López Obrador comprendió el deterioro de los partidos tradicionales y logró construir un gran movimiento
López Obrador vio lo que muchos no quisieron ver: el desgaste de los partidos tradicionales y la oportunidad para construir un movimiento de cambio.
*Las encuestas revelaron la creciente separación partidos-ciudadanos
*Todo indica que no han sabido entender y adaptarse a la nueva realidad
*Morena tendrá que mirar en el espejo de sus adversarios, hay riesgos
EL QUE PREGUNTA no se equivoca, decía el ingeniero Alfonso Valdivia, quien durante años fue mi interlocutor en largas pláticas que, como bien escribió el buen amigo Mario Cerino, tenía preguntas que “nunca eran triviales y, aunque sus respuestas a menudo parecieran sencillas, estaban llenas de una sabiduría que solo el tiempo y la experiencia pueden otorgar”. Es precisamente en el tiempo que vamos encontrando respuestas a las más complejas cuestiones.
Le decía en mi anterior colaboración, en la que recordaba mis diálogos con el ingeniero Valdivia, recientemente fallecido, que la llegada de Morena al poder fue de la mano de una labor constante e incansable de Andrés Manuel López Obrador, pero también por descrédito de los partidos tradicionales y sus líderes, cada vez más conservadores, por decir lo menos. Hubo un alejamiento paulatino del PRI, PAN y PRD –como institutos dominantes- de “los sentimientos del pueblo”.
Comentaba que en 1995, BANAMEX publicó una “encuesta nacional de valores democráticos”, en la que en términos generales les fue bien a los políticos en 10 rubros calificados y aunque calificaciones bajas en algunos aspectos (visión de largo plazo, nivel de argumentación, ética) resultaron aprobatorias temas relevantes (preparación profesional, responsabilidad, trabajo en equipo, ideales, 60%) eso cambió, porque hubo un distanciamiento creciente respecto a los ciudadanos.
UNA BRECHA Y LA CRISIS
EN EFECTO, en febrero de 2009, la revista Nexos mostró resultados de la “Primera encuesta nacional sobre la discordia y la concordia entre los mexicanos”. Investigación realizada por la firma Cinco S.C. (Consultores en Investigación y Comunicación), con 800 entrevistas a población adulta con muestreo aleatorio de números telefónicos residenciales de 48 ciudades en las 32 entidades federativas. Los políticos perdieron terreno: reprobaron de todo a todo. Se pidió a los encuestados calificaran a los políticos en escala de 1 a 10. Aquí presentamos la tabla más importante de Nexos:
-Tolerancia a las diferentes formas de pensar: 5.4
-Aprobación de leyes que buscan el beneficio común: 5.3
-Disposición al diálogo y la negociación: 5.2
-Rectitud en el comportamiento público y privado: 4.9
-Respeto a las leyes y las instituciones: 4.9
-Representación de los intereses de la sociedad: 4.7
-Capacidad para llegar a acuerdos en las Cámaras: 4.7
-Transparencia y rendición de cuentas: 4.6
-Cercanía con la gente para escuchar sus necesidades: 4.2
-Congruencia entre lo que dicen y lo que hacen: 4.2
Sólo tres rubros estuvieron arriba del 5 de calificación, pero note el lector: las calificaciones más bajas fueron “Cercanía con la gente para escuchar sus necesidades” y “Congruencia entre lo que dicen y lo que hacen”, ambas con 4.2. Esto muestra que crecía el distanciamiento entre políticos y ciudadanos. Era clara la necesidad de una opción emergente que revalorase la política congruente y la cercanía ciudadana; López Obrador supo leer esa realidad y aplicó un justo planteamiento desde Morena como partido-movimiento. Vino su ruptura y separación del PRD, partido que se corrió hacia el bloque PAN-PRI. Por cierto, la desconfianza creciente de los ciudadanos hacia los políticos -en ese 2009- fue equivalente al aumento de los porcentajes de abstencionismo en elecciones.
MÁS DE LO MISMO, 2015
EN EL AÑO 2015, midiendo tiempos delicados después de Ayotzinapa, la UNAM realizó un estudio sobre comportamiento de los políticos. Los datos no hicieron ruido, quizás porque certificaron la consistencia de la percepción ciudadana, que no esperaba mucho de sus políticos. He aquí los principales resultados, obtenidos en 20 ciudades de la república (2 mil encuestados, calificaciones del 1 al 10 por rubro):
-Aplicación de la ley: 3
-Honestidad: 4
-Preparación profesional: 4
-Resolución de problemas: 2
-Responsabilidad: 4
-Capacidad negociadora: 4
¿Qué pensar de esta continuidad gris en las percepciones ciudadanas sobre políticos, entre 1995 y 2015? Políticos y ciudadanos, en carriles separados. Lo que ocurrió después, con la irrupción de Morena, se explica en parte con estos datos que los partidos tradicionales desecharon. Hoy, visto el contexto, no sorprende que los partidos antes dominantes y el poder modificado (Judicial) se refugian en litigios jurídicos (acciones de inconstitucionalidad, controversias y amparos) mientras muestran aversión a las urnas. Olvidan que los ciudadanos se expresaron ahí. Y que lo seguirán haciendo para afirmar sus derechos.
AL MARGEN
Es cierto que se registró un éxodo de antiguos recalcitrantes antiobradoristas hacia Morena, con el riesgo de contagiarle sus viejos vicios. Pero está visto que la población califica en las urnas en procesos cada vez más acelerados.
La democracia es más que una percepción.
También esta columna va dedicada a mi amigo y compañero de labores Alfonso Valdivia quien durante mucho tiempo tuvo la paciencia de escucharme y compartir conmigo sus reflexiones surgidas de su sentido práctico.
(vmsamano@hotmail.com)