Democracia al revés: de cara a las urnas, las reglas rotas y el resultado previsible

Con el escenario de inseguridad en las reglas, sorprende que el resultado de la contienda electoral sea razonablemente previsible, dada la mayoría de las encuestas nacionales que se publican.

LA SEMANA PRÓXIMA será la segunda cita de quienes aspiran a la gubernatura de Tabasco. Lo que sucederá puede verse en el cristal del segundo debate presidencial, cuyos ecos todavía retumban en los medios y en la opinión.

Diversas voces respetables alertan sobre grietas del modelo democrático de disputa por el poder. El historiador Lorenzo Meyer percibe "la prisa opositora por descalificar el proceso electoral y la lentitud institucional [del INE] para atender y resolver impugnaciones sobre vicios de dicho proceso." (Imagen, 29/04/2024); la periodista Denisse Maerker, luego de las confrontaciones verbales entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum en el segundo debate presidencial (28/04/2024), explicó un obstáculo para el futuro republicano:

"Si Xóchitl le dice narco candidata a Claudia, y Claudia responde diciéndole corrupta a Xóchitl, hay una línea ética que se cruzó. Después del 2 de junio, las fuerzas políticas que ambas representan tendrán que coexistir en la república. Con ese tipo de ataques, que enturbian el diálogo, todos perdemos". Si la contienda mantiene ese tono de descalificaciones, el país pierde interlocución propositiva y todos perdemos si de cultura democrática se trata.

Quien mejor argumentó sobre las grietas democráticas de México, fue el politólogo Jorge Alcocer en charla para El Financiero Bloomberg (01/05/2024): "el modelo democrático de gobierno necesita seguridad en las reglas e incertidumbre en el resultado. Tengo la impresión, rumbo al domingo 2 de junio, que ahora vamos al revés: inseguridad en las reglas y certidumbre en el resultado". La valoración de Alcocer debe tomarse en cuenta no sólo por razones políticas de representación legítima: también por el horizonte de tormenta que anuncia esta democracia al revés. Exploremos este punto.               

LA REGLA ROTA

LA SEGURIDAD en las reglas de competencia política representa para la democracia rasgos positivos de la vida pública: legitimidad gubernamental, fortalecimiento de la participación ciudadana y paz social. En México, durante la llamada transición democrática (1988-2000) -cuando pasamos del régimen de partido hegemónico a la competencia real entre partidos- las reglas se fueron perfeccionando y el árbitro electoral se ciudadanizó; en el 2006 hubo un retroceso democrático en las reglas, lo que significó un país partido por la mitad en preferencias, y polarización coronada por el ´haiga sido como haiga sido´, frase que pintó de cuerpo entero al beneficiario Felipe Calderón; en 2012 hubo cancha dispareja por tutela mediática de Enrique Peña Nieto y comprobación de uso de recursos públicos; con todo y ese déficit institucional, que permaneció intacto, en 2018 no hubo dudas sobre la legitimidad del triunfo de Andrés Manuel López Obrador.      

El actual proceso electoral, en lo que toca a seguridad de las reglas, cuenta con un catálogo de zancadillas/infracciones: exceso de regulación de la argumentación política (lo que riñe con el derecho constitucional de libre expresión); publicidad en espectaculares (contratos privados) sin supervisión ni temporalidad precisa; desarrollo de precampañas por anticipado; peticiones de voto específico en el sector privado hacia trabajadores, con promesa de dos días de vacaciones con paga (sucedió en San Luis Potosí, con la alianza PAN-PRI-PRD, hecho documentado por Los Periodistas en el Portal Sin Embargo, 02/05/2024); nado sincronizado periodístico y en redes sociales, de calumnia y denostación contra el gobierno federal; acusaciones mutuas de uso faccioso del Poder Judicial, entre ministros y jueces; solicitud pública de intervención internacional para supervisar comicios en México.

Con todo lo anterior, más lo que falta de campañas sucias (visto el tono del segundo debate presidencial), la seguridad de las reglas está en entredicho, al igual que las autoridades correspondientes que validarán los votos ciudadanos: Instituto Nacional Electoral (INE) y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

          

¿RESULTADO PREVISIBLE?

CON EL ESCENARIO de inseguridad en las reglas, sorprende que el resultado de la contienda electoral sea razonablemente previsible, dada la mayoría de las encuestas nacionales que se publican. Desde hace 2 años, la ventaja perteneció a Claudia Sheinbaum, en línea ascendente y consolidada. En todas las encuestas serias, la ventaja es de dos dígitos: entre 15 y 28 puntos. Son "cuchareadas" dice la oposición.

Desde luego, no sorprende por ello que desde la alianza Morena, PT, PVEM se hable de "respetar los resultados", mientras que el lado opositor –con todo y echar toda la carne al asador- anuncie la posibilidad de anular las elecciones. En este sentido, ¿qué será más democrático?

La democracia se sustenta en el voto ciudadano bien contado, con proceso aseado de contraste de opciones. ¿Está ocurriendo así? De no ser el caso, ¿qué tendrá mayor peso: las urnas o los tribunales? La estabilidad de la república estará de nuevo a prueba, como sucedió en 2006, aunque se percibe una diferencia fundamental: la distancia que según las encuestas existe entre primero y segundo lugar. En el futuro, sin embargo, las dos fuerzas políticas mayoritarias seguirán aquí, como el dinosaurio de Monterroso. Más vale no estirar de más la liga. ( vmsamano@hotmail.com)