Desafíos de las mujeres en la industria de los videojuegos

Denuncias de sexismo persisten en la industria de los videojuegos tras cinco años de escándalos

Cinco años después de que los escándalos de acoso sacudieran la industria de los videojuegos, las denuncias de sexismo y discriminación continúan. A pesar de que algunas empresas, como Ubisoft y Activision Blizzard, han implementado medidas para prevenir estos casos, muchas empleadas aún enfrentan un ambiente laboral hostil y desigual.

Mujeres enfrentan discriminación y dificultades para obtener financiamiento

• Elaine Gomez, una desarrolladora independiente de 34 años, relata haber sufrido acoso, falta de respeto y menosprecio en su carrera. Por su parte, Marie Marquet, cofundadora del estudio francés Splashteam, señala que las mujeres tienen más dificultades para acceder a financiamiento en comparación con sus colegas hombres. "Nos toman menos en serio", lamenta. Tanya X Short, directora de Kitfox Games en Montreal, confirma que los inversores dudan en apoyar proyectos liderados por mujeres.

Estos testimonios reflejan un problema sistémico en la industria, donde las mujeres siguen siendo subestimadas y enfrentan barreras adicionales para avanzar en sus carreras. Aunque algunas empresas han intentado mejorar, el progreso ha sido lento y desigual.

Crisis económica amenaza avances en diversidad e inclusión

• La crisis económica que afecta a la industria de los videojuegos podría revertir los avances logrados en diversidad e inclusión. Thomas Rodriguez, del Sindicato Francés de Trabajadores del Videojuego (STJV), advierte que las mujeres, quienes están sobrerrepresentadas en puestos de menor jerarquía, son más vulnerables a los despidos. Además, los programas de diversidad podrían verse afectados por los recortes presupuestarios en grandes empresas.

Elaine Gomez expresa su preocupación por la desaparición de departamentos de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en Estados Unidos. "Es un retroceso preocupante", afirma. Mientras tanto, muchas mujeres optan por no denunciar los abusos por miedo a represalias o a ser incluidas en listas negras, lo que limita sus oportunidades laborales.

A pesar de los desafíos, algunas esperanzas persisten. Marie Marquet destaca que las nuevas generaciones están impulsando cambios positivos. Sin embargo, para muchas mujeres, la industria sigue siendo un ambiente cerrado y hostil, lo que las lleva a considerar abandonar el sector en busca de mejores condiciones laborales.