La vida es bella
La vida es bella
TENEMOS EL RECUENTO de lo mejor y peor que nos ha pasado en la vida. En lo de mejor, no hay mucho qué decir, más que nos alegró en varias ocasiones y que por lo tanto, con fundamento en esas percepciones, coincidimos en que la vida es bella. Caso contrario, en lo de peor que nos ha pasado, allí sí nos llega la duda si realmente la vida es bella o si estamos confundidos. Incluso pensamos que no a todos les pasa y que solo nosotros tenemos lo que se da en llamar mala suerte. Y por cierto hay quienes pasan su vida con esta última idea de la vida, de la mala suerte.
SI ESTE ES SU CASO, respire profundo, y si está en sus posibilidades salir a caminar cada día unos 40 minutos, de entrada, se sentirá diferente. Ganará en salud. Y su mente estará más refrescada. Se encontrará vecinos y vecinas que también salen a hacer lo mismo, sea de mañana o tarde, y le sonreirán y le darán el saludo al que usted ha de corresponder. Recuerde que la mayoría de enfermedades están relacionadas con el sedentarismo, con esa disposición moderna a estar sentados, a caminar poco y a subirnos al auto si tenemos, y a estacionarnos lo más cerca de la entrada a nuestro trabajo.
HAGAMOS UN REPASO en general a las cosas bellas de la vida: la naturaleza, la lluvia, el sentarse en la arena de la playa y ver el vaivén de las olas, el comer mango sazón con chilito y sal, el tomar un helado, el platicar mirando a los ojos, el leer un libro que nos gusta, noches estrelladas, escuchar música, hacer el amor y que el amor nos haga, sentarse en un parque, viajar hacia fuera y hacia uno mismo, disfrutar una paleta del sabor preferido, mirar la lluvia caer, mojarse sin lluvia, besar, si, tomar café, sembrar una plantita, encontrar la mirada que gusta la reciprocidad de mirarse, una conversación a larga distancia, un solo de guitarra o trompeta.
HAY UNA HISTORIA del alumno que estaba aburrido de su maestro que siempre que entraba al salón lo primero que decía de manera rotunda es que "la vida es bella", y así por todos los lugares donde se encontraba a los alumnos, en el recreo inclusive: "la vida es bella”. Y ya de adulto el alumno lo alcanza a ver en una estación de tren, y trata de escondérsele, pero ya tarde, porque el maestro ya anciano lo había visto, y no tuvo más que recibir la misma expresión de "la vida es bella", como cuando la escuela primaria. Y dice el ex alumno, que tuvo la franqueza y osadía de preguntarle el porqué de esa (ridiculez) expresión siempre. Y el viejo maestro le invitó un café para contarle la historia. Que aquí la cuento.
JOVEN, MAESTRO, se enamoró asimismo de una joven y bella maestra. Enamorados ambos, como pocas veces en la vida, se casaron, y las pláticas de ambos eran interminables contentos de ser maestros de corazón, cada uno se contaba las peripecias por las que pasaban en sus jornadas de trabajo. Porque se amaban y amaban su muy humana profesión. Pero a los tres años de casados y viviendo esa permanente luna de miel, ella enfermó de cáncer y a pesar de las terapias y tratamientos, estaba cerca de morir, y él desolado y con el llanto abierto, quería morir con ella, y así se lo dijo.
ELLA, EN SU LECHO de muerte, y en sus minutos finales le dijo que ella quería que él siguiera viviendo. Y que le jurará que le iba a seguir echando ganas y que por amor a ella le jurara que seguiría enseñando con el mismo amor que cuando ella vivía. "Hágalo por el amor que me tiene", le dijo. Y él, por el inmenso amor que sentía por ella, y viendo que estaba a punto de morir, se lo juró, que seguiría viviendo y enseñando con enorme amor. Y el juramento era por ella, porque él quería morir con ella, y consideraba que no tenía sentido al vida sin ella.
ELLA MURIÓ. Se le hicieron los funerales y finalmente se le enterró. Él tuvo los tres días libres, en derecho laboral cuando fallece alguien cercano. Y al cuarto día se enfiló llorando hacia la escuela y su grupo. Estacionó su auto. Caminó hacia el salón. Y antes de entrar se detuvo, pensó en ella, se limpió las lágrimas. Y entró al salón, y con el corazón destrozado, sonrió y dijo de manera muy expresiva: "Buenos días, niños y niñas, ¡la vida es bella!". Y así todos los días. Y así en el recreo. Y así en la llegada y despedida del grupo. Así siempre. La vida es bella.
EL EX ALUMNO LO ESCUCHA y le entra humo en los ojos. Ahora comprende a su en aquel entonces joven maestro, desde hace años viudo, sin su brújula, sin su razón de ser, expresando con el corazón roto, que la vida es bella. Y así lo encontró en ese andén de tren, y se le quiso esconder, pero no pudo, y escuchó como cuando niño que la vida es bella. Convenciéndose que la vida es bella a pesar de los desatinos, de las piedras en el camino, de las tragedias, de los desencuentros, de los duelos y abandonos.
A LO MEJOR REPROBASTE una o tres materias. O el año completo: la vida es bella. A lo mejor te dejó tu pareja: la vida es bella. A lo mejor no tienes empleo y tienes salud: la vida es bella. A lo mejor estás enfermo, y la mente requiere un mensaje poderoso para hacer que te empieces a mejorar: la vida es bella. A lo mejor murió tu hijo, tu padre o madre, o tu pareja: la vida es bella. A lo mejor chocaste y tienes una deuda: la vida es bella. A lo mejor estás lejos de tu casa y extrañas a tu familia: la vida es bella. A lo mejor perdiste un brazo o una pierna: la vida es bella. A lo mejor perdiste la vista. O estás en tus últimos meses de vida: la vida es bella. Y síguele con los ejemplos. Sin duda alguna la vida es bella, porque es única, efímera y fugaz. Y la vida sigue siendo bella a pesar de las tantas derrotas y los lejanos triunfos. La vida, contigo y sin ti, sigue y seguirá siendo bella. Bellísima.
CUANDO TENGAS TIEMPo lee un libro, escribe unos diez renglones de tu vida, que la vida es bella. Y cuando puedas mira la película “La vida es bella”, de Roberto Benigni. Y escucha la canción de Miguel Bosé. Mira la película y oye la canción las veces que sea necesario, que la vida realmente es bella. Aquella mirada, los primeros pasos y palabras de tus hijos, la amistad verdadera, el amor verdadero, la pasión por todo, por la idea y por la carne, los motivos de la risa, la palabra hablada, pensada o escrita.
11. "Yo, al verte sonreír/ soy el niño que ayer fui/ Sí, yo velo por tus sueños/ El miedo no vendrá y así sabrás lo bello que es vivir/ Caen, mis lágrimas al mar/ Tú, no me verás llorar/ Es que solo tu alegría/ amansa mi dolor y así yo sé lo bello que es vivir/ Sí, mi corazón siempre estará/ donde esté tu corazón, si tú no dejas de luchar/ Y nunca pierdas la ilusión/ Nunca olvides que al final habrá un lugar para el amor/ Tú, no dejes de jugar/ No, no pares de soñar / que una noche la tristeza/se irá sin avisar y al fin sabrás lo bello que es vivir..."