OPINIÓN

Agenda Ciudadana.
11/04/2025

La Construcción del Segundo Piso.

La erección del segundo piso de la llamada Cuarta Transformación transcurre en medio de un escenario radicalmente diferente al del sexenio pasado, aquel en el que el reconocimiento popular servía para resignificar una realidad que a diario se complicaba. Claudia Sheinbaum vive la paradoja de las mañaneras.

No le agradan. La dureza de su expresión facial y la tensión de su lenguaje corporal, exhiben su incomodidad. Sin embargo, las necesita. Gracias a ella, y al respaldo heredado, su popularidad es histórica; la envidiaría (la envidia, tal vez) el mismo López Obrador.

Sin embargo, ha decidido no convertir su espacio en una tribuna de polarización, ni de centro de proyección de descalificaciones.

Ciertamente, bajo circunstancias específicas, repite los adjetivos y epítetos acuñados por López Obrador con una doble intención: por un lado, hacerle ver al ex presidente que sigue la vía que él le trazó y, por otro, emplear la discursividad dicotómica para salir por la tangente ante problemas complicados.

Aún así, las conferencias matutinas quedaron marcadas por la impronta de las fantasías lopezobradoristas.

Pero es un hecho que a la presidenta no le interesa, además de que no le resulta fácil, reproducir el modelo. Su estilo es más directo. Se siente más cómoda con realidades y con algunos datos, no "otros datos".  El tiempo dirá qué tan redituable resultará esa seriedad, esa renuncia al uso fantasioso del púlpito.

Porque ella sí ha recibido un país en bancarrota y deberá sobrevivirla bajo circunstancias que no eran previsibles cuando era elegida por su mentor para sucederlo y era votada presidenta gracias a la popularidad endorsada y una maquinaria estatal implacable: nadie imaginaba que Trump ganaría las elecciones de manera contundente e inobjetable.

Si López Obrador gobernó con entornos (externo e interno) más que favorables, Claudia Sheinbaum no las tiene todas consigo.

La presión externa es abrumadora y está a la vista de todos. La elección de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad es evidencia de que la política de seguridad sufriría serias modificaciones, pero , sin duda, ha sido llevada más allá de lo previsto debido a la gravedad de las amenazas del presidente republicano.

Así, el entorno interno —el de las fuerzas políticas a su alrededor, no el popular— se ha enrarecido. López Obrador ha expresado su disgusto desde donde quiera que se encuentre.

Adán  Augusto ha modificado iniciativas de la presidenta, le ha dado alas a su protegida Andrea Chávez. Andy, vía campaña de afiliación, ha hecho pública la protección a políticos que podrían ser objetivos de las fuerzas del orden norteamericanas (léase Rubén Rocha).

Ella ha respondido. Alicia Bárcenas ha hecho público el daño ecológico causado por el Tren Maya. La megafarmacia es ya una bodega. Según informan algunos enterados ha cancelado apoyos a López Beltrán —el  ninguneo en el Zócalo parece haberla ofendido profundamente— al grado que el padre se ha visto obligado a jalarle las orejas al vástago.

Las agencias encargadas de los pronósticos económicos informaban desde finales del año pasado que éste sería quizás el período más complicado de las últimas décadas. Se anunciaba ya una recesión técnica y hoy ésta ha sido confirmada por el Banco de México.

La economía mexicana se contrajo este primer trimestre y se suma a la contracción del último de 2024, por lo que la institución declara la existencia técnica de recesión. La OCDE prevé que este año nuestra economía retrocederá 1.3% y otro 0.6% en 2026. Aún no es posible trazar con claridad las consecuencias de la agresiva política arancelaria de Trump.

Posiblemente para finales de este año el panorama será menos turbio. Pero la mayoría de los pronósticos son negativos.

Dada la debilidad estructural de nuestra economía, es previsible que los efectos negativos sean, por lo menos, de mediano plazo. Así las cosas, la consultora global Kearney ha informado que México descendió del puesto 21 al último de los 25 países más confiables para la inversión extranjera.

Mientras Trump juega al gato y al ratón y México despliega ante él las que considera sus mejores cartas de negociación, la presidenta se ve compelida a reunirse con la clase empresarial —movimiento que no va muy de acuerdo con el espíritu puro de la llamada transformación— para reavivar ese proyecto llamado "Plan México", que no es sino una lista de extraordinarias intenciones. ¿Cómo echarlo a andar bajo las condiciones de este nuevo orden mundial? ¿Cómo promover un desarrollo industrial cuando México no tiene las condiciones para producir y proveer las energías que reclama? ¿Cómo convencer a la inversión privada mexicana, que no es tan poderosa, cuando el futuro jurídico es, por lo menos, incierto?

Es un hecho: mientras que López Obrador sentaba las bases de su sueño en condiciones maravillosas, corresponde a Claudia Sheinbaum probar la viabilidad de la fantasía bajo el contexto de horror que el ex presidente atribuía al régimen predecesor, pero que se ha hecho realidad en el actual. 




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