Tendrá el Infonavit papel determinante en programas sociales de Claudia Sheinbaum
Hasta el término de este sexenio se contabilizaban unos 13 programas sociales, entre estos: pensión para personas adultas mayores, para personas con discapacidad permanente, becas para niñas y niños, hijos de madres trabajadoras; jóvenes construyendo futuro, sembrando vida, etcétera.
LOS PROGRAMAS sociales que pueden aplicar un gobierno prácticamente fueron todos cubiertos por la administración de Andrés Manuel López Obrador. ¿Qué le queda a Claudia Sheinbaum por hacer? Hasta el término de este sexenio se contabilizaban unos 13 programas sociales, entre estos: pensión para personas adultas mayores, para personas con discapacidad permanente, becas para niñas y niños, hijos de madres trabajadoras; jóvenes construyendo futuro, sembrando vida, etcétera.
La doctora Sheinbaum anunció que ampliará ciertos beneficios, como el apoyo a mujeres de 63 a 64 años, becas para quienes estudian educación básica, asistencia médica en casa a adultos mayores y personas con discapacidad permanente. Seguramente el catálogo irá aumentando, sin embargo el primer desafío que tendrá su administración será contar con los recursos ya comprometidos en los programas vigentes. Estimaciones basadas en cifras oficiales indican que este 2024 el presupuesto para política social llegó a la cifra histórica de 3 billones 755 mil millones de pesos. “Sí alcanza”, ha dicho la presidenta electa al referirse a los recursos para estos y otros programas.
UN SALTO CUALITATIVO
BASADOS en la experiencia de Tabasco en la época de Enrique González Pedrero (1983-1987), me atrevería a afirmar que un salto cualitativo en los programas sociales de durante el gobierno de Claudia Sheiubaum será el de la vivienda: su construcción y mejoramiento, sobre todo esto último.
Decía el ex gobernador que así como el municipio es la célula básica de la organización política, la vivienda es el entorno fundamental del bienestar de la familia y de las personas. Él mismo se declaró sorprendido del impacto que en la salud y la vida de hombres y mujeres tuvo un programa aparentemente sencillo: el de piso, fogón y letrina. En broma y en serio contaba que cuando quienes no conocían el sentido de esas acciones criticaban diciendo “y para eso fue a estudiar en Francia”. El tiempo demostró que detrás del programa había un efecto muy amplio (físico y de dignidad): levantaba a las personas del suelo y propiciaba el mejoramiento de la salud (se abatieron enfermedades por falta de sanidad). Lo que parecía poca cosa frente a las obras millonarias y lucidoras, mejoró notablemente la calidad de vida. De eso se trata el gobierno.
Es un hecho que Claudia Sheinbaum dará un énfasis especial al mejoramiento y la construcción de viviendas. No es casual que en sus prácticas profesionales, a finales de los años ochenta, haya desarrollado estufas eficientes de leña en una comunidad michoacana para mejorar las condiciones domésticas de las mujeres. En la capital del país (Cdmx), cuando fue Jefa de Gobierno, también impulsó este programa de estufas ecológicas. Ahora buscará extender al país su propuesta de vivienda a bajo costo para combatir a los llamados “cárteles inmobiliarios”.
El 8 de abril de este año anunció su intención de lograr un millón de viviendas accesibles. En particular refirió una reforma a la ley del Infonavit para permitir que los jóvenes puedan rentar y posteriormente adquirir viviendas de bajo costo. Dijo también: “Vamos a darle al Infonavit y al Fovissste, la capacidad de que construyan directamente unidades habitacionales para que haya viviendas, acceso a la vivienda, que se pueda rentar de manera barata y después que esa renta se contabilice, si es que la familia quiere adquirir la vivienda a un precio accesible”.
Se puede prever que habrá un intenso programa de vivienda rural. En Tabasco, por ejemplo, Javier May anunció la construcción y mejoramiento de 40 mil viviendas durante el sexenio.
En esta fase integral de los programas sociales el Infonavit tendrá un papel determinante.
UN MODELO PARA APRENDER
EL DESARROLLO de la comunidad debe estar pensado a la medida de las mujeres y los hombres de carne y hueso, con nombre y apellido, solían reiterar Enrique González Pedrero y Julieta Campos de la Torre, que gobernaron Tabasco de 1983 a 1987, pero cuya acción y palabra no sólo impactó en la cultura y la política desde que en 1955 irrumpieron con mayor vigor en la vida pública de México, sino que sigue siendo referencia. Y seguramente lo será en el futuro cuando se comprenda a fondo la propuesta transformadora que impulsaron en esta entidad del sureste mexicano.
Es necesario rescatar y difundir las ideas y acciones del matrimonio González Pedrero y Campos de la Torre, coincidieron en señalar Rosa María Romo, Cirilo Antonio Guzmán, Ervey Castillo y Carlos Enrique Morales, durante su participación la semana pasada en el foro conmemorativo al aniversario del fallecimiento de la pareja que gobernó Tabasco de 1983 a 1987.
Escribió Julieta Campos: “Para entender lo que nos proponemos basta pensar en las necesidades fundamentales de todo ser humano: tener buena salud y una vivienda digna; comer adecuadamente; participar en actividades productivas que se traduzcan en un mejoramiento real de sus condiciones de vida y tener acceso al conocimiento y a la cultura”
¿Cómo garantizar la salud y las condiciones mínimas para una vida digna? La respuesta es el hogar, la familia, como le comenté líneas arriba. Y es ahí donde aquella administración enfocó sus esfuerzos con el citado programa de “piso, fogón y letrina”. Si las personas no tienen una vivienda adecuada, los efectos se verán en todo su desarrollo; de la misma forma que si las condiciones de la vivienda cambian, mejoran, su vida será distinta.
La calidad de la vivienda es un factor para reconstruir el tejido social. (vmsamano@hotmail.com)