Rodolfo Lara Lagunas, de los imprescindibles (I)
EL MAESTRO RODOLFO LARA LAGUNAS es de esa rara estirpe de los que luchan toda la vida.
A quienes Bertolt Brecht nombra como los imprescindibles. Y si bien a él se lo han hecho ver y sentir de muchas maneras en su vida, el sábado 30 (de noviembre), en reconocimiento grupal y público, nos reunimos su familia y amigos, en cantidad tal que hizo ver insuficiente el auditorio del Instituto Juárez, de Villahermosa, Tabasco.
LARGA Y AMPLIA LA TRAYECTORIA del maestro Lara. Pero sobre todo fructífera en todos los planos de lo educativo, tanto en los centros escolares, en la plática generosa de la amistad, como en la educación política, esa que despierta conciencias, que hace mirar las desigualdades, y más que mirar, que es el inicio, y en congruencia luchar contra ellas como manera digna de existir en la vida.
LA CITA ERA A LAS 5 DE LA TARDE. Y el maestro Rodolfo llegó impuntual, 15 minutos antes (puntual que es él y es una de sus virtudes). El lugar ya estaba casi lleno, y vio la llegada de otros más que acudían a la cita con el personaje sencillo conocido, que despliega sus enseñanzas tan de manera natural, como es el respirar o la circulación de la sangre. Ya ocupados todos los asientos, incluyendo los que pusieron en los pasillos, y con personas paradas, y personas que ya no pudieron entrar, inició el evento con una introducción poética de Edgar Dazz, que le puso el ingrediente literario, que ya estaba en el ambiente con canciones del maestro Lara, que pocos sabíamos allí que eran de su autoría. Dazz en su panegírico resaltó parte del ser del homenajeado.
EN EL PRESIDIUM Feliciano Wong Ortiz, oftalmólogo, político y mecenas y Lenin González Rincón, antropólogo; amigos del homenajeado, y Carlos Benito, uno de sus hijos. En las primeras filas su familia y más amigos. La maestra Lily, su esposa; Sheila Cadena, nuera y joven militante de izquierda, funcionaria pública; Bastar Ferdussi, Chucho Selván y Javier González, presidente y Secretario de Organización, de Morena Tabasco, respectivamente. Y en la conducción los siempre admirados profesionales del micrófono, Jorge De Dios y Aline Benhumea, que bien le pusieron la sal y pimienta al evento. Luego del emotivo y fraternal poema de Dazz, también escultor, el maestro líder político, Juan Antonio Obando dio unas palabras explicativas sobre la agrupación de educación Política CIPIZ (Centro de Información Política de Izquierda) fundada a iniciativa del maestro Lara. Luego Feliciano Wong leyó un monólogo poético, dando voz como personaje al maestro Lara, en la cual cuenta la historia del homenajeado, con detalles biográficos, anécdotas, recuerdos. ¿Cómo olvidar que...?
ANGEL JIMÉNEZ CRUZ VA EN RUTA de ser economista. Pero no neoliberal, sino social. De un tipo de economía que no está de moda, pero de la que busca un reparto justo de la riqueza social. Pasó al micrófono y habló del Círculo de Lectura que lleva el nombre del maestro. De cabellera larga, y de ideas claras, expone su agradecimiento al maestro Lara, por todas las enseñanzas que ha recibido y las motivaciones para buscar un mejor derrotero en la existencia: el servir a los demás.
Y NOSOTROS, PRIVILEGIADOS POR COINCIDIR en tiempo y geografía con el joven aspirante a Ingeniero, por gustarle las matemáticas; el maestro rural alfabetizador que definió su rumbo al combatir las humillantes manera del trato que vio les daban los niños de besar la mano a los maestros; el inquieto maestro de secundaria, supervisor y jefe de Sector promotor de lectura para el despertar social; el estudiante universitario de Derecho y dirigente sindical; el expulsado de centros de trabajo y cambiado de estado por la etiqueta que le endilgaban de comunista; el soñador de siempre por un mundo mejor; el organizador de grupos de estudio; el maestro de Andrés Manuel López Obrador; el tallador de madera; el defensor e ideólogo de la 4a Transformación en marcha.
EL MICRÓFONO SE ABRIÓ para participaciones del público. Interminables testimonios de amistad y reconocimiento. Emociones en las palabras, en las miradas, en las sonrisas. Para esto el tiempo parecía estar detenido. (Continuará)