No hay transformación si se mantienen las causas de la pobreza estructural y de injusticia

Tema recurrente en las campañas y en propuestas de gobierno

  • Pobreza y desigualdad: cambio de enfoque, corto y largo plazo
  • Tema recurrente en las campañas y en propuestas de gobierno
  • Compromiso que no debe eludir una verdadera transformación


HAY TANTOS ESTUDIOS y programas sociales en torno a la desigualdad y a la pobreza que lamentablemente este déficit público –y humanitario- se nos ha vuelto normal. En algún momento de la organización de las sociedades surgió la pobreza. Fue en 1598 cuando se proclamaron las Leyes Inglesas de Pobres, reconocido como el sistema nacional para asistencia para paliar los efectos del despojo o la concentración de la riqueza. Hay, por supuesto, quienes dejan de lado la pobreza como resultado de un modo de producción y la adjudican a un mandato divino. 

Pero cada es evidente que no hay seguridad ni paz en un entorno de desigualdad y marginación. En México, desde Tabasco se sintetizó a principios de los años ochenta este desafío en la frase: por el bien de todos primero los pobres, que luego se convirtió en bandera del movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador.

Actualmente, los habitantes de Tabasco se ubican en la agenda de riesgos en varios rubros, a pesar de la extraordinaria inversión federal durante el sexenio que concluye. El reto de Javier May es traducir los apoyos federales en una mejora real de la calidad de vida.


El investigador Arturo Valencia, coordinador del estudio “Hacia una historia de la política social y el combate a la pobreza en México”, señala que si bien “el alivio a los pobres empezó a asumirse con cargo al erario”, y se fortalecieron acciones que ahora conocemos como “política social” (programas sociales), no se han modificado las causas estructurales de la pobreza. Más aún, en lo que conocemos como el periodo neoliberal, se agudizó la desigualdad. Es la tarea que sigue pendiente, aunque hay un nuevo enfoque a nivel federal desde hace seis años: es el reto de la transformación.


AGOREROS SIN DESASTRE


SIN CRISIS ECONÓMICA y sin devaluación del peso, vaticinadas por la oposición a principios del sexenio, pobreza y desigualdad se combaten más allá de colores partidistas. No se cumplió el pronóstico opositor de una catástrofe, aunque en el corto plazo nos enfrentaremos a la disponibilidad de recursos para los programas sociales. La bolsa no es infinita.

 “Prosperidad compartida” es el parámetro social del gobierno electo que encabeza la doctora Claudia Sheinbaum. Ruta deseable, necesaria, de bienestar para la población desprotegida. 

Mientras tanto, hay datos que permiten meditar sobre la pobreza en tiempos de un proyecto de gobierno comprometido con “los de abajo”. 

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 30/06/2024) tiene el dato: “El porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria (pobreza laboral) a nivel nacional mostró una disminución anual de 2 puntos porcentuales, entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, al pasar de 37.7% a 35.7%, respectivamente”. En otra Escala, a propósito de definiciones sobre pobreza, se preguntó: ¿alguien conoce el concepto de ‘pobreza laboral’? La clasificación sobre tipos de pobreza se multiplica hasta la inoperancia.  

Otro dato lo dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador (22/07/2024): “hay empresas privadas que adeudan en conjunto 129 mil millones de pesos en impuestos”. Aparece a contraluz el tema de la pobreza, ya que ese adeudo de impuestos refleja un problema enquistado a nivel federal: la justa distribución de la riqueza, o la injusta apropiación de la riqueza socialmente generada. Si ese dinero de impuestos no llega a las arcas públicas, falla algo fundamental en el esquema de recuperación de recursos para propiciar justicia social. Es otro de los retos cruciales del nuevo gobierno que tendrá, al parecer, mayoría calificada en el Congreso, pero que seguirá enfrentando en tribunales a empresarios remolones que no quieren soltar lo que legalmente se les pide por sus ganancias reportadas.

Hace falta una responsabilidad social. Entender realmente que la seguridad de todos depende de la mitigación de los generadores de violencia.

                      

DEFÍNEME OTRA VEZ 


EL MATEMÁTICO inglés Lord Kelvin (1824-1907) escribió: “lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. En teoría suena impecable. Definir es el principio de un buen diagnóstico. Sin embargo, multiplicar definiciones puede significar no actuar sobre la realidad con eficacia. En este sentido, la pobreza en México es realidad histórica que goza todavía de cabal salud por exceso de definiciones: pobreza relativa, pobreza absoluta, pobreza coyuntural, pobreza estructural, pobreza laboral, pobreza rural, pobreza urbana, pobreza infantil, pobreza moderada, pobreza extrema, pobreza multidimensional. Esta clasificación, exhaustiva en teoría, no atiende la pobreza como fenómeno concreto.       

Estudios académicos (UNAM, Tecnológico de Monterrey) muestran una tendencia que persiste: la pobreza se concentra en regiones rurales/indígenas y en periferias de las grandes ciudades. Además, otros espacios urbanos aparecen en rango de pobreza a distintos niveles. Las definiciones deben servir para atacar el problema, no para disfrazarlo. Seis millones de personas salieron de la pobreza en el sexenio actual. Esa cifra servirá de parámetro al nuevo gobierno.   

Es importante, fundamental, no ignorar también el rasgo cultural de la pobreza.  (vmsamano@hotmail.com)