Reforma energética y la Torre de Babel

Como en la Torre de Babel, los cambios recientes en la reforma energética delatan la falta de consenso y dirección

Los cambios en la reforma por el Poder Legislativo, dejó en claro dos cosas:

  • No tiene idea de la transición energética.
  • Auto-chamaquearon a México, ante sus socios co- merciales del TMEC.

Se deriva de las siguientes observaciones que deben ser consideradas en el corto a mediano plazo por aquellos individuos que llevan a cabo la política pública de este país en el transcurso del sexenio y el próximo, ante los cambios constitucionales efectuados.

Transición energética. La eliminación que la Nación era responsable de su realización, y que esta utilice las energías primarias de manera adecuada, para tener un mejor aprovechamiento, fueron enviados estos conceptos al bote de la basura. ¿Quién es el encargado de realizar esto? Y si en el dado caso es asignado a una Secretaría, o empresa estatal, esto quiere indicar que no darán presupuesto para realizarlo.

Los legisladores en su totalidad, sin excepción, solo hablaron de transición energética, referenciada a la forma de generar la electricidad con combustibles fósiles o energías renovables (incluidas las limpias); pero ninguno, cuando pasaron al púlpito para expresar su posicionamiento, habló de la forma de dejar en manera paulatina la utilización de combustibles fósiles. Entre los que se encuentran el gas natural, el cual es utilizado para generar más del 60 % de la electricidad en nuestro, país. El carbón utilizado para tomar su poder calorífico en algunas industrias, y en un 4 % para generar electricidad del total. Finalmente, el petróleo crudo y sus derivados; tales como las gasolinas, diésel, turbosina, gas licuado de petróleo, coque, combustóleo, entre los más utilizados en la cotidianidad de las actividades de la sociedad, y que son los que más gases de efecto inver- nadero producen, y que provienen principalmente del transporte que tiene que quemar para mover motores.

No, hay un plan de largo plazo de transición energética constitucional, y de políticas públicas reales del cómo debemos de llegar en el futuro. México necesita tecnología de otros países y que solo podemos obtenerla de tratados comerciales que tenemos con ciertos países.

Es absurdo considerar, y utilizar como discurso en el Poder Legislativo, que podemos dejar el uso de la gasolina y utilizar carro eléctrico, si no existen las condiciones actuales. Sin considerar los híbridos, y los cuales tienen escape, y producen combustión, al seguir usando gasolina para su movilidad. Tengamos en cuenta que en México existen aproximadamente más de 38 millones de automóviles, y de los cuales del tipo eléctrico existen no más de 45 mil que circulan en la actualidad. Para poder llegar a tener carros eléctricos con las políticas actuales sexenales, y donde cada vez que llega una nueva administración, cambia el sector energético, estaremos teniendo carros en nuestro país circulando en plenitud del tipo eléctrico hasta el siglo XXII, y dejaremos de usar a los combustibles fósiles casi a finales de este siglo.

Las empresas PEMEX, y CFE; al pasar de nuevo a ser estatales, el cambio causa incertidumbre, por dejar de estar bajo la ley mercantil. Ahora tendrán toda la infraestructura del gobierno, para hacer frente ante cualquier desavenencia con una persona física o moral, que haya realizado algún contrato o transacción comercial. Eso beneficia a la empresa, debido a que ahora tiene el respaldo directo del gobierno, y no como antes que de- pendía de la SHCP, en cuánto podría ser ayudado.

Los legisladores han autochamaqueado a México debido a la implementación de los cambios correspondientes al sector energético, previo a la ejecución de la evaluación del TMEC en el año 2026. ¿Cuál era la prisa de hacer estos cambios? En realidad, existe una estra- tegia alineada entre lo político y el ámbito económico.

El TMEC fue firmado bajo políticas públicas que existían en su momento, en 2020; y que fueron el detonante en medida para su firma. Contenía normatividades, regulaciones, y leyes, que podían mantener una armonía con las inversiones privadas. (Continuará. Grupo Ca- raiva – Grupo Pech Arquitectos)