PLANO TANGENTE LA ENERGÍA DEL PASADO

Gran parte del actual sistema energético mundial es insostenible

“La Tierra no la heredamos de nuestros padres, la pedimos prestada de nuestros hijos.”

Albert Einstein

 

JORGE QUIROZ CASANOVA

jorgequirozcasanova@gmail.com

JORGE QUIROZ VALIENTE

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El avance de la sociedad no se puede concebir sin utilizar recursos energéticos. La demanda de energía para el uso de la vida diaria está aumentando exponencialmente con el crecimiento de la población, la urbanización y la economía en todo el mundo. En 2022, los combustibles fósiles proporcionaron más del 80 % del suministro mundial de energía (Ritchie et al., 2022). Sin embargo, las energías de fuentes fósiles, como el carbón, el gas natural y el petróleo, vienen con secuelas de contaminación y son propensas a escasear debido a su naturaleza finita. Dados estos impactos ambientales, se requieren reformas importantes en el sector energético para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, las contribuciones antropogénicas al cambio climático y la dependencia a recursos no renovables.

Gran parte del actual sistema energético mundial es insostenible y el cambio hacia las energías renovables es, posiblemente, el camino a seguir para las naciones. De no ser así, podrían llegar un sinfín de problemas, como: el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares, la contaminación del aire, el agotamiento de la capa de ozono, el deterioro del agua y la tierra, las precipitaciones ácidas, la pérdida de vida silvestre y otros daños a la ecología. Directa o indirectamente, son situaciones que amenazarían gravemente a la economía y, más importante, a la sociedad de todo el mundo.

Un mayor apoyo a una amplia gama de políticas que promueven el desarrollo de energías renovables tiene el potencial de fomentar la equidad, la salud y el empleo, al tiempo que frena las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante, el discurso de la transición hacia una energía 100 % renovable puede estar polarizado y ha sido cuestionado por investigadores que lo califican de inviable económica, tecnológica o institucionalmente. Los argumentos en este sentido plantean interrogantes sobre la capacidad de hacer frente a la naturaleza a menudo transitoria de las fuentes de energía renovables, sus posibles impactos ambientales y cómo los mercados pueden integrar la energía de estas fuentes.

En los últimos años, las energías renovables han adquirido mucho interés global y se consideran un enfoque alternativo para evitar las consecuencias indeseables ya enlistadas. Según una estimación publicada por la Agencia Internacional de Energía, en 2040 habrá 10,800 GW de capacidad de energía renovable en todo el mundo. Las tecnologías basadas en energías renovables incluyen la energía solar, la hidráulica, la biomasa, la eólica y la geotérmica, entre otras varias, que además se consideran verdes y sostenibles debido a su rentabilidad, su baja emisión de carbono y su respeto por el medio ambiente. Estas fuentes de energía, por tanto, suplen las carencias de los combustibles fósiles. Hay argumentos a favor de que un sistema de energía 100 % renovable es factible, tanto económica como tecnológicamente, con la promesa adicional de que llevaría a reducciones en el costo de la energía y en el consumo de agua.

Las tasas de crecimiento del consumo de energía renovable han sido particularmente altas, superando en ocasiones a otras fuentes de energía. Muchos países han fijado objetivos ambiciosos en materia de energía renovable, han implementado políticas de apoyo y han sido testigos de inversiones sustanciales en proyectos de energía renovable. El crecimiento de cada fuente de energía varía según la región, siendo la energía solar y la eólica las de mayor auge general en los años recientes. La capacidad de energía renovable creció casi un 50 % entre 2015 y 2020. Incluso con la pandemia encima, el crecimiento de las energías renovables fue excepcionalmente alto en 2020, con un aumento de casi el 10 %.

Este crecimiento, sin embargo, no dice nada sin contrastarse con el consumo vigente de energía de fuentes fósiles. En un estudio del 2021 realizado en 48 países, se vio que Estados Unidos, India y China ocupan, respectivamente, los primeros tres lugares en consumo total de energía de fuentes renovables. Podría parecer, por tanto, que estos son los países que más han hecho en su transición a energías limpias. Pero cuando se mira proporcionalmente, el porcentaje de su energía que proviene de fuentes renovables está por debajo del promedio de los 48 países. Es decir, por mucha energía alternativa que se produzca, es tan inmenso el consumo energético de algunos países que necesitarán redoblarse esfuerzos todavía.

Por lo pronto, es importante exigir que las políticas públicas se alineen con los problemas energéticos y sus consecuencias, que están a la vuelta de la esquina. Así como hay que ahorrar energía en el hogar, hay que tener presente que son los sectores industriales los que más consumen. Y, también relevante, hay que evaluar la transición a las energías limpias de manera crítica; con una referencia. Las cifras no dicen nada si no se comparan con un todo.