USA: una cultura de las armas y la muerte.

Estados Unidos tiene hoy 254 bases militares por todo el mundo, dos millones de soldados se encuentran en armas y más de 300 mil están desplegados en 177 países

Estados Unidos tiene hoy 254 bases militares por todo el mundo, dos millones de soldados se encuentran en armas y más de 300 mil están desplegados en 177 países. Esto lo dijo el General del Cuerpo de Marines, Joseph Dunford, y quien fuera presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos hasta el 2019.

En Japón, Estados Unidos tiene 42 bases militares, 40 en Alemania, 30 en Corea del Sur, en Puerto Rico 19 y 16 en Reino Unido. La fuerza aérea estadounidense tiene 7 bases militares que se encuentran en Chipre, Grecia, Italia, en Gran Bretaña, Bélgica y Alemania. En este país se encuentra la base militar más grande, en la ciudad alemana de Ramstein. En España se encuentran tres bases militares de la OTAN. 

De las 254 bases militares que los gringos tienen por todo el mundo: 76 se encuentran en América Latina y 29 están situadas, de manera estratégica, rodeando a Rusia. Los dirigentes gringos, hombres del dinero, industriales de armamentos y negociantes de la guerra han trazado un círculo militar, un férreo cordón con bases militares bloqueando a Rusia; y el último eslabón que faltaba en la cadena era precisamente Ucrania. Y en esa estrategia del imperialismo Yankee, los gringos comprometieron a sus aliados de la Unión Europea, como serviles satélites, a cooperar con dinero y armamentos para apoyar al gobierno pelele del fascista Volodímir Zelenski. Con esa medida los fabricantes de armas gringos han hecho su agosto con la venta de armamento y el que paga esos gastos de guerra son los contribuyentes europeos. 

Y la ONU, un organismo mundial que cada vez se pone en evidencia que es un apéndice de los intereses imperialistas de los Yankees, empieza a señalar que los gastos de reconstrucción de Ucrania salgan de los bolsillos de Rusia. Como si ese organismo les hubiera exigido a los gringos la reconstrucción de Vietnam, Irak, Siria, Afganistán y demás países que las armas estadounidenses han destruido.  

Pero mi reflexión de hoy va más allá. Me vuelvo a acercar a la cultura guerrerista que desde sus orígenes ha sido la esencia de Nación y la sombra de la potencia del Norte. Hasta el día de hoy existe en su pueblo un apasionado amor por las armas y la guerra.

Según los datos del FBI y de la ONG Every Town for Gun Safety, los homicidios anuales con arma de fuego dentro de los Estados Unidos aumentaron de 11 mil 961 a 17 mil 250 en 2016; y esta cifra aumentó a 35 mil 625 en 2021 y a 40 mil 620 en 2022 entre homicidios y suicidios con arma de fuego: un promedio de 111 homicidios por día.

Y el asunto está, en que no hay quien ponga freno al uso indiscriminado de armas de fuego dentro de los Estados Unidos: los fabricantes y vendedores de armas se apoyan en la segunda enmienda de la Constitución aprobada el 15 de diciembre de 1791, que protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. La enmienda dice: “…siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas no será infringido”.

Y protegidos en esa segunda enmienda, vigente e intocable hoy, el 17 de noviembre de 1871 se fundó la Asociación Nacional de Rifles: RNA por sus siglas en inglés. Desde su origen, sus fundadores e integrantes se han calificado como orgullosos defensores de la patria.

Sus dirigentes afirman que hoy su asociación tiene 5 millones y medio de afiliados, sin embargo, un estudio del New Research Center, un centro de investigaciones con sede en Washington, señaló que cerca de 19 millones de ciudadanos se reconocen como miembros de esa asociación. Nueve presidentes de los Estados Unidos también han sido miembros y entre ellos Donald Trump, así como los famosos actores Tom Selleck y la morena Whoopi Goldberg. De sus dirigentes Donald Trump afirmó que son grandes patriotas estadounidenses.

Desde sus orígenes la Asociación Nacional de Rifle (RNA) ha peleado para evitar cualquier medida que controle el uso y la venta de armas, calificándola como una medida dictatorial, un atentado contra las libertades individuales y contra la segunda enmienda de la Constitución. En 1999 la Revista Fortune hizo una encuesta entre analistas, políticos y legisladores y colocaron la Asociación Nacional de Rifle como uno de los grupos de presión más influyentes en Washington.

Según el Washington Post esta Asociación ha interferido para frenar las investigaciones sobre el control de armas y con fuertes donaciones ha respaldado a candidatos a gobernadores o legisladores que están a favor del uso y venta de armas. En 2016 donaron 20 millones de dólares contra Hilary Clinton y destinaron fuertes cantidades a favor de Donald Trump. De los 81 miembros del Congreso que reciben la mayor cantidad de donaciones de la Asociación Nacional de Rifle son republicanos, simplemente porque apoyan la venta y el uso de armas.

Esa es la democracia de los Estados Unidos: rige en ella el voto a favor de quien autoriza las guerras en el extranjero para vender armas y ganar dinero y el voto a favor de quien permite la libertad de usar armas con las que se realizan las matanzas dentro de su propio pueblo. Así que, mientras persistan esos intereses intocables, seguirán las guerras como la de Ucrania y también las balaceras en las escuelas y centros comerciales en los Estados Unidos. Se ha creado y se difunde todos los días en la televisión y en el cine gringo, una cultura de la violencia y de la muerte, donde el héroe de la película es el solitario y más hábil criminal y el que asesina más gente. (*Investigador y académico universitario)