Un desarrollo desde abajo y desde adentro, por el bien y la seguridad de todos: EGP-JC
La frase que Enrique González Pedrero y Julieta Campos hicieron suya, continúa marcando el rumbo del país desde la perspectiva de AMLO.
- Primero los pobres, un reclamo que se remonta a dos siglos
- Enrique González Pedrero y Julieta Campos, importa la propuesta
- En el sexenio, más de 9 millones salieron de la pobreza en México
PRIMERO los pobres, se ha dicho de diversas formas y modos por lo menos desde aquellos “Sentimientos de la Nación”, del líder independentista José María Morelos. Fue la frase que acuñó el matrimonio Enrique González Pedrero y Julieta Campos, y que luego se convirtió en bandera y programa de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. ¿Qué hacemos con los pobres?, preguntó en 1875 Ignacio Ramírez, El Nigromante. Sobre esta interrogante, Julieta Campos elaboró un largo estudio de más de 600 páginas.
Cuenta la escritora cubano-mexicana: “En 1982 descubrí el otro México: el país tradicional, el país campesino, el Sur papable, con rostros, de carne y hueso. Lo descubrí en Tabasco, recorriéndolo primero varias veces con Enrique González Pedrero en una campaña electoral: de 1983 a 1987 fui testigo y copartícipe de una experiencia llena de lecciones. En un estado con más del 60 por ciento de población campesina, donde coexisten la industria petrolera, la ganadería extensiva y los cultivos de plantación con una precaria agricultura de subsistencia, conocí de cerca la penuria y el rezago”
Agrega: “Fue una sacudida profunda, que removió esquemas intelectuales y los fue sustituyendo por realidades, La pobreza empezó a tener nombres y, para siempre, dejó de ser una abstracción” (Qué hacemos con los pobres, 1995)
La pobreza no es un concepto, son personas resultado de un modelo de producción, distribución y apropiación de la riqueza, y de los recursos. Esto lo recuerda y documenta Campos de la Torre en un libro destinado a ser clásico. Ayer, en la conmemoración del aniversario del fallecimiento de la escritora –ella falleció un 5 de septiembre de 2017 y su esposo Enrique González Pedrero un 6 de septiembre de 2021-, fue ocasión para hablar de un breve pero sustancioso escrito, un catecismo social, como lo definió la doctora Rosa María Romo: “El desarrollo de la comunidad”. Y también fue ocasión para hablar de esa larga batalla contra la marginación y el empobrecimiento. ¿Qué tanto hemos avanzado?
CONTAR A LOS POBRES, CONTRA LA POBREZA
A RESERVA de referirme más ampliamente a la obra de Julieta Campos, veamos algunos indicadores actuales.
En su sexto y último informe el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que de 2018 a 2022, según los censos del Inegi, salieron de la pobreza 5 millones 100 mil personas.
Expuso: esto significa el 5.6%, “algo que no sucedía en más de 30 años, inclusive hace unos meses el Banco Mundial dio a conocer que de 2018 a 2023, la pobreza en México pasó de 34.3 millones de personas a 24.7, es decir, en 5 años, 9.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza”, expuso.
De acuerdo a López Obrador, en tiempos de Felipe Calderón (PAN), según cifras oficiales, una persona ubicada en el más alto nivel de ingresos obtenía en promedio 35 veces más que un pobre. Esto cambió en el sexenio que concluye, aseguró. “Ahora la diferencia ha disminuido a 15 veces, el salario mínimo ha aumentado más del 100% en términos reales como no había ocurrido en los últimos 40 años”, afirmó.
RANGOS A DISCRECIÓN
De acuerdo a las cifras del INEGI, 30 millones de personas se ubican en la franja de pobreza, de un total de 131 millones (2023). Cifras debatibles, que cuadran con la definición de lo que es ‘pobreza’ para un estudio socioeconómico determinado. Aunque “pobreza” puede tener muchas interpretaciones. El INEGI no contabiliza como pobres a quienes ganan el salario mínimo, que se ha incrementado 110% en el actual sexenio (248.93 pesos diarios). En cambio, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuya definición de pobreza incluye a personas que ganan el salario mínimo, la cifra de pobres alcanza 35 millones. El Banco Mundial, con parámetro más alto para ubicar la franja poblacional de pobreza (hasta 300 pesos), contabiliza 40 millones de pobres. Es decir: cambia la cantidad de personas según la cifra de pesos/salario asignada por cada institución para identificar ‘pobreza’.
Por mucho tiempo, motivos político-electorales obstaculizaron en México la atención estructural a la pobreza: se miraban votos potenciales (1970-1996), clientelismo gubernamental con logo partidista. Sin rigor técnico de atención, el dispendio económico de recursos fue monumental y la corrupción campeó. En años recientes (1997-2024) se supone que esos programas tienen supervisión institucional y no pueden usarse electoralmente.
Los programas contra la pobreza, en el siglo XX mexicano, fracasaron por la voluntad estatal de control político, el diseño centralista que no proyectó el desarrollo por regiones, uso de recursos con sesgo electoral, más la ausencia de supervisión y control de programas.
Una investigación de la Universidad de Guadalajara (2022) concluye sobre el combate a la pobreza: “se necesita visión ética de la política social de un proyecto de gobierno, que se potencialice con un diseño estructural que considere regiones y necesidades en la periferia de las grandes ciudades”.
En una traducción que toque territorio podemos decir que esa política integral de atención a los marginados tuvo su momento a nivel estatal durante el gobierno de González Pedrero, con el enfoque cultural alimentado por Julieta Campos (fue en realidad un equipo que –como dijo EGP- aprovechó la oportunidad de “implementar el paso del pensamiento a la acción”.
Esto mismo lo podemos observar en el brevísimo texto de Julieta Campos “El desarrollo de la comunidad”, presentado ayer en el foro cultural del Hotel Viva, que nos lleva a otra expresión de EGP: “El auténtico desarrollo comparte siempre los principios de la democracia: sólo puede venir de abajo y de adentro”.
Con el relevo en la Presidencia y en la Gubernatura deberá profundizarse la tarea de “primero los pobres”. Mayoría da legitimidad, pero también obliga.
vmsamano@hotmail.com