Pellicer, un ciudadano en la poesía; portavoz de un pensamiento liberador
Un poeta y político. Ciudadano de América. Dicho esto en el sentido de su pleno compromiso con la literatura, pero también con su entorno tanto humano como ambiental
*Tiempo de revalorar la vida y obra del escritor, un ejemplo
*Vivió la Revolución Mexicana en la cultura y la educación
*Alfabetizador en el más amplio sentido; rescató nuestra identidad
CARLOS Pellicer Cámara, un poeta y político. Ciudadano de América. Dicho esto en el sentido de su pleno compromiso con la literatura, pero también con su entorno tanto humano como ambiental. Este año la conmemoración del nacimiento y de la muerte del “Poeta de América” –el 16 de enero la primera y el 16 de febrero la segunda-, tuvo un significado especial. Ya desde 2019 la celebración por Pellicer había contado con un cierto carácter nacional por la identificación que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador reclama de su ejemplo como defensor de las causas de los marginados.
La pandemia limitó el festejo que se tenía previsto este año, pero aun así podría decirse que se ha dado un paso importante para que el autor de “Horas de Junio” y de más de una veintena de obras sea conocido y leído. Esperemos que esto último de verdad ocurra.
Desde el 16 de enero se iniciaron una serie actos conmemorativos y que siguieron hasta este mes de febrero con la realización de las “Jornadas Pellicerianas”
TIEMPOS INTENSOS
PLATICABA con algunos escritores que la adolescencia y juventud de Pellicer transcurrió en momentos en que México y América Latina vivían una profunda transformación.
Escribió Alberto Enríquez Perea respecto a un joven que había impresionado a José Vasconcelos, personaje central en el México revolucionario: “Este joven, era 15 años menor que el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y se llamaba Carlos Pellicer Cámara. Para tan corta edad había vivido la vida política y cultural de México con intensidad. En 1912, en plena era maderista, en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria, escuchó a José Santos Chocano. El poeta peruano recitó 34 poemas que le provocaron una “avalancha de emociones” y el nombre de América se dibujó en su alma para toda la vida. Y por su insistencia y recomendación de su padre, leyó a Simón Bolívar, y desde esa época su americanismo se alimentó con los ideales del libertador”. Desde muy joven se convirtió no sólo en un escritor precoz sino también en un dirigente estudiantil que tuvo proyección continental. (José Vasconcelos y Carlos Pellicer en las jornadas educativas y políticas, 1920-1924, Casa del Tiempo, UAM. Noviembre 2009).
En 1920, por intermediación de Antonio Caso, fundador del Ateneo, conoció personalmente a Vasconcelos, quien era rector de la UNAM y que posteriormente asumió como Secretario de Instrucción Pública (Educación), en el gobierno de Álvaro Obregón. El tabasqueño, quien que sería uno de los poetas más destacados del continente, acompañó al oaxaqueño en lo que se conoció como un “apostolado” por la educación y la cultura. Un gran movimiento que fue conocido como las Misiones Culturales.
Fue Pellicer un auténtico hombre austero, casi con hábitos de fraile y misionero. Lo fue sobre todo en su etapa adulta. En Villahermosa, ya siendo un escritor famoso, habitaba un cuarto rústico, tenía una cama dura, una silla y una mesa de madera, sus utensilios eran pocillos y platos de peltre. Su vestimenta era también expresión de sencillez.
REVOLUCIONADOR DE CONCIENCIAS
INTEGRANTE de la generación de Los Contemporáneos. Lo describen sus biógrafos como prolífico y bondadoso, alfabetizador en las vecindades, maestro atípico, museógrafo y político comprometido con la causa indígena.Esta convicción lo llevó a aceptar ser candidato del PRI al Senado en tiempos en que José López Portillo impulsaba una apertura para integrar a los intelectuales a un partido-gobierno demeritado por la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, la masacre del 10 de junio de 1971 y el fallido régimen de Luis Echeverría. En Tabasco iniciaba uno de los “auges petroleros” y Pellicer no tuvo tiempo de llevar la voz indígena al Senado, pues falleció al poco tiempo de tomar posesión del cargo.
El auge de la industria petrolera, como sabemos, tuvo un impacto dañino en las zonas indígenas y campesinas. Hizo falta la voz de quien le cantó a la revolución latinoamericana, me dice el maestro Cirilo Antonio Guzmán.
Pero Pellicer no se quedó en la poesía, notable y que quizá eso bastaba para valorarlo; después de su experiencia como alfabetizador y maestro de aula y de calle, realizó un enorme esfuerzo en la organización y apertura de museos con el rescate de piezas arqueológicas. Otra forma del conocimiento al alcance popular.
AL MARGEN
GRACIAS a Marco Tulio Lamoyi y a Juan Carlos Abril, diario Presente y el SIT tuvieron oportunidad de dialogar y convivir con los poetas que acudieron a las Jornadas Pellicerianas 2022 en Villahermosa, Tabasco. Una extraordinaria experiencia.
(vmsamano@hotmail.com)