Bibliófagos (II)
EN LA PRIMERA PARTE, AYER, EL AUTOR NOS CUENTA LA AVENTURA PARA LLEGAR A JALPA DE MÉNDEZ, DONDE SE PRESENTÓ LA EDITORIAL
EN LA PRIMERA PARTE, AYER, EL AUTOR NOS CUENTA LA AVENTURA PARA LLEGAR A JALPA DE MÉNDEZ, DONDE SE PRESENTÓ LA EDITORIAL “BIBLÓFAGOS”, TENIENDO COMO PRIMER LIBRO IMPRESO “RUBÉN: INTELECTO Y FE”. LA EMPRESA ES FUNDADA POR MARIO CERINO MADRIGAL Y LA OBRA PRIMERA ES UN HOMENAJE AL PADRE RUBÉN PONCE DE LEÓN MURILLO (+). ENCABEZARON LA PRESENTACIÓN KRISTIAN ANTONIO CERINO, VÍCTOR SÁMANO, MARIO CERINO, EL SACERDOTE ROBERTO SÁNCHEZ CABRERA Y OLGA MANDUJANO. ESTA ES LA SEGUNDA PARTE DEL TEXTO DE SOLÍS CALVILLO
ELOGIO DEL LIBRO
MUY PUNTUAL Víctor Sámano, periodista, con su voz distinguida en tono grave, hizo un recorrido por la importancia del libro, lo que hizo la lectura en la vida de José Saramago, rodeado de analfabetismo, y su trayecto a la cumbre del premio Nobel de literatura. Calificó como un acto temerario de Mario el crear una editorial, "ahora en tiempos de Apocalipsis cuando todo amenaza al oficio de los libreros"; y asimismo planteó sobre la posibilidad, por el auge cultural en Jalpa, de que logre esta ciudad a futuro convertirse en la Atenas de la Chontalpa, arrebatando dicho título distintivo a Cunduacán, municipio vecino. Antes había afirmado que este evento es un acto de amor, un acto de fraternidad, al compartir Mario lo aprendido, y la enseñanza fraterna de Rubén Ponce al compartir conocimiento e ideas en la feligresía, en el símil de multiplicar peces y panes. Mario ha de multiplicar libros. Asimismo Víctor Sámano recordó escucharle a Enrique González Pedrero de que la agricultura es el cultivo de la tierra, y la cultura es el cultivo del hombre.
EN SU TURNO el periodista y maestro Kristian Cerino, leyó una crónica bella, mural pintado con palabras, y a detalle, sobre el fatídico y triste momento del anuncio de la muerte de Rubén Ponce de León, el traslado de la urna que contenía sus amorosas cenizas, y el recorrido por los cuatro barrios de Jalpa. Y recordó que por esas mismas calles se encontró con él y platicaron con efusividad. Y detalló la manera como se decidió, con base en lo que había dicho el mismo sacerdote, que las cenizas reposaran en la iglesia San Sebastián Mártir, "a menos" que la feligresía de Jalpa reclamara sus restos para que descansaran en el presbiterio de la iglesia de San Francisco. Emotiva y clara crónica, escrita desde lo sensible del dolor por la partida del hombre que hizo de su vida un monumento al servicio de los demás. La crónica del maestro Kristian, única por lo que describe, y por la manera de escribirla. Pero qué caray, humo en los ojos.
EL NOMBRE DE MARIO Cerino yo lo había escuchado años antes como maestro universitario. Y luego coincidimos en tareas educativas. Yo desde la Secretaría de Educación de Tabasco (SETAB), y él con Martha Ruth Cortés, en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), delegación Tabasco. En la reuniones siempre él con comentarios apropiados, sin divagar. Noté y aprecié siempre su lógica en las exposiciones y su conocimiento en los temas. Las personas que destacan en las participaciones son los lectores. Y Mario ha sido siempre un acucioso lector. Luego supe de su trabajo en el Ayuntamiento de Centro. Y previo a este evento recibí la cordial invitación a la presentación del libro, primer producto de la inquietud materializada en la Editorial Bibliófagos. Nombre que da cuenta de quienes "devoran" libros. Y que en este caso va más allá, al editar libros y a difundir las ideas del paso efímero del hombre en el planeta. Libros para devorar. Libros para horadar la oscuridad de la creencia ciega en la no ciencia. Libros que permitan ampliar la visión del hombre y de comprender esto que llamamos vida. Unión de ciencia y creencia. Libros para la felicidad de encontrar rutas donde hay paredes, y para construir puentes donde hay islas pletóricas de egoísmo e indiferencias. Libros para amar. Así de sencillo y fundamental. Noble y quijotesca tarea que asume Mario. Pero esta reseña tiene una tercera parte. Nos leemos mañana.