¿Historiadores, para qué?
El país está cambiando de nuevo, ahora en sentido inverso al de los cambios democráticos de 1977. Necesita volver a pensar su pasado, preguntarse de nuevo ¿Historia, para qué?
Quien revise el trayecto de Alejandra Moreno Toscano, cuyo homenaje celebró El Colegio de México el pasado 27 de agosto, encontrará a una historiadora puesta en la historia: activa y metida en ella.
Entre 1977 y 1982 dirigió el Archivo General de la Nación. Entre 1986 y 1988 el Programa de Reconstrucción de vivienda en la Ciudad de México, luego del sismo de 1985. Entre 1988 y 1994 la Secretaría de Desarrollo Social del Departamento de Distrito Federal.
En 1994 fue miembro de la Comisión de Paz y Reconciliación en Chiapas. Entre 2007 y 2015 fue la Autoridad del Centro Histórico. En 2016 y 2017 fue diputada de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
En 2022 y 2023 fue asesora de la recuperación y preservación de la Memoria Histórica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, referido a la Ciudad de México.
Es claro que se trata de una historiadora puesta en la historia, puesta en La Ciudad, en la Polis en el espacio de todos.
Alejandra Moreno Toscano ha respondido con su vida a la pregunta que nos hizo en 1979 a los historiadores gozosamente enclaustrados frente a la playa de Pichilingue: "¿Historia, para qué?".
Su respuesta:
Historia para servir a La Ciudad, en su sentido de espacio urbano, pero también en el sentido de espacio público y simbólico.
Historia para la memoria de todos, para la historia y el presente de todos. Historia para recuperar y renovar la historia.
Historia para mejorar el presente, no sólo para recordar el pasado.
Historia, en fin, para mejorar la vida.
Siglo XXI Editores ha hecho una reedición del libro original ¿Historia, para qué?, y ha convocado a una nueva generación de historiadores a responder, en un nuevo libro, la misma pregunta.
Ninguno de esos libros está regido por la complacencia ante las estatuas, sino por la crítica. Los historiadores, decía Marc Bloch, no están obligados a la verdad, pero sí a la exactitud de los hechos.
El país está cambiando de nuevo, ahora en sentido inverso al de los cambios democráticos de 1977. Necesita volver a pensar su pasado, preguntarse de nuevo ¿Historia, para qué?