para que el compromiso por el que se le mandató se plasme en realidad con una eficiente administración pública en pro de la permanente atención a las demandas de justicia social.
Deberá ser una mujer presidenta consciente de poseer un dicotómico activo delicado como trascendente, el poder republicano para asumir decisiones sezudas, alejadas del autoritarismo que demasiado pernicioso ha sido para los colectivos sociales.
No le está permitido pasar por sobre los demás por una caprichosa insensatez sino que el diálogo abierto entre todas las partes involucradas le conducirá a instrumentar políticas públicas estructurales que sean soluciones de raíz.
Las iniciativas de reformas constitucionales y legales que promueva deben sustentarse en el principio democrático y de libertades. Le está prohibido asumir una actitud autócrata.
Debe tener en cuenta los rasgos constitucionales de una República Mexicana democrática, federadas, popular, y laica; mirando por el bien estar de las 32 entidades locales; el desarrollo que demandan incluso regionales, con particular atención a los ancestrales rezagos del sureste y sur de la nación, y acento en las poblaciones originarias, indígenas.
La presidenta de los Estados Unidos Mexicanos deberá ser responsable principal de que este pais lo recibirá en una real precariedad en la ha hacienda pública, pero que también tiene la oportunidad histórica, quizás la última, para encausar los esfuerzos en colectivo.
Uno de sus objetivos debe orientarse a explotar la plusvalía que le da la estratégica geopolítica; su infraestructura material, así como en recursos naturales y humanos, sumados a la conectividad por los Oceanos Atlántico y Pacífico para ser receptor del fenómeno de la relocalización de las empresas particularmente del vecino país asociado mediante el TMEC, los Estados Unidos de América, con la natural catapulta al crecimento socioeconómico.
La Presidenta de México deberá estar lúcida para comprender las implicaciones que trae consigo rendir protesta constitucional al cargo, y mostrar que el país no se equivocó al optar por ella.
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