El festival del cacao y chocolate en Comalcalco/ La violencia sexenal
Pese a los objetivos claros de la feria, como el de mostrar la importancia productiva, alimentaria, industrial, social y cultural del cacao, Peralta Suárez indicó que se cumplió con otro propósito: el de construir un puente directo entre productores y procesadores de cacao en chocolate.
Al finalizar agosto, el alcalde electo de Comalcalco, Ovidio Peralta Suárez rindió su último informe legislativo como Senador de la República. A un mes que asuma la presidencia municipal de la Perla de la Chontalpa, compartió cada una de sus acciones realizadas en la Cámara Alta, y sus impresiones por dejar este recinto legislativo. En sus cuentas de redes sociales, Peralta Suárez también compartió un enlace para que los ciudadanos puedan acceder al Sexto informe y conozcan, de primera mano, las gestiones y comisiones en las que participó en el último año como senador.
Por cierto, este fin de semana, Peralta Suárez participó en la Feria Nacional de Cacao y Chocolate en Comalcalco, donde dijo que “el cacao es un tesoro que conecta con nuestras raíces, cultura y nuestra tierra”, en el marco de la inauguración a cargo del edil Gregorio Espadas.
Pese a los objetivos claros de la feria, como el de mostrar la importancia productiva, alimentaria, industrial, social y cultural del cacao, Peralta Suárez indicó que se cumplió con otro propósito: el de construir un puente directo entre productores y procesadores de cacao en chocolate.
En Comalcalco, llamada cuna del cacao, participaron unas 50 iniciativas productoras de cacao y de chocolate locales, y también asistieron decenas de chocolaterías nacionales ofreciendo catas, talleres y pláticas para todo el público, así como una amplia cartelera cultural.
De acuerdo con Peralta Suárez se demostró “que los cacaoteros y chocolateros de Comalcalco tienen potencial internacional”, en este proyecto realizado por el Ayuntamiento de Comalcalco, la dirección de Fomento Económico y Turismo, su equipo, y con la suma de asociados: la Alianza Mexicana por el Cacao y el Chocolate, Fine Cacao and Chocolate Institute de Harvard University y Slow Food México.
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Está por concluir el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Si bien la crítica se centró en sus programas sociales y en la construcción de obras ferroviarias, creo que el mandatario cometió un error, entre otros, que habrá de heredar la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo: no atender el crecimiento de los grupos delictivos y el cederles el territorio en las fronteras, sobre todo la del sur.
A pesar de rendir su último informe de gobierno y de destacar cada uno de los logros, el presidente —con su política de “abrazos, no balazos”— es responsable del desplazamiento de miles de ciudadanos en varios municipios de Chiapas y otros estados del sur.
De hecho, ayer Milenio —en el suplemento Domingo— publicó el reportaje: “Cártel del ancla hace secuestros masivos en Chiapas”; se refieren a los indocumentados que ingresan al territorio nacional, luego de su travesía por el Darién y Centroamérica.
Dos son los problemas en Chiapas, estado limítrofe con Tabasco: el secuestro de migrantes y el desplazamiento de nacionales a punta de balazos. En ambos casos, el crimen o la delincuencia organizada son responsables de estos actos.
El pasado 6 de agosto, publiqué la columna “El sur y el desplazamiento”, donde escribí:
“De junio a julio de 2024, las noticias sobre los chiapanecos que abandonan sus hogares, ante el crecimiento del crimen organizado, se multiplican. No solo en Animal Político, Sin embargo, Reforma y El Heraldo de México, sino también en El País, Milenio y El Universal, se destacan estos desplazamientos”.
Estos ataques contra la población civil también son una constante en Guerrero y Oaxaca, pero la narrativa gubernamental ha ocultado estos hechos.
A mediados de 2024, diferentes despachos informativos cuantificaron las muertes, por violencia, en este sexenio: entre 150 mil y 190 mil personas, de acuerdo con El Universal, El Economista, El Financiero y CNN, es decir, 21% más que en el sexenio anterior.
Aunque el presidente López Obrador dijo que la única mancha que se llevará, como responsable del gobierno, fue el fraude de Segalmex, creo que una de sus grandes omisiones fue el tema de la seguridad pública, dado que en el sexenio los grupos delictivos se posicionaron de diversas zonas del país, entre ellas, la nuestra. Y todo ello, pese al respaldo y a los obsequios de aeropuerto, vías férreas y puerto en el Pacífico, que le brindó al Ejército, Marina y Guardia Nacional.
@Librodemar