Kakistocracia en el PAN
Esta definición de Kakistocracia nos remite de inmediato a lo que ha sucedido en el Partido Acción Nacional (PAN) a partir de 2018
Cada vez cobra más fuerza y presencia entre los científicos sociales la hipótesis de que México como Nación se ha conformado, desarrollado y sobrevivido mayoritariamente no gracias a los políticamente poderosos, sino que en ocasiones, muy a pesar de ellos. En esta hipótesis aparece de inmediato las categorías de políticos y de ciudadanos, y en la explicación de estos dos grupos sociales se hace necesario recurrir al concepto Kakistocracia, ya que desde 1944 se incorporó al lenguaje la definición que de este concepto hizo Frederick M. Lumley: "Gobierno de los peores, estado de degeneración de las relaciones humanas en que la organización gubernativa está controlada y dirigida por gobernantes que ofrecen toda gama, desde ignorantes y mañones electoreros hasta bandas y camarillas sagaces pero sin escrúpulos".
Y treinta años después, Jorge L. García Venturini ratificó a la Kakistocracia como la administración, dirigencia o gobierno de los peores, y dio una más amplia explicación: Kakistos, dijo, en griego es el superlativo de Kakos, y que éste significa malo y, también, sórdido, sucio, vil, incapaz, innoble, perverso, nocivo, funestos y otras linduras semejantes. Luego, continuó, si Kakos es malo, el superlativo Kakistos es lo más malo, lo peor. Y el plural de Kakistos es Kakistoi, es decir, los peores.
Esta definición de Kakistocracia nos remite de inmediato a lo que ha sucedido en el Partido Acción Nacional (PAN) a partir de 2018, etapa en la cual ha vivido su peor época desde su nacimiento el 16 de septiembre de 1939, y que coincide con la presidencia de Marko Antonio Cortés Mendoza, y es que desde que asumió el encargo el 19 de noviembre de 2018, se encargó de perder elecciones, tantas que en los seis años de su gestión perdió ocho de las doce gubernaturas que tenía al asumir el puesto, además de infinidad de legisladores federales y locales, alcaldías y presidencias municipales, y hasta registros locales ante las instancias electorales, como en Tabasco, por ejemplo. Es decir, aunque es contador público de profesión, los resultados numéricos no se le dieron, al menos más allá de sus ingresos salariales y por conceptos de viáticos y de gastos de representación, entre otros rubros.
Otra de las manifestaciones de esta Kakistocracia panista fue la elección o más bien selección de su candidata a la presidencia del país, tan lo fue que en los trabajos de la comisión conformada por ese partido para analizar el desarrollo del proceso electoral y sus resultados, contempló los siguientes puntos que en agosto pasado fueron adelantados por el presidente de dicha Comisión, Julio Castillo López (hijo del expresidente del PAN, Carlos Castillo Peraza): 1.- Xóchitl Gálvez fue una candidata emergente que no estaba preparada para ser presidenta del país; 2.- La autollamada Marea Rosa no pasó de ser una ilusión en dos acepciones: anhelo y ficción; 3.- La narrativa de la campaña no fue la adecuada; 4.- La campaña fue manejada por consultores externos que trabajaron bajo la premisa de "cobro y me voy"; y 5.- La alianza con el PRI y el PRD, no pegó.
Y aunque el encargo de Marko Cortés feneció el 18 de noviembre de 2024, esta situación de Kakistocracia dentro del PAN se ve difícil de ser superada a corto y mediano plazos, toda vez de que su nuevo presidente, Jorge Romero Herrera, ha sido y es cuestionado por supuestos hechos de corrupción cometidos en lo que en la Ciudad de México se ha denominado como Cártel Inmobiliario, y que afecta sobre todo a la Alcaldía Benito Juárez, aspecto que provoca que todavía se diga: En el Pan, habemus Kakistocracia.
*Escritor. cadenacardenasjavier@gmail.com