La independencia energética mexicana (I)

La forma más efectiva de tener conocimiento de que un país es tan autónomo, dependerá del índice de independencia energética

Existen muchas definiciones del término de independencia energética, pero refiere en general en que un país tenga la capacidad para producir toda la energía que necesita, y no depender de importaciones del exterior, ya sea de combustibles fósiles, electricidad o cualquier energía primaria.

La forma más efectiva de tener conocimiento de que un país es tan autónomo, dependerá del índice de independencia energética; y cuyo valor utilizado a nivel internacional, y mide de manera general, el grado en el que un país puede cubrir su consumo de energía por su producción durante un período de tiempo.

Si el índice calculado, es superior a uno, el país se considera autosuficiente energéticamente. La forma de obtenerlo, consiste en dividir la producción de energía primaria entre el consumo total energético del mismo período. Por lo cual, al estar en función del consumo y de la producción de energía, es susceptible a los incrementos y decrementos que presenten ambas variables en un período de tiempo, y al crecimiento económico de un país.

Según datos del balance de energía de la SENER, indica que México al cierre de 2022, presentó un índice de independencia energética equivalente a 0.71, manifestando que la producción nacional de energía primaria cubrió el 71.29 % del consumo energético, presentando un déficit del 28.71 % de energía demandada dentro del territorio nacional que fue cubierta con importaciones. Para el año 2022, el índice de independencia energética creció un 4.84 % respecto al presentado en el 2021, al pasar de 0.68 a 0.71.

México, al no ser autosuficiente energético, es muy probable que la independencia se aleje del uno en el corto plazo, ante una mayor demanda de energías primarias transformadas en combustibles fósiles para el transporte, y la generación de la electricidad.

Por qué afirmamos esto, porque en México predominan las actividades relacionadas con la extracción y producción de energías primarias, dejando de lado la producción de energía secundaria, para la cual es necesario contar con un sistema de transformación más amplio (Refinerías, fraccionadora, plantas de tratamiento de gas, centrales eléctricas y petroquímicas).

México es autosuficiente en energía primaria, pero deficitario en la producción de energía secundaria.

La próxima administración del país deberá el considerar, si las empresas productivas del estado (PEMEX y CFE), y que pasarán a ser estatales, y la nueva forma de normar el mercado energético, ante la posibilidad de eliminar órganos reguladores, no pondrían en duda poder llegar a estar con un índice arriba del 1.

Ahora que ha aumentado el consumo de energía, y ante un presupuesto contraído para ambas empresas, tasa de interés altas comparadas con hace un lustro, y los servicios, productos e materiales han incrementado por la inflación, y que no ha cedido en el mundo. (– Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos. Continuará)