LA NUEVA ESCUELA MEXICANA

Hace algunos días, Marx Arriaga, Director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, SEP, trajo a escena el concepto de la nueva escuela mexicana. En la “mañanera” sustentó y defendió la propuesta de los nuevos Planes y Programas de Estudio de la SEP para educación básica, que han traído protestas de estudiosos del tema educativo como intelectuales, académicos y universitarios. Recordemos que Marx Arriaga fue el impulsor del rediseño social de los nuevos libros de texto gratuitos.

Lo acontecido tiene antecedentes desde el principio desde la reforma en 2019 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los artículos 3º, 31º y 73º para dar lugar al concepto de la nueva escuela mexicana. El Artículo 11 de la Ley General de Educación establece que “el Estado, a través de la nueva escuela mexicana, buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.

A fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en la fracción II de este artículo, el Ejecutivo Federal determinará los principios rectores y objetivos de la educación inicial, así como los planes y programas de estudio de la educación básica y normal en toda la República; para tal efecto, considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de diversos actores sociales involucrados en la educación, así como el contenido de los proyectos y programas educativos que contemplen las realidades y contextos, regionales y locales.

Pero el decreto de reforma constitucional de 2019, señala “A fin de dar cumplimiento … considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de diversos actores sociales involucrados en la educación, así como el contenido de los proyectos y programas educativos que contemplen las realidades y contextos, regionales y locales”, es decir, a partir de 2019, ya se debe tener una visión estatal de lo que se quiere para el Estado de Tabasco.

Para lo cual habrá que revisar lo  que dicen las leyes generales y estatales en las materias de género, orientación integral, ciencias y humanidades, enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, historia, geografía, civismo, filosofía, tecnología, innovación, lenguas indígenas de Tabasco, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente y el cambio climático.

Por ejemplo, la Secretaría de Educación de Tabasco, ya debe tener o iniciar el diseño de una estrategia para incluir el cambio climático en la Guía Estatal Operativa para la Organización y Funcionamiento de los Servicios de Educación Básica y Media Superior con un contenido regional, que muestre los impactos ambientales, y las zonas vulnerables y proponga mecanismos de resiliencia. En suma, establecer acciones específicas sobre cambio climático en la curricula escolar, para homogenizar la información que ya se imparte y su complementariedad por niveles educativos, lo cual puede lograr a través de una Guía Operativa para la Organización y Funcionamiento en Tabasco de la Nueva Escuela Mexicana para la Transversalidad del cambio climático.