Apuntes sobre la caverna digital
LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA DE PLATÓN, la escuché hace muchos años; tendría yo unos 20, y la volví a escuchar hace apenas unos meses, ahora que ando por arriba de los 60.
LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA DE PLATÓN, la escuché hace muchos años; tendría yo unos 20, y la volví a escuchar hace apenas unos meses, ahora que ando por arriba de los 60. Me causa el mismo impacto tanto antes como ahora. Pero han pasado muchas cosas desde entonces; la tecnología cada vez nos sorprende más. De manera resumida, el de los homóplatos grandes, dejó escrito en su libro "La república", que los seres humanos vivimos como en una caverna, atados de por vida, de espaldas a la entrada, y que solo miramos la pared del fondo. Y que en esa pared, utilizando una fogata, unas personas proyectan sombras en movimiento. Y que eso es lo que los seres humanos vemos y creemos que es la realidad.
UN BUEN DÍA UN HOMBRE logra escaparse, camina hacia la entrada de la caverna. Sale, y luego del primer impacto enceguecedor que le causa la luz del sol, se acostumbra y mira sorprendido que la realidad no son la sombras vistas en la pared, sino que es lo exterior de la cueva, alumbrado por el sol, los árboles, los animales, el cielo azul, etc. Regocijado por el descubrimiento, regresa al interior de la cueva y les dice la buena nueva sobre la realidad exterior de colores vivos y objetos vistos en su magnitud. No le hacen caso. Lo consideran loco. Y lo vuelven a sujetar, atándolo, para que siga viendo solo sombras en movimiento como la realidad y nada más.
ENTIÉNDALE ANTONIO. Entiéndale Juana. Entiéndale Roberto. Rosa. Y todos los demás. Mirando la realidad no miramos. Teniendo conocimientos, no tenemos saberes. Y seguimos cayendo en un abismo sin fin. Cada vez más deterioradas las relaciones sociales. Cada vez más, engañados viviendo una realidad que no es la verdadera. ¿Pero cuál sería esta? Reflexionemos. ¿Y Por qué calificamos de locos a quienes ven otra realidad y nos la anuncian? Y nadie les cree. Y de ser posible los encerramos en hospitales para enfermos mentales. O los ignoramos, reduciéndoles a una vida marginal, mimeografiando sus ideas. O les negamos espacios laborales.
PLATÓN ERA IGNORADO. Sócrates fue condenado a beber cicuta. Aristóteles fue contratado como preceptor de Alejandro, hijo del emperador Filippo. Diógenes vagaba como indigente por las calles de Atenas, con una lámpara encendido en pleno día, respondiendo a los preguntones que se burlaban de él, que andaba "buscando personas honradas". Desde entonces y de seguro antes, el cuestionamiento a la importancia de la honradez en un mundo de impunidad ante los latrocinios por distintas vías, que se miran como con naturalidad cuando se usan camisas blancas y cuellos impolutos.
PERO VOLVAMOS A LA CAVERNA. Ahora me pregunto si Platón está más vigente que nunca, cuando lo digital ha cobrado espacios preponderantes para inducirnos a ver la vida a través de pantallas de computadoras, celulares y smart tv. Pero no solo eso, sino que estamos rodeados y bombardeados por anuncios publicitarios y mensajes de propaganda, que han logrado crear una masa acrítica y por lo tanto amorfa. Donde consumir es lo importante. Y pensar crítico es una actividad del pasado, que practicaban algunos locos, por lo cual eran señalados de conflictivos, comunistas, rebeldes, y condenados al ostracismo.
AÚN MÁS: LA PROPAGANDA se enseñorea como verdad absoluta y nos aparece por todos lados, rodeándonos como la realidad real y verdadera. El imperio de las noticias falsas que circulan con máscaras de verdad y defendidas como si lo fueran. Discursos donde se niega la realidad proliferada en todos los confines. Falacias dosificadas. La realidad tergiversada. Las palabras utilizadas para mostrar como verdadero lo falso. Y así podríamos seguir.
UNA DE LAS FÁBULAS MÁS CONOCIDAS, que ilustra todo el planteamiento anterior, iniciado con la caverna, y relacionada en la actualidad con la realidad mostrada en las pantallas, es la de El Flautista de Hamelin. Este personaje fabuloso llegó a un pueblo alemán, al que aquejaba una plaga de ratas, y fue contratado, mediante una cantidad económica, para liberarlos de las ratas mediante el sonido agradable y armonioso de su flauta. Eso hizo y las condujo al mar donde se ahogaron. El pueblo feliz ante el fin de la plaga de ratas. Sólo que quienes lo contrataron no quisieron pagarle la cantidad acordada, pagándole menos. En venganza, el flautista, con su misma estratagema, tocó para que los siguieran los niños del pueblo, y los perdió en las montañas.
NO SAQUEMOS CONCLUSIONES CON RAPIDEZ. Solo que lo que se nos presenta como atractivo en las pantallas, con música y colores, nos conduce a situaciones donde nos negamos y nulificamos como individuos, y logran que nuestra conducta se amolde a lo que ellos pretenden, que es control total de las masas, para el cumplimento de sus objetivos, por demás, contrarios al bien común, a la armonía y a la convivencia pacífica.
EN TODO CASO, la historia no sea solo el recuento del pasado de guerras, cambio de fronteras, imposición de gobiernos; revoluciones civiles. Y una larga lista de hechos y sucesos del pasado que pocas veces vinculamos con el presente. Somos en el presente, como individuos y como pueblo, producto de lo que hemos sido antes. Nada es por generación espontánea. Y si queremos conducir nuestro destino hacia mejores condiciones de vida individual y colectiva, entonces tendremos que asomarnos a nuestro pasado, solo como referencia, pero hacer hoy, tomar decisiones hoy, para lograr en el futuro cercano o lejano ser como queremos: abundancia de salud; abundancia de alimentos; paz y tranquilidad colectiva; oportunidades iguales de educación para todos; etc.
CIERRO. LA CAVERNA DE PLATÓN actualizada a estos tiempos, sería el mundo de imágenes, juegos, transmisiones, noticias, que nos llegan vía digital directamente a nuestras pantallas. De hecho, si platico que voy a comprar una rasuradora, a los pocos segundos me aparecen en la pantalla anuncios de rasuradoras de todo tipos. Y como soy lector de poesía, las noticias que me aparecen son relacionadas con poetas y libros de poemas. Si no soy lector, y soy comprador compulsivo, me saldrán anuncios de nieves de limón, radios, tv, juegos de mesa, cortinas, pintura, balones de futbol, afiches deportivos, cerveza, y todo de lo que hablamos. Y sobre del flautista de Hamelin, de esos, muchos son los que hablan de un pasado fantasioso de lucha, que ni en su imaginación existe.