Nuestro petróleo
Hay un bloqueo mundial a México, de refacciones, información, tecnología, etc. No podemos vender nuestro petróleo a nadie.
Ley Sherman de 1890, contra monopolios petroleros de Rockefeller en Estados Unidos, que lo obliga a dividir sus compañías, coincide con el 28 Constitucional que prohíbe los monopolios. Y nuestra Constitución va más allá cuando mandata que los hidrocarburos son propiedad de la nación y solo los puede explotar la nación.
En 1923 la Corte, siempre contraria a los intereses nacionales, determinó que el 28 Constitucional no se podía aplicar retroactivamente a compañías extranjeras que tenían contratos y concesiones anteriores a la Constitución. Para mí, un absurdo, pues se trata de la Ley de leyes, a la que nada puede oponerse, y por tanto, esos contratos pasaban a la ilegalidad y quedaban cancelados. Es como si un gobierno anterior hubiese autorizado en alguna forma contratos de trabajo con jornadas de 16 horas, como si los habían, y ya no tuvieran que ajustarse a la jornada máxima de 8 horas que mandata la Constitución.
En 1926 el Presidente Calles envía al Congreso su iniciativa de Ley Reglamentaria del 28 Constitucional ratificando lo dispuesto y en los transitorios que se respetarían los contratos y concesiones anteriores a la Constitución, pero solo hasta el agotamiento de los pozos concesionados, pero no podrían perforar ningún pozo más.
La Embajada de USA protesta. Los Caballeros de Colón celebran en Filadelfia una convención en la que protestan que en México no existe libertad religiosa. Inmediatamente el arzobispado declara también, (10 años después de aprobada la Constitución), que esta no respeta las libertad religiosa y no debe ser obedecida. Los curas repiten esto en los púlpitos. El gobierno detiene y deporta a sacerdotes españoles que sermoneaban esto.(un extranjero no puede venir a pedir públicamente que no se respeten las leyes de este país).
Ante estas deportaciones, el arzobispado suspende la impartición de sacramentos y cierra los templos. El clero recibe los contrabandos de armas de USA y arma la revolución cristera al grito de "VIVA CRISTO REY", abanderando una guerra de la CIA de ese entonces contra México. Para terminarla, el Presidente Calles modifica su iniciativa agregando una excepción a la prohibición "salvo la existencias de contratos de arrendamiento". Al día siguiente el arzobispado declara que ya no hay conflicto religioso y las compañías siguen perforando.
La inversión y la producción declinan. Para 1938 se producían solo 100 mil barriles diarios. Se decreta la expropiación y Cárdenas modifica el art. 28 agregando que quedan prohibidas las concesiones.
Hay un bloqueo mundial a México, de refacciones, información, tecnología, etc. No podemos vender nuestro petróleo a nadie. Solo los países del naciente eje nos abren las puertas y vendemos a Italia, que nos paga con dos barcos, que abanderamos y bautizamos como el Faja de Oro y el Potrero del Llano, que seguramente hundieron submarinos gringos, haciéndonos creer que fueron alemanes y obligándonos a entrar a la tercera guerra mundial contra países que no nos habían hecho nada.
México no se inca y los trabajadores petroleros sacan adelante la industria y crean la gran empresa Pemex, con técnicos propios, el Instituto Mexicano del Petróleo que asesora a otros países como Brasil y Venezuela, para crear sus propias industrias. Brasil es el principal productor de crudo en Latinoamérica actualmente y su industria fue creada por técnicos mexicanos.
Ávila Camacho y Alemán celebran contratos. Ruiz Cortines no lo hace. López Mateos modifica el 28 constitucional prohibiendo también los contratos en materia de hidrocarburos.
Salinas los simula. Bartlett lo lleva ante la Corte y esta declara que carece de interés y no se puede pronunciar.
A partir de allí viene el desmantelamiento de Pemex y de la industria petroquímica y la producción que en 2004 llega a 3 millones cuatrocientos mil barriles diarios entra en declinación. Peña modifica el 28 constitucional y deja en la mitad la producción, 1,700.000 y en plena caída.
El Peje respeta contratos y no restablece prohibiciones, pero está rescatando a Pemex. Detuvo la caída y empieza a subir la producción, reacondiciona las refinerías desmanteladas y abandonadas, construye una nueva y compra otra, para alcanzar la soberanía energética y que dejemos de vender naranjas para comprar jugo de naranja y comenzamos a rescatar nuestra industria petroquímica.
Y la "quinta columna" está más activa que nunca, pero fracasará, porque como dijo el poeta: "la Malinche dejó su herencia de traiciones, pero a la vez a Juárez para los miramones".