OPINIÓN

Sobre qué escribir, el reto diario (I)
15/07/2022

CREO EN ALGO que se llama inspiración o musas

A VECES no tengo tema para el día, habiendo tantos posibles. Trato de no repetirme. Y en caso de que ya lo haya tratado antes, le busco otro enfoque. Además confío en que no lo haya leído el lector de hoy. O en todo caso, que haya olvidado que escribí y leyó de determinado tema. Escribe usted mucho, "un pergamino", dijo alguien una vez sobre la extensión. Es ejercicio diario, fue mi respuesta. Aunque trato de no responder. O más bien, no respondí. En efecto, desde hace dos años aproximadamente escribo a diario con una extensión de aproximadamente tres cuartillas y media. A veces me quedan mal, y otras veces igual... o peor. Me doy cuenta como lector. Solo ocasionalmente me queda algo rescatable. Y por ese algo es que escribo todos los días.

CREO EN ALGO que se llama inspiración o musas. Es formidable, porque el tema vino y radica ya en la cabeza. Y solo basta invocarlo. Y en esos momentos de inspiración todas las palabras fluyen de manera fácil. Y en quince o veinte minutos queda listo, apenas con alguna corrección. Al volverlo a leer me doy cuenta que algo hay de bueno. Eso sucede ocasionalmente. Muy ocasionalmente. Y me someto. En otras ocasiones me quedo sentado diez, quince minutos frente a la pantalla (iba a escribir frente al cuaderno, pero sería falso) de la computadora y nada. Un renglón y hasta tres y borro todo. Y así por cinco o seis intentos. Hasta que finalmente logro avanzar hasta llegar a un texto que lo leo nuevamente y no quedo satisfecho. Así es esto.

¿DE QUÉ voy a escribir? Me responde alguien que le digo que escriba. Cuenta muy bien. Y todo lo que me platica me parece verlo en un texto escrito. Mucho mejor de lo que yo. Pero no escribe. Y le digo precisamente que lo haga. Y he allí su respuesta: ¿de qué? Y saco a relucir mi experiencia de que podemos escribir de muchas cosas, de los fantásticos sueños, del pozo de la memoria, sobre un maestro o maestra que nos cautivó con sus clases, de la vez que hicimos el ridículo ante los demás, de la vez que vimos un acto formidable y acaso solidario de los otros, improvisar por escrito sobre las cartas de la lotería o de la baraja, lo que se nos vaya ocurriendo. Y así es larga la lista de lo que podemos escribir. Basta empezar con una idea aterrizada (papelizada) en una palabra.

A LO MEJOR no es tan fácil. Comentaba sobre lo importante es que los maestros de básico aprendan algo de teatro (lo más posible), mucho de comunicación, y otro tanto de cuentacuentos. Con la palabra somos, gracias a ella nos relacionamos. Y gracias a ella trasciende el conocimiento para las nuevas generaciones. Durante muchos años fue oral, y luego fue a través del lenguaje escrito. He allí los libros. Gracias a ellos tenemos testimonios de lo que escribieron los antiguos. La civilización es un montaje de lo nuevo que se descubre, basado en lo anterior y así sigue. Así seguimos.




DEJA UN COMENTARIO