Realidad, verdad y percepciones: política moderna y dificultades democráticas
Transición Democrática: Un Modelo de Estabilidad
- Anhelo político inmemorial: construir realidad con el discurso
- Ciudadanía, Brecht y toma de decisiones: desnudar datos falsos
- Perseverancia de la realidad: más allá del marketing y lo virtual
VISTO CÓMO marcha el mundo, resulta valioso que nuestro país se encamine a un relevo terso del poder federal. He aquí cuatro indicadores: 1) la gira del adiós y palabras de apoyo entre el Presidente saliente AMLO y la Presidenta electa Claudia Sheinbaum; 2) la declaración de validez de la elección presidencial 2024, sin cristales rotos; 3) la reunión Sheinbaum/gobernadores de oposición, con foto inusual de respeto institucional; 4) la reacción de organizaciones empresariales, “sobre las formas políticas de Sheinbaum y la decisión para armar gabinete competente”.
Más allá del debate sobre representación política en el Congreso, México enfila a un futuro deseable de prosperidad compartida. Es por lo menos un deseo democrático porque el cambio debe reflejarse en la vida cotidiana.
¿Y cómo va el mundo? Guerra prolongada Rusia-Ucrania, drama en Medio Oriente con Israel y Palestina/Hamás, viruela del mono y advertencia de pandemia; y más: en Venezuela, el proceso de elección presidencial tiene tantos datos contradictorios que tropieza la veracidad en los relatos mediáticos, mientras alrededor se configura geopolítica tipo Guerra Fría; en Estados Unidos, es intensa la contienda presidencial entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, con información falsa (fake) en la primera línea de batalla; del Mayo Zambada y sus declaraciones, con juicio en Nueva York, se esperan repercusiones políticas y nueva ‘lectura’ del México contemporáneo.
HUEVO, VERDAD Y BRECHT
¿QUÉ FUE PRIMERO: la realidad o la percepción? Esta pregunta se parece a la paradoja del huevo y la gallina. “La gallina es el instrumento del huevo para producir otro huevo”, escribió James Mclure, novelista sudafricano. Y podría decirse: “la percepción es el instrumento de la realidad para producir otra realidad”. Esto desean asesores de imagen: ‘sembrar’ realidad con ‘spots’.
En pleno ascenso del Nazismo (1934), el dramaturgo alemán Bertolt Brecht publicó “Cinco dificultades para quien escribe la verdad”. Imaginemos el temple ciudadano de Brecht frente al poder de Hitler: “Quien hoy pretenda combatir la mentira y la ignorancia y escribir la verdad, debe superar, cuando menos, cinco dificultades. Debe tener el valor de escribir la verdad, aunque en todas partes la sofoquen; la sagacidad de reconocerla, aunque en todas partes la desfiguren; el arte de hacerla manejable como arma; el juicio de escoger aquellos en cuyas manos resultará más eficaz; la destreza de propagarla entre éstos”.
Noventa años después, ¿permanecen las dificultades que enlista Brecht? El mundo es más complejo por información virtual que hace de la verdad asunto secundario.
Expertos de marketing plantean que “la política moderna se define por el control de las percepciones ciudadanas”. Controlar las percepciones depende de la inserción de temáticas recurrentes que construyen “narrativas” en la opinión pública. Es anhelo inmemorial del poder político: el control de la información que llega a la ciudadanía.
Aspecto inquietante: las percepciones muchas veces se producen con independencia de la veracidad de la información revisada. ¿Puede decirse que la percepción se construye contra los criterios de verdad? Con información ‘mediadora’, realidad y percepción pudieran no coincidir. El asunto se complica si tomamos en cuenta que realidad y percepción se multiplican en el espacio social y tratamos con un plural: realidades y percepciones. No hay una, hay muchas.
MULTIPLICACIÓN MEDIÁTICA Y MEMORIA
VEAMOS IDEAS de los años 80s del siglo XX, que anticipaban escenarios problemáticos de percepción social en los medios de comunicación: “Los mass-media son genealógicos y carecen de memoria, aunque ambas características deberían excluirse recíprocamente. Son genealógicos porque toda nueva invención produce imitaciones en cadena. No tienen memoria porque, una vez producida la cadena de imitaciones, nadie puede recordar quién la empezó y se confunden fácilmente el fundador de la estirpe con el último de los nietos”. (Umberto Eco, 1986). En el terreno político, esta caracterización puede ser útil al ciudadano: aplicar la memoria para cotejar promesas incumplidas y detectar las imitaciones en cadena de mensajes vacíos, para identificar lo que no cuadra con los hechos. Es tarea difícil, por la cantidad de información política que circula.
Otra idea de Umberto Eco 1986: “La escuela (y la sociedad, sin limitarse a los jóvenes) debe aprender a proporcionar nuevas instrucciones sobre cómo reaccionar ante los medios de masas”. Imaginemos ahora, 38 años después (que pareciera un siglo), cómo reaccionar ante los medios virtuales -que muchas veces no citan fuentes- y las noticias falsas que se multiplican en tiempo electoral. Aquí, tal vez menos (verificado) es más.
Las percepciones sociales pueden ser inducidas y, con ello, modificar una parte de la realidad. ¿Por qué una parte? Lo que la mentira moldea se puede modificar con datos veraces. Todavía, la realidad verificable pone límites a los discursos políticos sesgados. De ahí la responsabilidad ciudadana y periodística para encontrar la verdad pese a las dificultades, como quiso Brecht. Camino ético que no caduca.
(vmsamano@hotmai.com)