La reforma va...!
La presidenta Claudia Sheinbaum y los legisladores Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal han dejado claro que la reforma judicial no tiene vuelta atrás.
La reforma (judicial) va...!. Así responden, sin titubeos y sin medias tintas la presidenta de México, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, el Senador Gerardo Fernández Noroña y el diputado Federal, Ricardo Monreal Ávila, cuando algún periodista les pregunta sobre el tema.
Y, como decimos en el pueblo, matando y salando y echando al sol: el fin de semana pasado, en el Senado de la República –con la ausencia de legisladores del PAN y Movimiento Ciudadano--, la mayoría morenista definió las 850 plazas de jueces y magistrados a elegir en 2025, de las cuales 139 están vacantes; y este martes emitirán la convocatoria para el citado proceso de elección.
Sin embargo, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación el gobierno del Estado de Guanajuato y algunos ayuntamientos del país, se han inconformado contra la reforma y han promovido acciones de inconstitucionalidad, lo que también ha hecho --según ha trascendido-- el Partido Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI) al igual que los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, y en algunos casos se ha concedido, conforme a la Ley de Amparo, la suspensión del acto reclamado.
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF), por mayoría de 4 votos contra 3 de sus integrantes, aprobó, entregar al Senado, la información para la elección de jueces y ministros a pesar de dichas suspensiones judiciales en un hecho que, por cierto, motivó que la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito (JUFED) expresara su rechazo, compartido a su vez, por los trabajadores del PJF.
De colofón, un hallazgo consistente en una antinomia entre los artículos 94 y 97 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que al decir de la Consejera Jurídica de la Presidencia, Ernestina Godoy Ramos, tiene arreglo jurídicamente hablando.
Y sin faltar la cereza del pastel, lo que ha dejado pasmados a muchos estudiosos de Derecho, consistente en lo que se dice es un franco desacato a las suspensiones concedidas por algunos juzgadores federales.
Desacato ante el cual, extrañamente, ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación, menos algún otro órgano del Poder Judicial de la Federación, han emitido pronunciamiento alguno, para saber si jurídicamente ha habido o no tal desacato por parte de las autoridades responsables.
Punto de suma importancia para que quienes, hoy estudiando la carrera de Derecho en las universidades del país --que entre sus materias contempla la del juicio de amparo--, puedan entender qué es lo que está sucediendo, pues la suspensión en materia de amparo, según expertos, tiene particular importancia y el desacato conlleva una sanción legal.
Por último, ha quedado más claro es el de la politización del asunto, dando la impresión que se está actualizando aquél viejo refrán que dice: a río revuelto ganancia de pescadores.
Lo anterior por las siguientes razones:
1.- El argumento central utilizado por los autores y promotores de la reforma, ha sido el de la corrupción, afirmando que el poder judicial está "podrido", pero sorprendentemente en la realidad hasta la fecha, por lo menos, nadie ha informado, de un caso probado de corrupción en el Poder Judicial de la Federación, que ameritara alguna sanción.
2.- El tema de la autonomía e independencia del PJF quedó anulado, no obstante ser de vital importancia que debían quedar bien claro, también para las futuras generaciones que hoy se encuentran en las universidades de la nación y así poder entender qué es en realidad la división de poderes.
3.- Una experta en el tema, la hoy ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, aseguró hace poco que ésta sería una reforma "de gran calado", pero en los hechos parecería que no es así.
4.- Como la reforma eléctrica, en su oportunidad, el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, envió la iniciativa de reforma constitucional al poder judicial, para ser analizada por el Congreso de la Unión, conformado por la Cámara de Diputados y la de Senadores; empero, por la ríspidez y manera acalorada, la reforma se aprobó, con prisa y con urgencia y, al final, lo que ha reinado es la confusión, incertidumbre, diálogo de sordos, expresiones que denotan una rudeza innecesaria menos que sea una reforma de gran calado. (altar_mayor@yahjoo.com.mx)