2023, batalla por los recursos: el fantasma de la crisis sexenal; ¿ pretendientes sin plan?
VARIOS ANALISTAS alertan sobre un punto clave de la gestión gubernamental
* El cierre con sobresaltos, a lo que unos temen y otros desean
* Indicadores económicos y tiempos políticos: mezcla explosiva.
* Candidatos del 2024: ¿hacer grilla, o reflexión económica?
VARIOS ANALISTAS alertan sobre un punto clave de la gestión gubernamental: evitar una crisis económica de fin de sexenio. Las razones de esta advertencia no son políticas: se basan en números. Veamos: 20 centavos de cada peso se destinan al servicio de la deuda pública. Otros 20 centavos de cada peso se destinan al pago de pensiones. Y 16 centavos de cada peso se destinan a los programas sociales.
Son datos del Banco de México, incluidos en el paquete presupuestal de 2023 que se presenta para su aprobación en el Congreso. Tenemos así que, en cifras oficiales, el 56% de los recursos federales se encuentra comprometidos. El gobierno de la 4T, si todo sale bien en el Congreso, tiene que maniobrar con el 44% de recursos. No es casualidad que el Presidente López Obrador pase de la austeridad republicana al anuncio de la pobreza franciscana.
La situación nacional muestra que los tiempos políticos pueden presionar más el de por sí delicado panorama económico. Visto así el escenario de la república, los años 2023/2024 serán una mezcla explosiva de lo político/electoral y lo económico/social.
GOLPEADORES DE BOLSILLOS
LA INFLACIÓN ES PESADILLA de las clases desprotegidas. Trae consigo el aumento generalizado de precios en productos y servicios. Es lo que se vivió a cuentagotas en 2021, y se ha vivido con mayor impacto en los bolsillos en 2022. A ras de bolsillo, en alimentos la inflación ha sido del 15%; el paciente lector puede comparar tickets de compra de supermercados a principios de año con los tickets de julio y agosto. Limón (48%) y cebolla (46%) se llevan las palmas; lácteos (30%) y pastas (25%) no se quedan atrás.
A nivel macro, la inflación de este año se proyectó en 4%, desde Banxico y la Secretaría de Hacienda. Sin embargo, al mes de agosto la tasa anual generalizada va en 8.62%, más del doble de la proyección inicial y la cifra más alta desde el año 2000.
Si vemos otro indicador significativo, tasas de interés bancarias, también resulta inquietante: se llegó al 8.5%, máximo histórico en México para el interés por dinero crediticio. Este indicador le pega a cualquier negocio pequeño o mediano que quiera emprender el vuelo o proyectar su recuperación con inyección de capital para inversión. No hay préstamos a un interés razonable.
Esto no preocupa a las grandes empresas y corporaciones que –a nivel global- multiplicaron ganancias por 10 durante la pandemia. Ahí se ubican los consorcios mexicanos que tapizan el País con sus almacenes/tiendas o distribuyen servicios con margen de ganancia del 90%; a nivel latinoamericano, es el margen de ganancia más alto. Dato de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Otro informe de la CEPAL resulta inquietante para el futuro inmediato de la región, sobre la incertidumbre en las condiciones materiales: “al menor crecimiento económico se suman las fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales”. Súmese en México el factor del tiempo político/electoral que se aproxima y… nos sumimos más en pronósticos inquietantes a nivel social.
El tercer indicador macroeconómico, la cotización del peso frente al dólar, muestra estabilidad por la decisión del gobierno federal de no endeudarse en tiempo de pandemia y no trabajar con déficit (gastar más de lo que se ingresa). Así que el peso se cotiza a 20.20 por dólar, lo que sorprende a muchos analistas. De cualquier manera, son dos indicadores contra uno, así que la presión económica sobre los recursos nacionales no mermará. Por otro lado, en el paquete económico 2023 aparece por primera vez que las cuentas cuadrarán vía déficit de 215 mil millones de pesos. La cantidad no parece relevante: el presupuesto federal es de 8.3 billones de pesos. Aunque sí es significativo que se recurra por primera vez a gastar más de lo que se tiene en caja.
El presidente López Obrador se refirió a este punto y recordó, como punto fundamental, que “el servicio de la deuda pública fue contratado por gobiernos anteriores”, que ahora “se quejan del pago de intereses”. La política se entromete en la economía, y viceversa.
DISEÑAR RUMBO ECONÓMICO
VERDAD DE PEROGRULLO en la agenda: los aspirantes a la candidatura presidencial de 2024 deben pensar con cuidado en la situación económica y diseñar (con sus colaboradores) una propuesta sólida de reactivación. No hay más tela de dónde cortar. Había recursos que eran ahorros públicos, distribuidos en Fondos de Contingencia y Fideicomisos. Esos ahorros se utilizaron y no vuelven. De ahí la inquietud gubernamental por los dos años que faltan: es el fantasma de la crisis.
Si los aspirantes no construyen un plan económico a la par de la contienda política, no tendrán proyecto de gobierno. Se dirá que lo económico no va en primer plano: “las elecciones se ganan con emociones y no con razones”. Emociones y razones deben valorarse a la par, mientras el tiempo apremia. México podría vivir otra crisis que pulverice los bolsillos de la población. (vmsamano@hotmail.com)