¿Qué Poder Judicial tenemos...?

Sin una revisión integral del proceso de investigación penal por parte de fiscalías y ministerios públicos, la reforma judicial no podrá garantizar justicia efectiva y cerrará las puertas a los delincuentes.

El pasado 27 de junio, se celebró el primer foro sobre las reformas del Poder Judicial "¿Qué Poder Judicial tenemos? Y ¿Qué Poder Judicial queremos?", destacando la disponibilidad que mostraron legisladores de distintos partidos, así como la voluntad de diálogo con los representantes del Poder Judicial.

Ejemplo de ello, la actitud de Jorge Romero Herrera, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados quien fue muy claro al afirmar que la oposición estaba dispuesta al diálogo, indicando que no enfocarían el debate en descalificar, pero enfatizando que no apoyarán algunos puntos de la reforma.

En tanto, el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, dijo que habría diálogo y que se escucharían los diferentes puntos de vista, particularmente señaló que atenderían respetuosamente a los miembros del Poder Judicial.

Indudablemente el zacatecano busca construir puentes de conciliación.

Y hasta el belicoso diputado Ignacio Mier, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, afirmó que estaban abiertos al diálogo, señalando que la elección de ministros de la SCJN era irreductible, por ser la voluntad popular.

Inclusive durante la mañanera del viernes siguiente (28 de junio), el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó la importancia del diálogo y debate, reconociendo que aceptar la necesidad de una reforma era un avance significativo, muy trascendental.

Por su parte, cada uno de los ministros de la SCJN, encabezados por la ministra Presidenta Norma Piña,  dieron a conocer su postura reconociendo algunos la necesidad de la misma, pero señalando inconvenientes tales como:   que debe tomarse en cuenta la situación de los jueces y magistrados que hoy se están desempeñando y llegaron a esos puestos por su carrera judicial y haber competido en exámenes de oposición, y que por virtud de la reforma  serán cesados  terminando su función abruptamente, sin tomar en cuenta que detrás de ellos están sus familias y el esfuerzo que hicieron para lograr el puesto que tienen, además de la capacidad jurídica por los años de estudios y preparación alcanzada.

Pero como siempre, no podía faltar el prietito en el arroz. Con el afán del protagonismo y buscando atraer los reflectores públicos "ministra del pueblo" Lenia Batres, salió a hacer énfasis y señalar desaforadamente que la justicia en México es cara, elitista, desgastante, humillante, lenta, inaccesible, inentendible, abusiva, misógina, clasista, corrupta y parcial. 

A dicho coro se sumó la voz del ex ministro de la SCJN, Arturo Zaldívar, hoy transformado en el más puro morenista de los morenistas para irse con todo contra el Poder Judicial, hablando de la ausencia de legitimidad social en los miembros de dicha institución, legitimidad de la que por cierto –algunos ya han escrito-,  pero  nunca las observó mientras estuvo como ministro y presidente de dicho Alto Tribunal y del Consejo de la Judicatura Federal,  cobrando salarios y prestaciones incluso  disfrutando  de Seguro de Gastos Médico Mayores, y otras percepciones, al haber fungido como ministro de la misma desde 2009 hasta 2023.

Trece años de ministro de la Corte, sin antes haber sido miembro del Poder Judicial de la Federación, esto es, sin haber estado dentro ni tener carrera judicial; largo tiempo durante el cual nunca vio, ni dijo nada acerca de todos los señalamientos que ahora hace en contra de la institución a la que sirvió durante más de una década.

Sin embargo a propósito de la reforma judicial obsérvese: por el momento  ninguna discusión asoma en torno a la actuación del Poder Judicial y el de las fiscalías y ministerios públicos en los estados, que es donde –al menos en el procedimiento penal, por errores en la investigación de los delitos-- la Justicia Federal no puede pasar por alto, por respeto al debido proceso.

Punto medular el de la investigación, que no parece atender la reforma, porque si bien hay preocupación por el reclamo de justicia de las víctimas, entonces, de manera integral debía revisarse ese concepto (la investigación)  para cuidar la misma y que los responsables de hacerlo (fiscalías y ministerios públicos) pongan más atención y evitar así que, por fallas y errores, queden abiertas las puertas a los delincuentes. (altar_mayor@yahoo.com.mx)